Kian
Entro a su habitación y al acercarme a su cama, me extiende sus brazos y me rodea mi cuello con estos. Lo levanto y él esconde su carita contra mi cuello.
- ¿Qué ha sucedido? - le pregunto, acariciando su espalda.
- Tuve un sueño feo... - dice con esa voz tan dulce y suave.
- Tranquilo hijo, que son solo eso... sueños feos. - digo. - Y los sueños feos nunca se cumplen.
- ¿No? - me mira con esos ojos iguales a los míos, que se encuentran llenos de lagrimas.
- No. - digo. Aún hay algo miedo en su mirada. - ¿Qué dices si bajamos a la cocina y nos hacemos un chocolate caliente?
Se le forma una amplia sonrisa. Puede que físicamente se parezca a mi por el color de ojos y su cabello negro, pero cuando sonríe es Galadriel.
- Si papi.
- Pero hay que ir en silencio, o despertaremos a mamá.
Salgo de su habitación, bajamos las escaleras y nos dirigimos a la cocina. Lo siento en la encimera, mientras yo comienzo a preparar el chocolate para ambos.
- ¿Qué taza quieres? - le pregunto abriendo las puertas de la alacena, donde tiene su colección de tazas. - ¿La de los dinosaurios? ¿O la de el pirata?
- No, quiero la de navidad. - dice. - Tú puedes tener la del reno y yo la de el elfo.
- Como usted ordene.
- ¿Qué sucede aquí? ¿La fiesta ya inicio? - dice Galadriel entrando con su sonrisa dormida en el rostro.
- ¡Mami! Llegas justo que papá está haciendo chocolate.
- Pues ya me lo intuía, hasta en sueños me levanto por el chocolate que hace papá. - toma el rostro de nuestro pequeño con ambas manos y deja un beso en una de sus mejillas. Se acerca a mi y me abraza por detrás.
- Tú puedes tener la taza con el muñeco de nieves.
- Mi favorita. - dice Gal soltándome, luego de dejar un beso en mi cuello. - Luego quiero que a cepillarse los dientes y todos a dormir. Que mañana es un día largo. ¿Entendido?
- Si. - decimos a dúo.
- Esos son mis chicos.
Estamos sentados los tres en el sofá de la sala, que se encuentra iluminada solo por las luces del árbol navideño que está a una esquina. Nuestro pequeño está entre medio de nosotros dos, dormido. Yo tengo uno de mis brazos por encima de los hombros de Galadriel, mientras ella apoya su cabeza en mi hombro y acaricia su cabello.
- Deberíamos subirlo a su cama. - digo hablando despacio y acerco mi nariz al cabello de Gal para olerlo, ella siempre huele tan rico.
- Deberíamos... - dice riendo levemente. - Quisiera que se quedara así para siempre. Que nos quedáramos así para siempre, mejor dicho.
- Ley de la vida amor.
- Si, ya lo sé...
- Sabes... - comienzo a decir pero me quedo callado, ella me mira.
- ¿Qué? - pregunta con esa sonrisa pícara.
- Había pensado que podríamos tener otro.
- ¿En serio quieres otro?
- Si.
- ¿Hace cuanto lo vienes pensando?
- Bastante.
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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)
RomanceÉl. Peligroso. Despiadado. Frío. Cruel. Criminal. Poderoso. Rico. El mejor en sus negocios clandestinos. Ella. Solitaria. Abandonada. Compasiva. Sumisa. Pobre. Pérdida. ¿Qué pasará cuando estas dos almas heridas se crucen? ¿Cuál de los dos se perd...