Capítulo 49

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Kian

Vamos los dos en la parte trasera del auto, cuando este se detiene en la entrada del Lincoln Center. Abro la puerta y me bajo, me giro y le extiendo mi mano. Galadriel me mira con una sonrisa y la toma, mientras baja del vehículo. 

Al entrar, el lugar se encuentra repleto de personas. Como de costumbre, en está clase de eventos, los hombres están vestidos de smokings y las mujeres con sus elegantes vestidos. Siempre en estás reuniones me siento de alguna forma incomodo porque no es mi entorno, no pertenezco y no buco hacerlo, pero con la chica a mi lado me siento con más seguridad. Ella, como cada vez que venimos a estás fiestas, observa todo a su alrededor con atención. Yo también comienzo a observar, pero en busca de Hardy. Distingo a sus padres, hablando a los lejos con un grupo de personas, de él no parece haber rastros aún. 

Abren la puerta doble que da a la sala del teatro. Los invitados empiezan a entrar. Comienzo a caminar hacia la entrada, con la chica a mi lado. 

- ¿No has visto a Hardy? - le pregunto. 

- No, lo logro verlo. - me responde. 

Esto es raro, él siempre es muy puntual, sobre todo en eventos que organizan sus padres. Agarro mi celular y le escribo un mensaje, mientras seguimos avanzando hacia la sala. 

"¿Dónde estás?" - le mando. 

A los segundos me llega su respuesta. 

"En casa."

"¿¡Estás bromeando, maldita seas!?" 

"Creo que me estoy por enfermar."

"Vete al diablo."

"Sabes, esas podrían ser tus ultimas palabras hacía mi. Estoy agonizando."

"Pues te recomiendo que para mañana ya estés muerto, porque yo mismo lo voy a hacer sino."

"Cuida de Leopoldo🐱"

Guardo el celular en el bolsillo de mi saco. 

- ¿Todo bien? - me pregunta ella. 

- Si, solo que Hardy no viene. - digo. - Al parecer está enfermo. 

- ¿Quieres que nos vayamos? 

- No, no. - digo. - Ya estamos aquí. 

Seguimos caminado hacia adelante, hasta entrar en la sala. Luego de que nos piden nuestras entradas, nos ubicamos en los asientos que nos tocaron. Para mi suerte son dos asientos que están en uno de los palcos, por lo que estamos solos los dos. Y eso me gusta...

*****

Cuando termina el recital de ballet, salimos de la sala y que quedamos en el lobby. Van pasando camareros con copas de champagne. 

- Kian. - dice la chica, haciendo que pose la mirada en ella. - Gracias por traerme, ha estado muy bonito. 

Le sonrío apenas. - No hay de que. 

- Nunca había visto un recital de ballet. - sigue diciendo. - De hecho, de nada en realidad. Ni de teatro, ni música, orquesta, sinfónica, ni opera. 

- ¿Ah no? - pregunto con sorpresa. 

- No, mi pueblo era realmente muy pequeño. - dice. - Y no éramos de viajar a la ciudad, mucho menos para esas cosas. 

- Puedo... - comienzo a decir. - Puedo... llevarte a... a esas cosas... si es que te gusta. 

Sonríe ampliamente. - ¿En serio lo haría? 

No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora