Capítulo 83

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Galadriel

Es de día. Estoy sentada bajo la sombra de un árbol, mientras observo a Jude jugar con Rocco a la pelota. Pero mis pensamientos están en otro lado. Más bien en lo de anoche. Sentí una especie de satisfacción al oírlo decir todas esas cosas. Al besarlo y tenerlo dentro de mi, se despertó en mi interior ese deseo de que él sea mío. Volví a sentir que éramos uno.

Marlon se sienta a mi lado, sacándome de mis pensamientos. La miro, ya que siento su mirada posada en mi. 

- ¿Qué? - pregunto extrañada. 

- Lo mismo te pregunto yo a ti. 

- Creí que ya habíamos tenido esa charla. 

- Eso pensaba yo, pero Kian está mañana se me acerco y me pidió que hablara contigo. 

- ¿¡Qué te dijo exactamente!? - digo molesta. 

- No te enojes con él. - dice ella también enojada. - Qué es un manojo de nervios porque está preocupado por ti. De igual forma, no me dio detalles. 

- Yo no le pedí que se preocupara por mi. 

- ¡Uno no puede evitarlo con las personas que ama! - dice aún molesta. - Mira, probé siendo amable, pero se ve que no funciono, así que al carajo con la táctica Hardy. Lo haré a mi modo. 

- ¿A que...? - comienzo a decir. 

- Has silencio, que voy a hablar yo. - me interrumpe brusca. - Solo tú sabes el infierno que pasaste, pero te voy a decir algo. Cada uno de nosotros tiene sus propios demonios y tenemos que convivir en nuestros infiernos personales, no eres la única. Aún más en este grupo. Kian perdió a toda su familia, abusaron de mi por años, a Hayes su padre y sus hermanos lo golpeaban y no paraban hasta dejarlo tan mal que tenía que ir al hospital, Eric perdió a su madre luego de que su padrastro le disparará después de una discusión. Jude no tiene más que a nosotros, igual que Rocco, quien su familia lo desprecia. Incluso Hardy tiene sus batallas internas, con respecto a que no se acepta a si mismo. No es una competencia, pero todos tenemos nuestra mochila. Sin embargo nos levantamos todas las mañanas y lidiamos con eso. Con esto no estoy siendo que seas un Golden Retriever como Hardy, sino que no te dejes hundir. ¡Lucha carajo! ¿Querías ser una de los nuestros? Pues, ¡Es esto! Si hay algo que esa noche demostró es que tienes la fuerza y los ovarios para vivir. No estás sola, deja de actuar como si lo estuvieras. ¿Por qué crees que estamos aquí? El asilo quedo a cargo de unos imbéciles, podría caer todo como si fuera una casita de naipes. Ahí tienes la pauta de cuantos nos interesamos por ti, y lo mucho que queremos que estés bien. Se que es difícil, créeme que yo lo sé, pero si no le pones voluntad no irás a ningún lado. 

- ¿Cómo le hiciste? - pregunto algo llorosa. 

- ¿A qué amiga? 

- Para... para dejar de sentir su presencia encima tuyo. - digo y se me forma ese nudo en el pecho. - A veces siento que no puedo respirar. 

Levanta su mano y la lleva a mi cabello, acariciándolo. 

- Si que te jodio, eh...

- Él me amaba... y yo lo amaba a él. Y lo maté. 

- Eso no es amor, Galadriel. - dice molesta. - Crees que lo amabas, pero no es así. 

- ¿Entonces que? - pregunto y las lagrimas ya comienzan a brotar. 

- Te agarro en un momento en el que estabas vulnerable. - dice con voz suave. - Y se lo que es tener una opinión tan mala de ti misma, que te conformas con lo que sea. Con el primero que aparece y que parece verte, que crees que te nota y que te oye, o que tan solo te da una caricia. Que te hace sentir hermosa cuando te ve. - suspira. - He tenido de esos, en la larga lista de hombres que han pasado por mi vida, cada uno fue un error peor que el anterior. Pero, al final del camino siempre hay un Eric, en mi caso. - hace una pausa. - Escucha... No planeo meterme en la relación que tenías con él, eso solo lo saben ustedes dos. Pero era él o tú. Incluso él quería que fuera tú. Mereces seguir viviendo. Y para eso tienes que dejarlo ir. No vas a sanar del todo, siempre te quedara eso, pero se vive igual. Es como con todo... con las perdidas, los traumas, los errores... - hace una pausa. - Esto solo te fortalecerá. Tienes fuego en tú interior niña, déjalo salir. Estás con alguien que se quemaría por ti. ¿Entiendes eso? Tú si que puedes decir que tienes a Kian Marshall comiendo de la palma de tú mano. Eso es algo que nadie podría decir, solo tú. 

No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora