Al terminar de vestirme, bajo y me dirijo a la cocina.
- Buenos días. - digo al entrar.
- Buenos días, Sr. Marshall. - me responden los empelados de la cocina. Uno me extiende mi taza cargada de café.
- Hola Kian. - dice Jude con su amplia sonrisa de niño.
Aiden sigue comiendo su desayuno, ignorandome.
- Pitufo, ya que estás con tanto tiempo de sobra, ayudarás a Jude con sus tareas.
- ¿¡Qué!? - se queja. - Debes estar bromeando.
- ¿Me ves cara de estar bromeando? - digo serio.
- Tengo cosas que hacer, Kian.
- Fuiste suspendido y no tienes amigos, ¿que es lo que tanto tienes que hacer?
- No te importa. - me responde. - ¿Es que no puedes pagarle a alguien para que le enseñe al idiotita?
- No, porque lo harás tú. - digo.
Me mira molesto. Agarro el periódico que está sobre la isla y comienzo a hojearlo.
- Que carajos... - oigo decir a Aiden por lo bajo.
Oigo que cae algo, miro a Aiden, veo que su tostada con mermelada cayó boca abajo fuera del plato. Esta como en shock, mirando algo de frente. Miro hacia donde él lo hace y la veo...
Esta parada en la entrada de la cocina. Con mi remera blanca y mis boxers celestes, que le di por la noche. Se encuentra descalza y su cabello bastante alborotado e inflado.
Como una persona tan "desastre", puede ser a la vez tan perfecta y hermosa.
- Buenos días. - digo serio tomando de mi taza, mientras vuelvo la vista al periódico.
- Ho... Hola... - logro oír que dice por lo bajo.
- Acércate y come algo. - digo con mi vista en lo que intento leer. - Alguien que le alcance un plato.
Al no oír movimiento, levanto mi vista hacia ella. Veo que sigue parada en el mismo lugar, en sus manos tiene un plato.
- Puedes servirte lo que quieras para comer. - digo y vuelvo mi vista al periódico. - Como notarás, tienes muchas opciones.
- Los cereales con leche es lo más rico. - oigo a Jude decirle por lo bajo. - Puedes sentarte a mi lado.
- Gracias... - dice por lo bajo.
- ¿Ahora lo haces con adolescentes? - dice Aiden.
- Lo que haga o no con mi vida sexual, no te concierne. - digo.
- Eres un maldito depravado.
- Agregare esa palabra a la lista de adjetivos con la que me describes. - digo quitándole importancia.
- Eh... Ten... tengo 23. - dice con su suave voz femenina.
Levanto la vista y la miro.
- Que bueno saberlo. - digo serio con algo de sarcasmo. - Aiden, dale algo tú armario para que se vista. Me tengo que ir.
- ¿¡Qué!? - se queja. - ¡Claro que no!
- No era una pregunta, Aiden. - digo. - Vuelvo luego. Ruby.
Salgo de la cocina y me dirijo hacia la salida.
- Sr Marshall. - dice Ruby acercándose a mi.
- Trata de hablar con la chica. - digo. - Quiero información y no dice más de dos palabras sin temblar como un caniche sin pelo. Necesito saber donde vive, si tiene padres, abuelos o un maldito perro al que se la pueda dejar.
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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)
RomanceÉl. Peligroso. Despiadado. Frío. Cruel. Criminal. Poderoso. Rico. El mejor en sus negocios clandestinos. Ella. Solitaria. Abandonada. Compasiva. Sumisa. Pobre. Pérdida. ¿Qué pasará cuando estas dos almas heridas se crucen? ¿Cuál de los dos se perd...