Capítulo 25

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—¿Qué se suponen que hacen ustedes dos?—Pregunta Jimin de repente.

—Ah…nosotros…—Rápidamente alejo los palillos de la boca de Jungkook, a la par que mis mejillas se encienden ante la vergüenza y Jeon comienza a toser repetidas veces antes de beber un poco de agua.

Observo los rostros perplejos de los chicos, y es entonces cuando me percato de la incómoda situación en la que nos encontramos. Literalmente me han visto alimentar a Jungkook con mucha confianza, como si fuésemos una pareja cuando la realidad ha de ser que nos odiamos mutuamente.

—Pobre Eun Mi, de seguro Jeon la ha amenazado para que haga eso ¿Cierto, Eun Mi? —Espeta Yoon Hye con tono acusatorio.

—Yo no…

—¡Por dios Jeon! Creí que tus días de malandro habían terminado luego de lo de la cafetería y Myung Soo.—Le reprende Taehyung haciendo que el aludido ría por el apodo con el que lo ha llamado.

—Solo me ayudaba.—Explica elevando su mano vendada.—Es difícil con esto.

—Bueno, eso tiene más sentido. A diferencia de ti ella tiene corazón. Eun Mi es un ángel ¿No es cierto?—Dice Hye con dulzura mientras cubre sus mejillas, haciéndome sonrojar por las miradas que me he ganado gracias su comentario.

—Tienes razón.—Me sonríe Taehyung y yo aparto la vista para beber de mi vaso. Odio ser el centro de atención en una conversación.

Escucho una leve risa a mi costado y dirijo mi vista hacia Jeon que muerde su labio inferior observándome, intentando contener su sonrisa.

Bien…esto es incómodo.

—Aun así te lo advierto Jeon, te metes con ella y te las verás conmigo.—Le recrimina nuevamente Hye apuntándolo con su dedo índice.

Jungkook eleva sus manos en el aire y niega con su cabeza mientras sonríe.

—No puedo prometerte nada, Min.

—Oye, será mejor que no hagas enfadar al Kraken.—Le susurra Jimin por lo bajo, ganándose un codazo de Tae para que guarde silencio. Pero para su mala suerte, su comentario se ha escuchado.

—Aquí vamos de nuevo.—Murmura Yoongi frotando sus sienes.

—Ahora que mencionan el tema…Yoon Hye, nunca dijiste cuántos marineros te has devorado.—Seguido del comentario de Hoseok, lo próximo en escucharse es su chillido de sorpresa cuando Yoon Hye apuñala su pierna con uno de los palillos.

Y así es como comienza la cuarta discusión del día, dejando de prestarnos atención a Jeon y a mí nuevamente…

Vaya, eso fue sencillo.

—Lo siento…—Le susurro a Jungkook cabizbaja por la vergüenza que acabamos de pasar.

—¿Por qué te disculpas? No hiciste nada malo…—Murmura mientras rasca su nuca con nerviosismo.

—¿Estás bien? —Le pregunto al notar el color escarlata en la punta de sus orejas y nariz.

—¿Por qué no habría de estarlo?—Responde aún sin mirarme mientras juega con los palillos en su plato.

—Tus orejas están rojas…igual que tu nariz.—Acerco mis dedos a su rostro para señalar dicha zona, pero su mano me detiene con rapidez.

—Ah…no hagas eso.—Balbucea torpemente.

—¿Por qué?—Frunzo el ceño y ladeo mi cabeza en su dirección, a lo que él responde apartando la mirada.

—Porque no y ya. Ve a incomodar a otro lado.—Responde cortante y se gira en la dirección opuesta a la mía para seguir jugando con sus palillos.

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