La vida te da muchas sorpresas. Jefferson, era una de ellas.
Su simpleza, encantaba.
Su picardía, enloquecía.
Y su ingenio, enamoraba.
Verlo ahí, tan mío y de nadie más, ayudándolos a todos, era motivador.
Cuando acabaron las personas de comer, ayude a recoger todo. Aunque no fue mucho: las propias personas depositaban los platos en su lugar y tiraban la basura a su sitio correspondiente. Muchos se quedaron dentro de la casa, dispuestos a pasar ahí la noche, algunos otros se fueron a su rincón o guarida.
Había sido una tarde muy diferente a todas las demás que había pasado, pero eso era lo que la hacía espléndida.
Cuando estuvimos solos, en mi carro, nuevamente, me volví hacia él.
-Eres una gran persona. ¿Lo sabias?
-Las mejores personas se encuentran en sitios pequeños -se encogió de hombros-. Este es mi sitio, yo hago lo que puedo.
-Sigue siendo admirable, no vas a cambiar mi opinión al respecto -sonreí-.
-Me muero tanto por besarte, Jane.
¡DEMONIOS, PUES HAZLO! Pensé.
-Pero me jure que no lo haría, hasta hacerlo oficial -añadió, como leyendo mi pensamiento.
Joder. ¡A nadie le importa si es oficial o no! Volví a pensar, pero dije algo totalmente diferente.
-Bien, es tu decisión -mi tono había sido sereno.
Encendí el auto y lo puse en marcha, justo cuando íbamos saliendo de la calle recordé algo: ¿cómo llevaría a Jefferson a su casa, si no sabía dónde vivía?
-Indícame que direcciones tomar.
-No quiero ir a casa, todavía -contesto-.
-¡Ah! -estaba estupefacta-, o-okay, ¿qué hacemos, entonces?
-¿Y si vamos a la estación de trenes?
-¿Estás loco, acaso?, está abandonada desde hace siglos.
-De hecho, desde hace veinte años, para ser exactos.
La famosa estación de Vetalí. Abandonada debido a una pequeña explosión. Los sistemas dejaron de funcionar, el gobierno jamás lo arreglo. Ya saben, la historia de siempre. Fue cerrada incluso antes de que yo fuera planeada.
Nadie iba nunca ahí, todos decían que al entrar, aún veías pedazos de ropa vieja de los cuerpos calcinados.
Un triste recuerdo, para una ciudad tan pequeña e insignificante como la nuestra.
-No iré ahí.
-No hay nada, te lo aseguro.
-¿Cómo sa...? -la respuesta llego de inmediato-, ¡Claro, por Blake!
-Así es, sigue siendo mi escondite favorito. Realmente me gustaría presentarte a la otra parte de mí... La que posiblemente nunca llegues a amar.
-La amo –sentí una punzada en el pecho cuando lo dije-. Por el simple hecho de que te hizo lo que eres ahora. Sin Blake, Jefferson no tiene sentido. Pero sólo amo a Blake, a Jefferson todavía lo considero un idiota.
Sonrió tímidamente, y yo, con algo de curiosidad, emprendí el camino.
Cuando llegamos a la estación de trenes, estacione el vehículo justo en la entrada. Aun temía que hubiera alguna emergencia y tuviéramos que salir corriendo.
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Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...