Al siguiente día, desperté con la idea de ir otra vez a la biblioteca, y ver a Jefferson. Necesitaba saber la verdad que se escondía detrás de la estúpida historia que me había contado Ricardo.
Cuando menos me di cuenta ya estaba en el auto manejando hacia la escuela.
Cuando finalmente llegue, baje mi mochila y me encamine hacia donde él debía estar. La puerta ya estaba abierta. Entre y me senté enfrente de él, se encontraba leyendo en el mismo lugar que ayer.
-Hola-, dije sonriendo y sin saber que más hacer.
-No pensé que fueras a venir hoy, apenas empezaba a celebrar-, contesto y bajo su libro para prestarme atención-, hola.
-No tenía planeado venir pero…
-Esas son excusas, tu querías verme -esbozo una sonrisa.
Me arme de valor y aclare mi garganta.
-Pues sí, quería verte, ayer Ricardo me dijo... –y de repente, el valor se esfumo, me quede callada.
-¿Qué te dijo?-, pregunto Jefferson totalmente desconcertado.
-Que tu…-, vacile un poco, no sabía que excusa sacar. Ya no quería saber nada de su historia.Fue entonces, que llego a mi mente una idea
-Que tú me ayudarías con la presentación de mi proyecto-, dije finalmente.
-¿Cómo porque te diría el eso?, apenas nos conocemos.
-Pues él me lo dijo y ya, así que me vas a ayudar-, fue lo único que se me ocurrió decir.
-¿Acaso me estas ordenando, Jane?- arqueo las cejas.
-Por favor-, dije con una sonrisa nerviosa.
-No entiendo. ¿En que te puede ayudar un chico como yo?
-Pues… puedes… puedes leer mi discurso y decirme que tal, ¿está bien?
-Si eso te ayuda, está bien.
Le entregue el discurso. Lo leyó detenidamente, cuando termino solo me miro.
-¿Es enserio?-, repuso después de varios segundos-, ¿esto es lo que vas a decir?
-¿Qué tiene de malo?-, pregunte ofendida.Había sido una mala idea inventar semejante tontería. ¿Decirle que me iba a ayudar?, ¿enserio?, ¿cuándo somos tan diferentes?, solo a una persona como yo se le ocurre eso.
-¿Qué tiene de malo?-, pregunto con sorpresa-, por Dios, Jane, usas palabras muy propias, a la mitad de la escuela le vas a dar flojera en cinco minutos.
-Son palabras correctas para un discurso…
-Claro que sí, campeona, ¡si el discurso fuera para el presidente!
-Bueno, vamos a mi casa después de la escuela y me ayudas a corregirlo-, fue lo único que pensé en decir.
-Tienes que pedirle permiso a tu mama, no quiero llegar como si fuera mi casa-, cruzo los brazos, mostrando decisión.
-Hoy es martes, va a casa de mi tía a quejarse sobre lo mala que es su vida, estaré sola todo el día, podremos corregir todo con más tranquilidad
-Tantas cosas que podríamos hacer en tu casa estando solos, ¿y tú piensas en corregir un discurso?
-No empecemos, por favor- lo mire con dureza-, seamos amigos, buenos amigos.
-Muy bien, seamos los mejores amigos, tan buenos como tú quieras.
-Sin nada de doble sentido-, conteste enseguida.
-Lo tomaste así porque quisiste-, soltó una carcajada-, te lo decía de buen modo.
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Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...