Íbamos caminando a la orilla de la calle. Hacia un poco de aire. Ya empezaba a oler a la víspera de navidad. Esos olores familiares que te hacen creer que todo es posible y que el mundo es infinitamente bueno.
Sin embargo, no habíamos tenido ningún frente frio, solo estaba agradable. El calentamiento global –que nosotros mismos hemos causado- ha hecho cambios radicales en el planeta desde hace algunos años. A tal grado que es pleno diciembre y nosotros seguimos usando ropa veraniega.
-Ya viene navidad -comente, para sacar a flote conversación-. No me creo que estemos a punto de salir de vacaciones. No parece con el calor que ha hecho.
-De verdad que no. ¿Con quién la pasarás?
-Con mis padres y mi odiosa familia, ya sabes: las tías morsas -él soltó una risa-, la prima modelo, los primos cerebritos y los tíos desconsolados. ¡Ah! Y una abuela desagradable.
-Interesante descripción.
-Creo que hasta me falto ser más explícita.
Lanzamos una carcajada.
-¿Y tú? ¿Con quién la pasaras? -pregunte curiosa.
-Mi madre y yo no tenemos a donde ir. Mis primos se irán fuera de la ciudad y nosotros nos quedaremos aquí, como buenas personas. Así que seguramente estemos en la casa, teniendo una triste navidad por recordar viejos tiempos.
-Lo lamento mucho, yo te invitaría con mi familia pero...
-Entiendo. Además, tengo planes para que sea una navidad placentera.
-Dijiste que no sería feliz, que la pasarían tristes.
-Que sea placentero, no significa que sea feliz. Como la venganza, puede resultar placentera. Pero en si no es feliz.
-La venganza es una flecha clavada.
-Te aprendiste lo que te dije.
-Aprendo rápido -guiñe un ojo.
Llegamos a la plaza. Un pequeño parque con escasos niños jugando alrededor. El heladero no se encontraba por ninguna parte.
-¡Vaya que tienes mala suerte! –opino con desanimo-. No está el heladero, tiene las cosas más ricas del mundo.
-Lo dejaremos para después.
-¿Un elote está bien?
-A fuerzas me quieres ver gorda -bromeé.
-Te he dicho que me gustas toda tú. Los kilos de más me vienen dando igual.
Al final de una pequeña discusión que no vale la pena contar, terminamos frente al carro de elotes y pedimos dos vasos de estos.
Cuando estuvieron listos, tomamos la botana y volvimos a la casucha.
-No quiero ser el culpable de tu gordura -comento en el camino-. Me comprometo a no tentarte nunca más de nuevo.
-Me gustan este tipo de tentaciones, debo de confesar que son mis tentaciones favoritas -concluí con una sonrisa, para que viera que no estaba enojada.
Cuando al fin llegamos a nuestro destinó, él abrió la puerta y me cedió el paso. Entre, pero para mi sorpresa, ya no éramos los únicos allí adentro.
-¿Quién eres? -pregunto un chico alto y moreno, con cabello chino.
-Se llama Jane, viejo, y viene conmigo -contesto Jefferson en mi lugar-. Este es Nicolás, un buen amigo.
-Un placer -salude y extendí mi mano, él la estrecho y segundos después se dirigió a lo que parecía ser antes la cocina.
-Tienes que ayudarme a servir esto –le hablo a Jefferson-. Espero que lleguen antes de que se enfríe.
-¿Nos ayudas? -me pregunto Jeff.
-Claro. Dime que es lo que tengo que hacer.
-Poner los platillos en los respectivos lugares de la mesa. Eso es todo.
Empezamos a trabajar a un ritmo razonable, en quince minutos habíamos distribuido comida a los veinticuatro lugares.
-¿Qué es lo que van a hacer con toda esta comida? -pregunte curiosa.
-Es obvio, alguien tiene que comerla -contesto Nicolás con ironía. Sonreí sarcástica. Él no me agradaba.
Jefferson al parecer lo noto, puesto que salió a mi defensa.
-Nico, ella no sabe nada de esto. Es como una sorpresa.
-¿Y seguro que le va a agradar?
-¿Perdona? -pregunte molesta-, disculpa pero no me conoces en lo absoluto. No puedes decir si me gustara o no.
-Relájate, niña, sólo fue una pregunta.
-Una de muy mal gusto. Y mi nombre es Jane -recalque mi nombre de una manera notable.
-Perdón por la ofensa, princesa.
-¡No me digas princesa hijo de...!
-¡Venga, ya basta! -interrumpió el Jefferson-. ¡Joder, que ambos son temperamentales! ¿Eh?
Al ver que no objetamos, volvió a hablar:
-No estoy seguro si le agrade, por eso la traje, y si no pasa, no vuelvo a traerla. Punto. Por favor, déjense de esta sarta de estupideces.
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Espero les guste el nuevo capítulo:D, creo que estoy siendo más constante ahora que estoy en clases que antesXD. En fin, me ayudan mucho con su voto;).
Espero que tengan/hayan-tenido lindo día.
¡¡¡GRACIAS POR LEER!!!
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Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...