Al día siguiente, cuando desperté, ella ya estaba afuera de la cama, sentada en mi escritorio, dibujando.
-Buenos días, ¿Cómo dormiste?-, pregunte mientras bostezaba.
-Bien, creo que me ayudo de mucho lo de ayer-, dijo tranquilamente y me aventó la hoja que tenía.
Observe su obra con atención, desde todos los ángulos posibles. Hay que recalcar, que nunca fue buena con los dibujos.
-Qué lindo –fruncí el ceño y suspire-, dicen que dibujar un cerdito ayuda a subir el autoestima.
-Era un perro-, dijo con tristeza y una sonrisa asomo a su rostro-, pero si un puerco se le apega más, adelante.
-Lo siento –reprimí una risita.
-Supongo que jamás seré buena con el arte.
-Pero eres una excelente cantante-, conteste en broma. Las dos cantábamos pésimo.
-¡Claro! –el sarcasmo broto naturalmente de su boca-, Celine Dion y Whitney Houston, se quedan cortas a nuestro lado. Las dos soltamos carcajadas.
Minutos después, nos pusimos a ordenar el cuarto. Estaba hecho un desastre: tenía palomitas por todos lados, migajas de galletas y había papel higiénico sucio -nos tuvimos que limpiar la nariz, después de tanto llorar- por todas partes.
Cuando terminamos, decidimos que íbamos a salir a caminar todo lo que pudiéramos antes de vernos con los demás.
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Estábamos en el centro comercial, viendo la ropa, y ella rompió el silencio.
-¿Cómo vas con Ricardo?-, su tono de voz era casual.
-¿Eh?-, la pregunta me sorprendió tanto.
Casi nunca hablábamos de él, y cuando le conté lo que tuvo con Renata Tovar, casi lo mata.
-Bien –respondí finalmente-, supongo, hemos hablado un par de veces
-Jane, tu sabes que en estos días he estado muy unida a Jeff, por Daniel, ellos en realidad son muy buenos amigos y pues… -su expresión se tornó de alegre a nerviosa.
-¿A qué quieres llegar?-, pregunte con tranquilidad.
-Bueno, Jefferson es otro de mis grandes amigos. Se ha ganado ese lugar, y cuando platico con el… -, vacilo un momento y me miro aún más nerviosa, pero después prosiguió-, tú le gustas. Le gustas mucho -¡boom!, mi corazón estallo en pedazos de temor. No quería dilemas amorosos-, y te llevas genial con él. He visto cómo te ríes a su lado, siempre te mira… te apuesto a que Ricardo lo sospecha desde hace mucho.
-Mira -comencé a decir, cansada de repetir lo mismo-, Jefferson es muy diferente a Ricardo, por eso me agrada. Pero Ricardo es mi novio y si no termino con él, es por algo.
-Ya se, siempre dices que sigues con él por razones que ni siquiera tu entiendes, pero Andrés, Rodrigo y yo siempre te decimos que si ya ambos se engañaron, de nada sirve seguir juntos. Lo de ustedes hace mucho tiempo termino.
-No quiero discutir-, dije, prácticamente, como una súplica.
-Lo sé, no pienso hablar más sobre esto, solo escúchame por última vez. A lo mejor, Jefferson puede ser el indicado, el que venga a alegrar tus días… ¡solo piénsalo! –Añadió, al ver que ponía los ojos en blanco-. Siento que debes de darte otras oportunidades, no toda la vida vas a estar con Ricardo.
Seguimos viendo las tiendas y compramos algunas cosas.
Esliana fue la que miro el reloj y anuncio que íbamos justas de tiempo para llegar a la plaza, que sería el punto de encuentro. Se suponía que nos veríamos a las cuatro y media, eran las cuatro veinte.
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Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...