Tuve una mescla de sentimientos encontrados, cuando termino su explicación.
Parte de mi sentía admiración, no cualquiera se atreve a confesar algo de esa magnitud. Otra vergüenza, yo también había cometido una falta esa noche y no quise hacérsela saber, pero otra sentía coraje por lo que había hecho.
Mi engaño no había llegado tan lejos como el de él.
Luego me puse a pensar, que no existían engaños pequeños ni grandes. Engaño es engaño, y los dos habíamos cometido una falta.
-No estoy enojada-, comente en un susurro mirando hacia el suelo-, yo también tengo algo que decirte y sé que tampoco tiene perdón.
-Dime, Jane –exclamo con preocupación.
-Esa noche me bese con Jefferson.
-¿Qué? –pregunto, con una expresión de dolor en el rostro.
-Los dos cometimos faltas muy graves.
-La mía fue peor…
-No es un concurso para ver quien hizo lo peor –repuse con enfado-, falta es falta.
-Te prometo que no se repetirá.
-No, no se repetirá. Lo mejor es que aquí se acabe todo…
-No, por favor –dijo suplicante-, yo te adoro, Jane, no volveré a hacer nada igual.
-No solo fuiste tú, también yo, esto solo significa una cosa, se acabó.
-Démonos una oportunidad más, solo una, te prometo esforzarme.
Medite unos momentos,
De verdad quería evitarle más problemas a ese chico, no quería que sufriera por mi culpa, solo le hacía daño.
Sin embargo, al final decidí que, tal vez, una segunda oportunidad podía arreglar todo.
-Está bien, intentemos salvar lo poco que queda.
-No sabes cuánto te lo agradezco, te quiero mucho -me dio un beso y se levantó-, voy a la cocina, no tardo.
-Te espero -dije y me obligue a sonreír.
Después de esto, todo fue mucho mejor: bailamos un poco, cenamos y cantamos las mañanitas a Sofía -la hermana de Ricardo-.
Enseguida acabamos de comer el pastel, me fueron a dejar a mi casa.
Cuando llegue, entre, salude a mis padres -aún estaban en la sala, viendo tele-, y subí a mi recamara.
Estaba convencida de que a partir de esa noche todo estaría mucho mejor con Ricardo. Así que me arrulle con ese pensamiento y en pocos minutos, caí en el mundo de los sueños.
Las siguientes dos semanas fueron tranquilas y muy aburridas. Llegaron los exámenes del parcial y mucha tarea.
No salí tantas veces con Ricardo -no tantas como habíamos acordado-, estaba tan centrada en sacar buenas calificaciones que apenas y nos hablábamos en clases. Jefferson -que ya no me molestaba más-, Daniel y Brian, se convirtieron en otros más del grupo. Era raro que solo hubiera un par de chicas, en medio de cinco muchachos, pero por alguna razón, no me sentía incomoda.
En cuanto a la presentación, ya estaba lista, pero debido a lo dicho anteriormente, tuvimos que esperar para poder ir a hablar con el director, y ver si podíamos ocupar el área audiovisual. Teníamos la esperanza de que dijera que sí, de lo contrario, nuestro trabajo -más el de Andrés y Brian, que hicieron unos carteles preciosos-, se iría por la borda.
ESTÁS LEYENDO
Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...