Capitulo 15. Parte II.

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Para evitar más tensión de la que había, Esliana rompió el silencio.

-Bueno chicos, ¿A dónde quieren ir primero? -pregunto nerviosamente.

-Vamos al dragón, ese me encanta -respondió Rodrigo enseguida, ayudándola a manejar la situación.

Sin una palabra más, nos encaminamos hacia donde estaba el juego, estando ahí, esperamos unos minutos. Acababa de arrancar el dragón y había que esperar a que parara.

Queriendo evitar un pleito entre parejas -Brian, Daniel y Jefferson aun miraban horrible a Ricardo- decidí hablar con Esliana.

-Cambiemos las parejas, no se tragan -susurre a su oído, de manera discreta.

-De acuerdo, pero con Ricardo no te quedas, te lo garantizo- respondió ella, en voz aún más baja.

-Como quieras, solo acaba con esto.

-¡Muy bien!-, repuso ella, ahora en voz alta-, cambio de planes. Jefferson, te quedas con Jane, Ricardo, estarás conmigo.   

-¿Porque el con Jane?- reprocho este último-, yo soy…

-Su novio, ya lo sé-, puso los ojos en blanco-, pero el propósito es que tu socialices con sus amigos. A ver si con esto logras caernos bien y haces que te invitemos a salir más seguido con nosotros.

Después de muchos intentos, Ricardo al fin se resignó y se quedó con Esliana.

Por una parte sentí un gran alivio, no estaría de empalagoso conmigo, pero por otra parte, estar con Jefferson tampoco era lo mejor. Cuando acabo la ronda del juego, todos subimos ansiosos, intente quedarme en los lugares de abajo, pero de último momento, Jefferson logro convencerme –no sé cómo ocurrió esto-, de ir hasta arriba.

-Si grito con demasiado pánico, me desmayo o vómito, y no haces algo, te mato -le advertí-, no estoy acostumbrada a estos juegos, me marean fácilmente.

-Descuida -dijo él-, si pasa algo, te aventare al suelo para que dejes de marearte y no me estorbes.

-Que caballerosidad, muchas gracias-, conteste, cargada de sarcasmo.

-Soy encantador -respondió, con una sonrisa burlona en el rostro.

Tuvimos que aguardar unos momentos, para que se llenara por completo el juego.

Y cuando cobro vida, sentí unas punzadas en el estómago, apreté los brazos y agarre el tubo que tenía delante de mí –el supuesto ‘cinturón de seguridad’-, con ambas manos.

El dragón empezó a mecerse de manera ligera. Apreté los parpados lo más fuerte que pude, al sentir como íbamos de un lado a otro, cada vez con más fuerza. Hubo un punto en el que me paralice totalmente.

Era extraño, ya que yo solía subirme a juegos así y disfrutarlos. Pero después, le empecé a tener pavor a todo.

Escuche una carcajada a mi lado, era Jefferson.

-Ni siquiera ha empezado lo mejor, que chillona eres.

-¡Cállate! -grite con desesperación, no soportaba que se burlara de mi.

-Mira, tu solo espera un poco, veras que cuando el juego se incline al máximo te vas a sentir genial –yo no podía ver su expresión, debido a que aún mantenía los ojos cerrados, pero podría apostar que sonreía.

-No confió en ti, no como para creerte –sentí otra sacudida en mis intestinos. Grite.

-¿No confías en mí?, ¿Y aun así me llevaste a tu casa?, mi amor, estas mal –contesto, y después, también lanzo un grito, pero no de terror, sino de gozo, a él, realmente le gustaba estar en lo más alto del dragón.

Perspectiva de una estúpida adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora