Un miedo increíble me inundo en ese momento. Enseguida se vino a mi mente el “pasado” de Jefferson y me quede totalmente paralizada.
Cuando él vio que mi rostro palidecía, sonrió débilmente.
-Es broma, Jane-, dijo con delicadeza y me abrazo con fuerza excesiva-, relájate, no soy un lunático violador, te lo aseguro.
-Jefferson…-, apenas logre articular palabra. Los nervios se apoderaban de mi cuerpo-, no lo vuelvas a hacer.
Apenas acabe de hablar, me solté a llorar.
-¡Dios santo!, no me hagas esto. Solo fue una broma-, me apretó aún más-, perdóname, no lo vuelvo a hacer, no llores –finalmente me soltó y se arrodillo ante mí-, Jane, escucha, jamás en la vida te hare daño. Soy capaz de muchas cosas, menos de tocar a una mujer.
Aun no sé porque, pero sus palabras me calmaron. Si lo pienso bien, me merecía la broma. Fue muy estúpido invitar a mi casa a alguien que apenas conocía y peor aún, decirle que estaríamos solos.
Tome varias bocanadas de aire, hasta que conseguí calmarme.
-Me vas a pedir matrimonio Jeff-, le dedique una débil sonrisa y limpie mis lágrimas.
-Si te lo pidiera, ¿dirías que si?, digo, puede que aproveche ahora que me tienes de rodillas -contesto mientras se levantaba.
Solté una carcajada.
- Perdón por la crisis nerviosa, ahora pensaras que soy una idiota, alguien débil. Soy una tonta.
-No, sentir miedo no te hace débil y mucho menos idiota -acaricio una de mis mejillas-, eso, es lo más valiente que un ser humano puede sentir. Y tristemente, es lo más difícil que un ser humano puede demostrar. En cuanto al llanto, bueno, llorar es solo un baño para rejuvenecer el alma.
-Cambiemos de tema. ¿Te parece si subimos ya, lunático violador?-, pregunte con una sonrisa. El asintió.
Al llegar al cuarto, deje las cosas en la cama y lo invite a sentarse en la silla del escritorio, nos quedamos en silencio varios minutos. Luego, él hablo.
-Tengo tarea, hagámoslo rápido.
-Claro, deja sacar la hoja.
-Y… ¿siempre invitas a desconocidos a tu casa?
-Tienes la fortuna de ser el primero-, respondí mientras seguía buscando la hoja.
-Perdón por la broma, soy un patán.
-Por lo menos lo reconoces –repuse, y me acerque a él con la hoja en las manos-, mira, tú me dices que decir y yo lo escribo. Así de simple.
-No, debe de ser con tus propias palabras, solo que informales. Recuerda, es como si hablaras con un joven. Habla conmigo y toma nota de lo que dices, después lo incorporas a tu discurso y quitas las cosas formales, es así de sencillo.
-Bueno… ¿y cómo empiezo?
-De acuerdo, lo haremos a mi modo. Yo te hago preguntas y de ahí te desglosas.
-Empieza cuando gustes.
-¿Cuál es el propósito de la presentación?
-Quiero que todos vean, que para ser adolescentes incomprendidos, no necesitamos ser ‘nerds’ o ‘populares’.
-¿Propones una solución para dejar de ser incomprendidos?
-No, no la hay, estaríamos metiéndonos con una severa autoridad llamada: padres, pero entre nosotros podemos desahogarnos.
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Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...