Capitulo 15. Parte III.

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  • Dedicado a Karla Figueroa
                                    

-Ahora mas que nunca, pienso que es un imbécil-, dijo Brian, rompiendo con el silencio.

-No eres el único-, contesto Rodrigo.

-Me quede sin pareja-, respondió Esliana, fingiendo la mayor tristeza.

-No me molestaría en lo absoluto ser tu pareja-, intervino Daniel y ella sonrió.

Todos volteamos a verlos, con una sonrisa nerviosa. La tensión que se creó, fue demasiado insoportable, como si estuviéramos estorbándoles en la primera cita.

-¿De qué van a querer el agua? -pregunto Andrés, segundos después, con la intención de cambiar el tema-, la señora está esperando.

Pedimos nuestras bebidas y caminamos por ahí -optamos por no subir a otro juego, debido a mi condición-. Estuvimos hablando de cosas sin sentido alguno y también estuvimos ignorando algunas miradas e indirectas que salían por parte de Esliana y Daniel.

Cuando decidimos que era hora de irnos, hubo un pequeño cambio de planes.

-Ya son las once y media, joder, el tiempo vuela -repuso Andrés.

-Hora de irse, ¿no creen? -pregunto Esliana.

-Sí. ¿Oye, te puedo llevar a tu casa? -le pregunto Daniel con una sonrisa.
A juzgar por la espléndida sonrisa y el brillo que emitieron los ojos de ella, era obvio que iba a decir que sí, pero para mi sorpresa, tal brillo y sonrisa se esfumaron de inmediato.

-No –respondió con tristeza-, lo siento, me iré a casa de Jane, para que no se vaya sola. Ahí mi mama pasara por mí.

-Yo la llevo-, repuso Jefferson.

Enseguida voltee a verlo, iba a decir que no, pero pensé en que era hora de que mi amiga se diera un tiempo para ella. Así que, asentí tranquilamente.

-Entonces, es toda tuya, Daniel, solo cuídala bien- le advirtió Rodrigo.

-Con nosotros se ira Brian-, contesto tranquilamente-, solo lo iré a dejar a su casa y enseguida la iré a dejar a ella.

-Yo me lo llevo-, respondió Rodrigo de inmediato-, no hay problema en que se queden solos, mientras la cuides.

-Me parece perfecto, no me gusta ir de mal tercio-, comento Brian.

-Muy bien, yo te llevaría a tu casa, Jane, pero tu enamorado te va a encaminar y para mi ir solo es mucho mejor -dijo Andrés-. Ahora, esto va para los dos, Daniel, Jefferson, mucho cuidado con sus movimientos, les ponen una mano encima sin que ellas no quieran, y les rompo la cara, son como mis hermanas.

-Tranquilo, hermano -contesto Daniel-, sería incapaz de algo así, aunque Jeff… -no termino la frase, pero una sonrisa burlona se asomó en su rostro.

Me puse totalmente colorada, pero enseguida me repuse.

-En mi vida, dejaría que un tipo que acabo de conocer, me tocara –conteste con arrogancia.

-No dejarías que te tocara, pero si lo invitarías a tu casa, irónico -repuso Esliana.

Todos se rieron, incluida yo. Después nos despedimos y cada quien tomo su camino.

Brian y Rodrigo. Esliana y Daniel. Andrés y su moto. Jefferson y yo.

Caminamos unos minutos en silencio, después, él hablo.

-Tu novio es un grandísimo imbécil -su irritación era evidente-, lo siento, tenía que decirlo.  

-Pero al final es mi novio –dije, con completa tranquilidad.

Perspectiva de una estúpida adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora