Capitulo 49.

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A la salida, Rodrigo me pidió que habláramos a solas un momento. Supuse que era algo grave así que accedí y nos alejamos del resto.

-¿Cómo vas con lo del proyecto? –pregunto, con expresión ilegible.

-¿Lo del periódico escolar?, ya ni siquiera abrí el correo, no va a llegar nada –dije amargamente.

-Ya veo –tenía la mirada perdida.

-¿Qué ha pasado? –pregunte con preocupación. Su comportamiento no era normal.

-Quiero hacer algo por ti, lo hare el viernes.

-¿Qué cosa?

-Es una sorpresa, bueno, será una sorpresa para muchos.

-Dime -insistí.

-Quiero dar motivación, ellos quieren un chisme, yo tengo uno que los pondrá de cabeza –sonrió con tristeza-.

-¿Qué?

-Solo espera al viernes, y por favor no digas nada. Esto lo hago por ti, de verdad me gustaría que esto te funcione.

-No tienes que hacer nada… yo… yo acepto el fracaso de todo esto y…

-También lo hago por mí, Jane –hablo con algo de ansiedad-. En parte será gracioso, y muy liberador.

-Dame algún indicio…

-No. Solo quiero que sepas, que si esto no funciona de verdad lo lamentare mucho, es un gran proyecto, después de todo.  

-Rodrigo, puedes confiar en mí…

-No me ínsitas –sonrió dulcemente. Algo raro en él-, me ha costado mucho tomar esta decisión. Lo hago porque… sé que tú harías lo mismo por alguno de nosotros.

Dio media vuelta y regreso con los demás, dejándome pasmada con mis absurdos pensamientos. ¿Qué tramaba?

Algo grande debe ser, por su actitud. Pero… ¿Qué podrá ser? Pensé.

Decidí olvidarme de ello por completo -ya que sabía que no me iba a enterar ese día-, y unirme a los demás.

-¿Cuál es el plan? Ya no hay tareas, así que estamos libres –comento Esliana.

-Vamos a comer –repuso Andrés-. Y por favor, les suplico que aprovechemos toda oportunidad de salir, que después de que mi jefa vea las calificaciones, seguro me mata.

-Daniel ya sabe que me tiene que llevar a pasear antes del viernes, ¿lo sabes verdad? –Esliana se dirigió a él.

-Claro que si –sonrió levemente y le dio un tierno beso en la frente.

-Déjense de cursilerías aquí, por favor. Todos los demás vamos a vomitar si seguimos viendo esto –exclamo Rodrigo. Volvía a la normalidad.

-No todos, algunos van por el mismo camino –respondió Brian.

Jefferson soltó un bufido, sonriendo.

Capte enseguida que lo dicho, había sido por nosotros y no pude evitar el color en mis mejillas. Era tan raro sonrojarme tantas veces al día.

-Ya te veré con alguna chica –le advertí a Brian- y sufrirás.

-Lo dudo –me dedico una débil sonrisa.

-Qué raro. Apuesto a que muchas chicas andan detrás de ti –conteste.

-Ninguna me permite satisfacer mis necesidades. Si te das cuenta, ninguna chica de por aquí tiene si quiera mi atención.

Perspectiva de una estúpida adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora