¡No me juzguen por mentir! Hoy en día tienes que protegerte de todo, ya lo he dicho: son tiempos duros.
Después de esa pequeña pero significante escena, esperamos a que dieran las siete para subir a nuestros salones. El tiempo con él pasaba demasiado rápido, incluso más de lo que ustedes podrían imaginarse.
-Hora de irnos, preciosa –dijo y se puso en pie.
-¿Te veré en receso?
-Por supuesto que sí –comenzamos a caminar rumbo a nuestro piso-. ¿Qué vas a comer?
La pregunta me sacó de órbita. Volteé a verlo con expresión confundida, pero al último decidí contestarle. Después de todo, prefería hablar de comida alta en grasa, que de dilemas amorosos.
-Plástico –suprimí la risa, ante la expresión que dibujo su rostro.
-Señorita sarcasmo está de regreso.
-La señorita sarcasmo es más o menos como la versión de Blake -expliqué-, me gustaría deshacerme de ella, pero no puedo. Forma parte de mí.
-Si quieres mi opinión...
Íbamos casi llegando a la entrada de mi salón, cuando nos encontramos a Ricardo frente a frente. Fue muy raro ver a Jefferson quedarse sin habla, y como era de suponerse, a Ricardo le tomo solo un segundo esquivarnos y fingir que no había sentido nada.
Jeff y yo nos miramos con culpa, sabíamos que la persona que menos responsabilidad tenía sobre lo que estaba pasando ahora era Ricardo. Siempre pasa así.
En la escuela te incomodas de ver a tu ex novio, más cuando estas con el 'actual'. O peor aún, te incomodas cuando lo ves a él con sus amigas y sabes que cuando pasas están cuchicheando de ti. Por eso no quería salir con nadie más, porque sabía lo que ocasionaría.
Pero el daño ya estaba hecho. Además, por primera vez quería correr los riesgos del que dirán... los riesgos del primer amor.
Me decidí a olvidar semejante momento y me despedí de Jefferson.
-Te veré luego, querido –dije con toda la intención de burlarme.
-Es un hecho, preciosa –guiñó un ojo y se encamino a su salón.
Entre al mío dando un largo suspiro.
-¿Para quién tanto suspiro, chica? –pregunto Esliana.
-Como si no lo supieras –comento Rodrigo.
-Pues sí, es por Jefferson –cuando lo admití, fue con una gran sonrisa en el rostro.
Mis tres amigos se quedaron petrificados ante mi declaración, y yo, como buena chica, me dedique a gozar de sus expresiones pasmadas por un instante.
-Ya se te salió el cerebro por la nariz –dijo Andrés finamente.
-Puede ser... pero bueno, el hecho es que si esto va enserio, quiero empezar por cambiar. Admitir que mi sonrisa en este momento es por él, ya es dar un gran paso y no me digan que no porque a juzgar por sus bellos rostros, sé que si lo es.
___________________________________
Después de eso, las clases tomaron su curso normal, pero esta vez había algo diferente. Me faltaba él.
Es increíble como una persona tan normal, tan estúpida, tan rara, puede convertirse en algo fabuloso para tu vida.
Sí, sé que lo he repetido miles de veces. Pero no deja de impresionarme.
Aun así, no quiero tomar cartas en el asunto sobre las "medias naranjas" ya que he llegado a la conclusión de que sólo son un mito. Dios no nos trajo a este mundo como seres incompletos para buscar a nuestra otra mitad.
ESTÁS LEYENDO
Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...