-Pues a trabajar, entonces -conteste.
-A Rodrigo, Daniel y a mí, nos tomara un día hacer todo, Andrés y Brian en una semana acaban, dependiendo de su inspiración, Jeff y tú solo deberán ensayar mucho para el gran día-, concluyo Esliana.
-Se escucha tan sencillo, ojala así sea –repuso Jefferson.
Todos nos pusimos en marcha.
Andrés y Brian se proponían ideas entre sí para elaborar los dos carteles, Rodrigo estaba metido en una computadora, pensando el nombre del correo y, Esliana y Daniel tan solo esperaban a este último, para poder empezar.
Por otro lado, Jefferson y yo discutíamos, sobre como hablaríamos juntos.
-No tengo la menor idea de cómo podremos hacerlo, no tenemos nada de buena comunicación, no nos entendemos-, dije con fastidio.
-Ayer, en la noche, nos entendimos muy bien –dijo en broma.
-Jefferson –respondí con molestia-, no voy a pelear el día de hoy y vete olvidando de eso de anoche, no quiero que se repita, ya arregle las cosas con Ricardo.
-Te apuesto a que no le dijiste lo del beso –contesto seriamente.
-No, pero tengo una relación con el todavía.
-¿Porque no se lo dijiste?, ¿Qué te detenía?
-Él te hubiera pateado el trasero, iba a enfurecerse contigo.
-¿Quién te dijo que eso iba a pasar?, ¿qué tal si en vez de que el me pateara el trasero, terminaba contigo y te tachaba de zorra el resto de los días de su existencia?
-No voy a discutir sobre eso –repuse con firmeza-, lo que él hubiera hecho ya no importa. Las cosas ya están bien, y lo de anoche no se repite, ya dije. De verdad me siento muy mal.
-Jane –clavo su mirada en mi-, tus brazos estaban sobre mi cuello y acariciabas mi cabello, no se te veía ni una pisca de culpa.
-No seas exagerado. Suelo… besar así a todo el mundo –una enorme mentira.
-Las veces que te he visto con él, jamás le has dado un beso de esa forma.
-Por favor, sigamos con la presentación, ya sé que te encanta incomodarme, molestarme y hacerme enojar, pero este día hagamos eso a un lado.
-No lo dije para molestarte, sabes que es verdad, pero muy bien, sigamos.
Revisamos y corregimos algunos aspectos de todo lo que ya habíamos hecho, cuando él fue a mi casa.
Al último, aunque el trabajo no quedo perfecto, estábamos satisfechos.
Y hambrientos.
-Es todo por hoy. Vamos a comer, me harían muy feliz -dijo Esliana.
-A ti te hace feliz cualquier cosa-, repuso Rodrigo.
-Soy muy sencilla de complacer, ¿Qué te digo? –contesto, encogiéndose de hombros.
-Conozco un lugar, esta como a diez cuadras de aquí, venden una comida… única-, comento Brian.
-De acuerdo, pues Rodrigo, Daniel y Andrés tienen medio de transporte, ¿nos llevan, bebes?- pregunto Esliana.
-Claro, pero recuerda que mi moto solo tiene espacio para uno más -respondió Andrés.
-Mi carro está totalmente libre -dijo Daniel.
-Bien, Brian, Jeff y yo nos iremos contigo-, repuso Esliana-, Andrés, puedes dejar tu moto y…
-Nunca-, contesto rotundamente el chico.
-Era una sugerencia –repuso ella.
-Yo me voy solo, no tengo ningún problema. De todas formas, no me gusta llevar a nadie -de repente, su rostro cambio un poco, pero enseguida se compuso.
Jefferson y los otros dos se dieron cuenta de este cambio, pero disimularon su curiosidad. Los únicos que sabíamos la razón de su comentario, éramos Esliana, Rodrigo y yo.
-Me iré contigo, Rodrigo-, repuse, retomando la conversación. El me contesto con un gesto afirmativo.
-Pues vámonos-, dijo Daniel.
Cada quien se subió a su respectivo coche, Andrés fue el primero en arrancar, cosa que solo podía decirnos algo: había recordado muchas cosas.
Rodrigo encendió el auto, espero unos segundos y después avanzo.
-Aun la extraña –comento, segundos después-, yo creí que ya no le afectaba. No tanto como antes, por lo menos.
-Johana fue demasiado especial para él –dije con tristeza.
-Ya pasaron dos años, ni siquiera se ha querido dar oportunidad con alguien más.
-No podemos opinar, ninguno de nosotros ha pasado por eso. Es más, tú no te has tomado ni la molestia de presentarnos a las chicas con las que has salido –añadí con molestia-, solo nos enterábamos que había alguien en tu vida, por los pocos mensajes que llegaban a tu celular.
-Hace tres meses que no estoy con nadie –respondió indiferente-, por eso ya no llega nada.
-Ese no es el punto, jamás conocemos a tus chicas, y bueno, con Andrés es un caso muy diferente…
-Ella está muerta. Lo sé, sé que el la perdió para siempre, pero necesita seguir adelante, él aún tiene una vida.
-Es increíble que nadie haya viajado en esa moto, después de ella –dije con incredulidad, de verdad era sorprendente.
-Bueno, él se ofreció a llevarlas en la parte trasera a Esliana y a ti.
-Porque no tenía alternativa, aparte, a nosotros nunca nos vera en plan de ligue. Somos sus amigas, y aun así, nunca nos hemos subido, lo sabes.
-No creo que se disponga a subir a alguien más, él lo ha dicho. Ese lugar es de Johana y de nadie más.
Luego de esa charla, guardamos silencio hasta que llegamos al lugar.
Miles de pensamientos pasaban por mi mente. Destino. Tragedias. Perdidas. Cambios.
Sí. Había conocido a Johana, era una chica muy linda. Cabellera larga y rubia, ojos cafés, chaparrita y delgada.
Nos llevábamos genial con ella.
Vivía sin miedo a nada, al igual que Andrés. Eran la pareja perfecta. Pero un día, el destino se la arrebató. Nunca tuve todos los detalles, hasta ahora, solo sé que los padres de Johana chocaron y ella salió del automóvil volando. Su cabeza detuvo la caída y al instante perdió la vida. Desde esa vez, Andrés no ha volvió a tener nada con otra persona.
Cuando menos me di cuenta, ya habíamos llegado. Andrés ya estaba ahí, baje inmediatamente y lo envolví en mis brazos, apretándolo con fuerza, intentado decir con eso, que contaba conmigo para todo.
El respondió con otro abrazo, con el que me dijo, que estaba bien.
Espero que hayas disfrutado mi nuevo capítulo, si quieres estar al pendiente de más contenido, si tienes alguna sugerencia en cuanto a la historia o alguna crítica –sea constructiva o no-, puedes mandarme un mensaje a mis redes sociales:
Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007568176391
Twitter: https://twitter.com/NaftalySayra
¡Gracias por leer!
ESTÁS LEYENDO
Perspectiva de una estúpida adolescente.
RandomJane es una adolescente que se sigue por solo una regla: “Consigue todo a costa de todo”. Sin embargo, para lograr lo que uno desea, siempre se debe de pagar un precio muy alto. ¿Jane será capaz de pagarlo? Ella estaba segura de que así seria. Es...