3.

1.4K 60 0
                                    

- ¿Necesitás ayuda?
- No, no...estoy bien.
- ¿Segura?
- Sí, sí, estoy bien.
- Bueno, nos vamos si querés, pero tené cuidado.
Asentí sin saber que más decir y él volvió a sonreír mirándome de arriba abajo antes de irse junto sus amigos.
Se alejaron de dónde yo estaba, pero no llegaron a entrar al boliche, así que  podía seguir viendo al mismísimo Duki delante de mí.
Tras unos minutos, vi un taxi acercarse a lo lejos y esperé al que fuese el mío. Hasta que, de repente, alguien me agarró de la cintura por atrás, asustandome.
- Soy yo, Bruno.
- Me asustaste, pelotudo.
- Uh, ¿Pasó algo?
- No, nada, no pasa nada.- me miró confundido pero yo chasqueé la lengua y guardé silencio, sólo limitándome a darle un beso como saludo.- ¿Donde estuviste toda la noche?
- Por ahí con los pibes, ¿Vos?
- Igual.
- ¿De verdad que no pasa nada?
- De verdad.
Sonreí levemente para tranquilizarlo y esta vez, asintió con la cabeza, esperando conmigo a que por fin el taxi aparcase para subirnos a él.
Cuando los dos ya estábamos dentro, me giré un momento a buscarlo con la mirada, viéndole de lejos. Y él también tenía la mirada en el auto, paralizandome sin saber por qué.
- ¿Tenés frío?- pero la voz de Bruno me sacó de aquel trance.
- ¿Eh? No, no...bueno, un poco.
- Vení.
Me abrazó por los hombros una vez me puso su campera encima, ya con el auto en marcha.
Según me contó, su auto lo agarró uni de sus amigos porque lo necesitaba y no tenía plata para un taxi, así que él se quedó sin nada con quién volver y por suerte me encontró a mí.
Aún así, mi cabeza todavía seguía en lo que había pasado hacía unos minutos atrás.
Acababa de conocer a Duki, uno de los cantantes más famosos de Argentina e internacionalmente. Tanto mi hermano cómo yo éramos fans de él, hasta mi hermana pequeña había escuchado alguna canción.
Y lo más extraño no era eso, sino la forma en la que le conocí, defendiendome. Pero había algo que se sentía raro.
Su mirada...su presencia tan cerca de mí. No lo sabía, pero cuando estaba a su lado me sentía de una forma que antes no lo había hecho y no era por estar al lado de alguien famoso, sino por otra cosa.
Quizás por tener sus ojos encima de mí todo el tiempo, hasta cuándo se fue podía sentir sus miradas a veces. Incluso cuando ya estaba yendome en taxi seguía mirando a dónde estaba.
Por suerte, llegamos pronto a mi casa, decidiendo que Bruno se quedara conmigo para pagar a mitad el taxi e ir juntos a mi casa.
Yo me cambié de ropa, él sólo se quitó la remera que llevaba y los pantalones para quedar en boxer, acostado a mí lado.
Por ese entonces, el efecto del alcohol no se sentía casi nada en mi cuerpo, así que abrazada a Bruno me intenté olvidar de lo que pasó y acabé por dormirme a los pocos minutos.
Desperté por la alarma de mi celular, que me avisaba de que tenía que levantarme para laburar, como siempre.
Resoplé con la cara pegada en la almohada y algunos mechones en ella, sintiendo el brazo de Bruno rodearme la cintura, también dormido boca abajo a mi lado.
Me levanté sin ganas, arrastrando mis pies hasta la cocina para hacerme un rápido desayuno antes de que Bruno también se despertase y me acompañase.
Después, nos vestimos y salimos hacia mi auto para ir primero a su casa para que se cambiase de ropa y segundo a la casa de su amigo para conseguir devuelta su auto.
Una vez lo teníamos, nos dividimos y él se fue al taller mientras que yo tenía que ir a por mí hermano cómo de costumbre.
Aparqué en frente, esperando a que saliese. Segundos después, ya venía corriendo con cara de recién despertado hasta que entró con torpeza en el auto.
- Me quedé dormido.
- Ya lo veo.
- ¿Y vos qué? ¿Buena noche?
- Rara.- afirmé comenzando a manejar.
- ¿Y eso? ¿No fue buena la joda?
- Estuvo bien.
- Bien.
- Sí, bien.
- ¿Y entonces qué?
- ¿Sabés a quién vi?- le pregunté mirándole por unos segundos del sus de unos segundos en silencio. Él negó con la cabeza y yo suspiré.- A Duki.
- ¿Duki?
- Sí, fuimos a Colta, ¿Te acordás?
- ¿Es posta? ¿Viste a Duki?
- Sí, lo vi, ya te lo dije.
- Estás jodiendo, ¿Verdad?
- Y me habló.
- ¿Qué?
- Tuve un problema y me ayudó.
- Bri, ¿Es una joda esto? Dale, enséñame la cámara oculta.
- No es una joda, posta.
- No te la puedo creer, wacha, viste a Duki...- asentí y él sonrió como un niño pequeño.- ¿Y cómo era?
- ¿Cómo querés que sea?- pregunté sonriendo por su pregunta.
- No sé, ¿Que te dijo?
- Nada, se preocupó por mí, nada más.
- Que buen pibe...
- Fue un poco raro.
- ¿Por qué?
- No sé, había algo...no sé cómo explicarlo, de verdad.
- Bueno, lo importa es que lo conociste.
Negué con la cabeza a la vez que sonreía escuchando como sólo se había quedado con eso, cuando en realidad ni lo conocí, sólo hablamos unos segundos y lo demás era sólo verle.
Por fin, llegamos al taller y bajamos los dos, aunque yo sólo era para despedirme de Bruno, que ya comenzaba a estar lleno de grasa de los autos.
Después de eso, ignoré todo lo que ocurrió anoche, la extraña e inexpicable sensación que tuve y me fui al hospital a hacer mi turno de las mañanas como debía.

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora