18.

920 52 3
                                    

- Brisa.
- ¿Sí?- me giré para ver a mi compañero del turno de hoy, que me sonreía apoyado en el marco de la puerta.
- Alguien te llama.
- ¿Cómo que me llama alguien?
- En recepción, pelotuda.
- Ah, voy.
Rió levemente y yo sonreí, saliendo de la habitación donde estaba terminando de cambiarme para marcharme por fin del hospital al terminar mi día.
Fui a recepción con él detrás de mí, frenando en seco al verle allá, esperándome con tranquilidad.
- ¿Qué hacés acá?- fue lo primero que pregunte al verle, llamando su atención y haciendo que sonríese al verme.
- Vine a por vos.
- ¿A por mí?
- A comer juntos.
- Mauro...
- ¿Estás ocupada? ¿No has terminado aún?
- Sí he terminado, sí, pero tendrías que haber avisado, pelotudo.
- Bueno, no sé, pintó.
- Igual acá te van a reconocer, ¿No pensaste en eso?
- Ya fue, no sería la primera vez ni la última.
- Bueno, bueno, pero que sepas que una gorra no te hacen invisible.
Sonrió de nuevo y yo también, acabando por despedirme de mi compañero, que parecía divertirse con la situación.
Nos fuimos juntos del hospital, yendo a dónde estaba mi auto porque él había venido en taxi hasta acá, ya que no manejaba.
- ¿A dónde?
- No sé, vos sólo maneja y ya pensaré.
- ¿Es joda?- negó con la cabeza y yo sonreí de nuevo.- Un tipo que piensa antes de hacer las cosas sos vos eh.
- Eso dicen.
Rió y yo volví a negar con la cabeza, arrancando el auto para salir por fin del parking del hospital y manejar por Buenos Aires hasta que finalmente, me dijese un sitio a dónde ir.
Minutos después, eso hizo, así que cambié de dirección y fui hacia donde él me dijo escuchando música a todo volumen en todo el camino.
Cuando llegamos, estuvimos hablando lo que no hicimos en el camino, entrando también donde dijo para después pedir la comida y esperar a que nos sirviesen mientras seguíamos hablando.
Cada día que pasaba y nos veíamos, me sentía más bien a su lado. Ya no lo veía como un famoso y está situación como algo extraño o sorprendente, sino que ya lo sentía como alguien que era parte de mi vida. Había dejado de ser sólo Duki para ser sólo Mauro.
Aún así, no solíamos vernos mucho por todo lo que tanto él como yo teníamos que hacer en nuestras vidas aparte, pero al final del día siempre solíamos hablar aunque fuese por mensajes o el acababa apareciendo de la nada como acababa de hacer antes en el hospital, aunque esta era la primera vez que venía a dónde laburaba para verme.
Ayer, en cambio, fui yo la que volví a ver a Asan y a Neo al estar acompañándolo a grabar como me pidió, así que tanto él como yo ya habíamos estado en el lugar de laburo del otro.
- Eu, ¿Mañana podés salir?
- ¿Salir a dónde?
- De joda conmigo.
- No sé...no creo.
- Dale, venís pronto y estás en el laburo al día siguiente.
- No es eso, tengo otra cosa aparte.
- ¿El qué?
- Una de las carreras de mi hermano pequeño.
Mauro ya conocía sobre esas carreras porque le había contado de ellas más de lo que al principio, expandiéndome un poco más en la explicación que esa vez. Y sí, de nuevo había una carrera y está vez me necesitaban a mí.
- ¿Posta?- asentí y sonrió.- Es en tu barrio, ¿No?
- Donde vivo yo no, donde vive mi hermano con mis padres.
- Ya sé, ya sé, fue ahí donde te dejé la otra noche por la cena, ¿Te acordás?- asentí y sonrió de nuevo.- Bueno, entonces tendré que ir allá.
- ¿Eh?
- Que tendré que ver si manejás bien a buena velocidad.
- Si vos aparecés allá lo último que va a hacer la gente es ver la carrera.
- La veo de lejos.
- Va mucha gente.
- ¿Mucha?
- Tampoco algo insoportable pero...gente que te conoce seguro que sí.
- Bueno, me pongo algo más que una gorra.
- Mauro, dale.
- No va a pasar nada, Bri, ya sé cuidarme solo.
- Lo sé, pero ir allá es una pelotudez y más si es sólo para verme manejar.
- Y quiero hacerlo.
- ¿Verme manejar?- asintió y suspiré.- ¿Tenés todo el día libre?
- A la noche no.
- Bueno pues a la noche te llevo a dónde digas, pero ahora te voy a enseñar cómo manejo.
Sonrió, aunque eso no cambió su mirada confundida. Terminamos de comer y estuvimos dando una vuelta antes de subirnos de nuevo a mi auto y manejate hasta la pista, donde teníamos guardado el auto que utilizabamos para las carreras.
Como los pibes que estaban allá ya me conocían y bastante, me dejaron pasar y subirme al auto, a la vez que también dejaron a Mauro que entrase por un par de fotos a cambio.
Le dije que me esperase fuera de la pista, donde se solían poner Lautaro y Bruno para verme manejar, y después terminé por colocarme el casco y arrancar el auto.
Mientras subía la velocidad lentamente, terminaba de poner la música para concentrarme sólo en manejar después. La velocidad fue subiendo más rápido hasta que toda mi atención tenía que estar en la carretera, actuando rápido en las curvas para enseñarle cómo manejaba y así evitar que viniese mañana y la carrera se acabase por cancelar por su presencia que no hacía nada más que llamar la atención de todos los que estarían acá.
Decidida a terminar de dar vueltas sin parar y a mucha velocidad, me acerqué a dónde estaba y como hacía con Lautaro, frené derrapando para después quitarme el casco, suspirando al poder respirar mejor. En ese momento, Mauro se acercó al auto sonriendo, por lo que bajé la ventanilla.
- ¿Te sirve?- le pregunté sonriendo.
- Una banda.- sonrió de vuelta, comenzando a reír después.

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora