22.

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La puerta comenzó a sonar, despertándome de la pequeña siesta que me estaba dando. Había conseguido que uno de mis compañeros me cambiase su turno y en vez de ir por la tarde, iba por la noche, así podía descansar de la resaca de la noche de ayer.
Pero, parece que era la única que me quería ver descansar, ya que después de tomarme la pastilla para el dolor de cabeza y dormirme alguien decidió despertarme llamando a la puerta.
Me levanté molesta y fui hacia la puerta para abrirla rápido para al segundo, ver cómo pasaba adentro de mi casa Bruno sin ni siquiera saludar.
- Al fin, parecía que habías desaparecido, ya estaba preocupado.
- ¿Eh?
- Dale, ¿Dónde estabas? Anoche desapareciste y cuándo llamé a tus amigos nadie sabía dónde estaba, ¿Sabés responder llamadas, mensajes? No sé, Bri, no sos la única que se preocupa de vos eh.
- Pará, pará... recién me despierto, teneme un poco de paciencia.
- Paciencia...¿Dónde estabas?
- ¿Ahora tengo que decirte dónde estaba?
- Brisa.
- No me acuerdo de nada, qué querés que te responda...
- Una respuesta mejor que esa, por favor.
- Uh, dale, Bruno, sos re cargoso.
- ¿Me estás cargando?
- Ya te dije, estoy recién despertada y no recuerdo nada de ayer aparte de estar bailando y bebiendo con vosotros.
- Nadie sabe que hiciste anoche, ni yo.
- Bueno, si no te hubieras ido con tus amigos...
- Dale, dejá de ser tan pelotuda.
- Sos vos el pelotudo acá. Entras sin saludar para llenarme de preguntas después de despertarme de mi larga siesta porque está noche tengo turno y las respuestas que te doy no te gustan así que ahora me pedís otras, ¿Qué querés que te diga? ¿Qué me fui con un pibe y te engañé?
- ¿Fue eso?
- Dale, salí de acá.- le agarré del brazo no muy fuerte y empecé a llevarlo hasta la puerta, pero era más fuerte y frenó en seco.
- Decime algo, Brisa.
- ¡Qué no me acuerdo, Bruno, que no me acuerdo! Ahora, ¿Te podés ir, por favor?
- A veces no sé ni para que me preocupo por vos.- respondió soltándose de su agarre para salir solo de mi casa.
- Ni yo sé por qué lo hacés.
Y cerré la puerta con fuerza, haciendo que apareciese levemente el dolor de cabeza otra vez. Chasqueé la lengua y volví a la habitación para meterme entre las sábanas y cerrar los ojos, relajándome poco a poco.
Había sido un poco dura con él, sí, pero me molesta que me despierten y más si es para llenarme de preguntas un día después de una fiesta. Y lo peor, es que me sigas pidiendo más respuesta cuando ya te he dado todas las que podía.
No entendía que quería que le dijese cuando realmente, no me acordaba de nada. Sólo conocía la versión de Mauro y que creía que era la verdadera, pero no podía contarle que me fui con Duki de fiesta porque lo conozco de semanas y me había quedado tan sola que me di cuenta que él único que estaba para mí era él.
Entonces, comenzaría a preguntarme cosas sobre él pero no por curiosidad o fanatismo, sino por estar celoso de que en vez de llamar a mi novio me fuese con otro chico que aunque recién había conocido, parecía que ya era parte de mi vida de antes porque así lo sentía.
Así que, preferí darle una respuesta simple y cierta a la vez. Pero, parce que no le servía mucho y siguió intentando buscar otra sin éxito.
No podía no sentirme mal por gritarle o echarle de mi casa, pero estaba molesta ya desde que me despertó y cuando veía que no parecía querer irse y que sólo había venido a molestarme más, no me pude controlar.
Suspiré y me giré sobre mí, quedando sobre el otro lado para intentar olvidarme de la discusión y poder dormirme, consiguiendo el éxito a los pocos minutos.
Me desperté dos horas después, confundida y desorientada porque no quería dormir tanto, pero al menos no me sentía tan cansada como antes. Entonces, me levanté de la cama y fui a darme una ducha para aclarar mi cabeza y después vestirme, lista para mí turno de noche.
Me hice la cena, la guardé en mi bolso junto a otras cosas para todo el turno y finalmente, agarré las llaves de mi auto y manejé hasta el hospital. Fue ahí, justo cuando aparqué, que me llegaron un par de mensajes al teléfono. Unos de mi hermano, otros de Mauro.
Lautaro❣️🙂
Buen día.
Bueno, ya es por la tarde, pero ya fue.
Ché.
Brisa.
¿Estás?
Que pelotudo si no me respondes no estás.
En fin.
Dale pelotuda.
Ché.
¿Pasó algo con Bruno? Está raro.
Dale.
Brisaaaaa.
Respondeme 😔
Resoplé, sintiendo mis pocas ganas de responderle porque era un tema muy largo y sabía que con tan sólo contarle algo preguntaría más y no me apetecía eso. Así que, le ignoré y fui a leer los mensajes de Mauro.
Mauro
Reina.
¿Te venís mañana a mi casa?
Parece otra cosa pero solo vienen los pibes.
Al menos no me había mandado tantos mensajes y no preguntaba nada, solo eso. Era temprano para saberlo, pero me apetecía, así que...
Mauro.

Dale.

Decime hora y voy de una.

Esa es mi wacha

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora