One Million Dollar Baby (Duki)

8.

Faltaba todavía media hora para que lo volviese a ver tras haber quedado en una dirección que tampoco sabía dónde era.
Ya me había duchado y arreglado, sólo me faltaba relajarme y olvidarme por un momento que estaba a punto de ver a un famoso con el que, más bien, había quedado porque tenía mi número.
Era extraño, aunque intentase olvidarme de ello, era extraño. Hacía unos días sólo escuchaba su música y le veía por el Instagram o alguno de sus vídeos oficiales. Pero ahora, tenía su número y podía hablar con él.
Suspiré y me levanté para agarrar las llaves de mi auto más un par de cosas más que guarde en mi bolso, saliendo de mi casa para entrar en mi auto y decidir dar vueltas con él para relajarme manejando.
Iba con la música no muy alta, relajada, olvidándome por un momento de lo que iba a pasar y haciéndome a la idea de todo para que, poco a poco, mis nervios fuesen desapareciendo y comencé a manejar hacia la dirección que le mandó por mensajes como dijo que haría.
De repente, me encontraba delante de una casa que esperaba que no fuese la suya, porque entonces todo el ejercicio que había hecho para relajarme, ignorando la idea de que iba a ver a un famoso, no serviría para nada.
Resoplé, eché un par de mechones de mi pelo hacia atrás y salí del auto, caminando hacia la casa que tenía en frente de mí mientras sacaba el celular de mi bolso y miraba si me había mandado otro mensaje él u otra persona. Pero no, y justo estaba delante de la puerta.
Respiré intentando relajarme y cuando vi que estaba lista, llamé, volviendo a ignorar que era la casa de un famoso. Segundos después, me abrió la puerta.
- Hola.
- ¿En tu casa?- pregunté sin pensar, haciendo que sonríese.
- Si querés vamos afuera, pero tenés que aguantarte a la gente.
- Ya...
Sin dejar de sonreír, quizás por mí actitud tan nerviosa y torpe, se hizo a un lado para que pudiese entrar dentro de su casa.
A paso lento y desconfiado, eso hice. Caminé despacio, mirando a todas las paredes antes de que él cerrase la puerta y pasase por mi lado hacia lo que era el salón.
Fui detrás de él hasta no saber que hacer. No sabía si sentarme, si dejar las cosas en un lugar y luego sentarme o simplemente quedarme de pie. Y él parecía que no me iba a dar respuesta, porque nada más entró se sentó en el sofá, dejando su celular en la mesa.
Inspiré con fuerza y seguí caminando hasta decidirme por sentarme e intentar que no se me notase tanto los nervios.
A partir de ahí, desde que me senté, comenzó a hablarme como si nada, contándome que había hecho en su día aburrido hasta que me mandó los mensajes aquellos. Después, parecía que me tocaba a mí contar brevemente mi día tan normal como el de ayer y el de mañana, menos por él.
- Ya sé que es medio raro conocer un famoso, aunque no sé si sos fan, pero igual podés preguntarme lo que quieras.
- Es raro, es raro.
Afirmé, haciéndole reír levemente. Tras aquello que dijo, me fui relaja di poco a poco, comenzando a llamarlo por Mauro y no por Duki.
Después de eso, le hice un par de preguntas sobre él y su vida sin adentrarme mucho en algunas cosas que podrían ser más personales y en su vida famosa, ya que esa la veía desde el Instagram, aunque estaba segura de que no era completamente cierta.
- ¿Y vos? Contame algo, dale.
- Bueno yo...soy la hermana mayor de tres. Mi hermano Lautaro es mi mellizo y después tengo otra más pequeña, Isabel. Mis padres son de Rosario, como mi hermano y yo, pero Isabel es de acá, de Buenos Aires. Fui mala estudiante, pero me acabé sacando la carrera y me independicé hace un año con los pocos ahorros que tenía.
- ¿Y nada más?
- Pues...no, la verdad, por la mañana siempre llevo a mi hermano al trabajo y luego me voy al mío y así siempre.
- Dale, tenés que tener algo más, no sé.
- Bueno...por las noches, a veces, ayudo a mi hermano con un auto que tiene para las carreras ilegales que se hacen a veces en mi barrio y que le encantan.
- ¿Posta?
- Sólo lo manejo, para eso eran las cajas del otro día.
- ¿Y sólo lo hacen vos y tu hermano?
- Bueno, nos ayudan para guardarlo y demás unos amigos y luego...bueno, luego está Bruno, mi novio.
- Novio.
- Desde hace dos años.
- Uh, eso es una bocha.
- Sí, sí...pero bien, labura con mi hermano así que...
- Tenías que tener algo más.
No sabía si se refería a que tenía novio o a mi historia con los autos de mi hermano y tampoco sabía por qué me había costado tanto en decir que tenía novio, que existía Bruno en mi vida.
Quizás era por lo que me imponía aunque estuviese más relajada que al principio, pero cada vez que le miraba veía a una persona completamente diferente a mí y sobretodo, estaba en su casa, que imponía aún más.
Después de eso, seguimos hablando y contándonos algunas cosas, aunque aún sin mucha confianza. Yo era más reservada, estaba claro, él me hablaba más seguido y con eso me hacía hablar a mí, aunque también era reservado en temas personales de su vida.
Aún así, ya sabía un poco más que antes y mejor de esta forma que tan solo buscando en la wikipedia. Pero, todavía resultaba extraño todo.
Poco a poco, las horas fueron pasando hasta que se comenzó a hacer tarde y a oscurecer. Y como tenía que ocurrir, nos tuvimos que despedir.
- Me encantó conocerte, posta.
- Igual.- sonreí nerviosa.
- No tardaré tanto como la otra vez en mandarte un mensaje o cualquier cosa, estaba complicada la cosa.
- No importa, tenés más cosas que hacer así que...sin problema.
- Bueno, pero tiempo hay para todo.
Asentí y él sonrió. No lo conocía mucho, pero por lo que había visto parecía divertirme la situación en la que mostraba mi nerviosismo y era por él.
Como si nada y de forma fría para como yo lo solía hacer, nos acabamos de despedir y finalmente, salí de su casa para aguantar el aire hasta llegar a mí auto.
Una vez ahí, pude respirar tranquila, manejando lo antes posible para irme de allá y poder relajarme del todo. Era alguien famoso que apenas conocía, aunque ahora más, pero no podía evitar ponerme nerviosa al verlo o tener que despedirme, sin saber cómo comportarme igual que tampoco sabía exactamente a dónde iba a llegar esto.