Suspiré aburrida en el laburo, con pocos minutos ya para irme. Llevaba toda la mañana sin hacer mucho, la mayoría de las cosas se encargaban mis compañeros.
Cuando volví a mirar el reloj y vi que ya era la hora de irme, me levanté rápido a la vez que hablaba con mi compañera, la que estaba a mi lado, despidiéndome de ella para ir directa a dónde estaban mis cosas.
Dejé lo necesario y me fui con lo mío lo más rápido que podía, mirando la hora para ver cuándo tenía que ir a manejar el auto de mi hermano para las carreras.
Al levantar mi mirada del teléfono, me di cuenta con mis ojos de que no estaba sola. Sonreí al verle apoyado en mi auto como si nada, fumando tranquilo.
- ¿Y esto?
- Vine a por vos.
- Sin auto.
- Me gusta como manejás.- negué con la cabeza sin dejar de sonreír y me acabé por acercar a él.
- ¿Sí?
- Soy mejor de copiloto.
Sonrió terminando de echar el humo y una vez que no había rastro del tabaco, acabó por terminar con la distancia que nos dividía con un lento beso, sonriendo de nuevo después de separarnos.
- ¿A dónde vamos?
- Pues...tengo una cosa que hacer.
- ¿El qué?
- Lo de las carreras.
- ¿Tenés una ahora?
- No, no, tengo que manejar para...bueno, ver cómo voy mejorando.
- Te acompaño entonces.
- Voy con mi hermano.
- Así le conozco.
- No te vas a rendir eh.
- ¿Querés que vaya?
- No me importaría.
- Entonces...
- No hay ningún problema, copiloto.
Sonrió de nuevo y está vez fui yo la que le dio un corto beso antes de dar la vuelta al auto y subirnos los dos.
Arranqué y él puso música mientras que salíamos del aparcamiento para comenzar a manejar a donde guardábamos el auto.
- Mándale un mensaje a mi hermano.
- ¿A tu hermano?- asentí dándole mi teléfono sin dejar mirar la carretera.- Bueno, si vos querés...
Fruncí el ceño por lo que dijo mientras que el desbloqueaba mi celular, sin dejar de mirar la carretera en ningún momento.
- Ché, hermano de Brisa, ¿Qué onda? ¿Cómo está todo? Soy Mauro, bueno Duki, supongo que me conocés.
- No me lo puedo creer...
- Nada, que tu hermana quería decirte que vamos para allá, no sé si a dónde las carreras o otro lado pero eso, que vamos para allá. Chao.
- ¿Le acabas de mandar un audio a mi hermano?
- Alta paja escribir.
- Pelotudo.
- Y capaz que ni me entendía.
- Pues vamos entonces.
- ¿A dónde?
- A por él.
- ¿Qué?
- A donde labura, a un taller.
- Ah, bueno, dale, más tiempo de copiloto.
Negué sonriendo y seguí manejando hasta que al fin llegamos a la puerta del taller, esperando a que mi hermano saliese.
- Bri.
- Al fin.
- Opa, si no está sola.
- ¿No has visto el mensaje?- le pregunté, pero se quedó quieto en el lugar mirando a Mauro, sorprendido.- Lautaro.
- Eh, sí, perdón.
- ¿Lo viste o no?
- Eh...no.
- Dale, vámonos ya, pelotudo.
Sonrió nervioso y se subió como le dije. Un segundo después, mientras que yo volvía a arrancar, Mauro de repente comenzó a hablarle como si nada, preguntándole cosas mientras que mi hermano le veía por los espejos como se quedaba, nervioso, casi sin moverse en su asiento.
Negué con la cabeza y comencé a ignorar la conversación, fijándome solo en manejar hasta donde teníamos el auto.
Fui frenando hasta llegar y ellos se fueron callando poco a poco hasta que terminé por aparcar. Entonces, los tres salimos del auto, yendo primero mi hermano y yo y él detrás, volviendo a liarse un cigarro.
- Bueno, ya sabés que tenés que hacer.
- Dale, esperarme eh.
- ¿Y a dónde vamos a ir?- preguntó Mauro sonriendo.
- No sé, como ahora sois amigos.
Sonreí y ellos negaron con la cabeza. Dejé mis cosas y fui a dónde estaba el auto, colocándome el casco antes de arrancar y comenzar a dar vueltas a poca velocidad, aumentando hasta que pude ver cómo mi hermano me hacía una seña.
Entonces, sabía que me estaba cronometrando, así que pisé el acelerador y fui más rápido que antes para llegar a tiempo. Una vuelta después, fui frenando hasta que poco a poco terminé por aparcar en frente de ellos, quitándome el casco para poder respirar mejor, suspirando.
- ¿Qué tal?
- Bien, a tu tiempo.
- Dale, ¿No mejoré?
- Estás bien, estable, a tu nivel.
- Está feo eso eh.
Sonrió negando con la cabeza, apoyado en la ventanilla. Abrí la puerta y salí con el casco en mis manos, dándoselo a él antes de volver a arrancar y dejarlo aparcado en su sitio.
- ¿Ya está?- preguntó Mauro.
- ¿Querés más?
- No sé, me esperaba una carrera o algo.
- No puedo, no sabéis ninguno.
- Uh, beef.- rió mi hermano y yo le señalé.
- Es igual para vos eh.
- Bueno, bueno, perdón.
- ¿Ahora a dónde?
- Yo a casa, estoy fatal.
- Bueno, dale, te llevamos.
Mi hermano asintió y volvimos a mí auto para llevarlo a la casa de mis padres.
- ¿Y ahora?
- ¿Estás cansada?
- Bueno, no sé, algo.
- Ya fue, ¿Mañana tenés turno de tarde?- negué con la cabeza y sonrió.- Listo, mañana voy a por vos de nuevo.
- ¿Otra vez a que maneje para vos?
- Conmigo, no para mí.
- Bueno, ¿Entonces te llevo a casa?
Asintió sin dejar de sonreír y yo hice lo mismo, arrancando de nuevo el auto hasta llevarlo a su casa, aparcando en frente de la puerta.
- Ha llegado a su destino.
- El mejor Uber que pude pedir.- reí negando con la cabeza y él sonrió, abriendo la puerta a la vez que se acercaba a mí.- Nos vemos mañana, ¿No?
- Si es para verte estoy.
Sonrió y yo hice lo mismo antes de que acabase por darme un beso e irse a su casa, dejándome la misma sonrisa que había tenido desde que le había visto.
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One Million Dollar Baby (Duki)
Fiksi PenggemarBrisa o como le decían sus amigos, "Bri", tenía toda su vida resuelta. Su familia estaba bien y la apoyaba en todo, ayudaba a su hermano pequeño con su trabajo cuando podía, llevaba dos años con su novio y laburaba en un hospital como enfermera desp...