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- No sé por qué tengo que hacer eso.
- Porque así vemos si están bien las ruedas.
- Ya...
Resoplé y Lautaro sonrió viendo cómo comenzaba a caminar hacia el auto, poniéndome el casco antes de entrar y arrancar para acto seguido, hacer todo lo que él me había pedido y que no era tan fácil como él pensaba.
- ¿Y? ¿Qué tal? ¿Cómo te parecen?
- Bien, pero es una pelotudez.
- Bueno, ya me lo dirás en la carrera.
- ¿Qué carrera?
- El viernes.
- ¿Cuándo es?
- Tranquila, si querés ir a una joda tenés tiempo luego.
- Lautaro, si de verdad me querés por favor, hazte el carnet ya.
Rió y yo me saqué por fin el casco, poniéndomelo en las rodillas para esperar a que mi hermano subiese de copiloto para dárselo. Y mientras limpiaba los espejos, yo manejaba de nuevo al aparcamiento para dejarlo allá y bajarnos.
- Bueno, ¿Entonces bien?- preguntó mientras apoyaba uno de sus pies en una rueda trasera para apretar y ver si estaba bien.
- Sí, ya te he dicho que sí.
- Lo digo por vos eh.
- Y porque sería difícil explicarle a nuestros viejos que me accidenté en una carrera sin decirles que llevás en esto meses, ¿No?
- Pelotuda.- reí y comenzamos a andar hacia donde estaban los demás.
- ¿Y él va a venir?
- ¿Quién?
- Él.
- Ah, ya, bueno...supongo, no sé, como no hablamos.
- Pero sabe que hay una carrera.
- Él también estaba en esto así que...supongo que sí.
Resoplé y dejamos el tema para saludar a los pibes que como siempre, se encontraban allá para hablar con nosotros cuando sabían que veníamos.
Unos minutos después, nos despedimos de ellos y salimos para ir a mi auto y manejar más tranquilos a la casa de mis padres. Salimos juntos y fuimos al salón nada más entramos, encendiendo la Play para tumbarme en el sofá y quedarme entreteniendome con mi teléfono mientras él jugaba.
- Ché, Bri.
- ¿Qué?
- ¿Y qué onda con Duki?- levanté mi mirada del teléfono y sonrió.- Mauro.
- ¿Qué onda de qué?
- No sé, me enseñó Isabel la foto.
- Bueno, es su fan, ¿Qué querés que le haga yo?
- ¿Sabés que se lo ha enseñado a sus amigas?
- ¿Posta?
- Sí.- afirmó riendo.- Y dice que les ha contado a todos que lo conoce de verdad.
- ¿Cómo de verdad?
- Que son amigos.- y volvió a reír mientras que yo tapaba mi cara con las manos y chasqueaba mi lengua.
- Ay dios... mirá que le dije que no lo hiciera.
- Déjala, estaba re feliz el otro día.
Negué con la cabeza y dejé definitivamente el teléfono en la mesa para mirar cómo jugaba. Al final, todos sabíamos que iba a decirlo tarde o temprano.
- Bueno, pero no me has respondido.
- ¿Eh?- le miré confundida y sonrió.
- Con Mauro, ¿Qué pasa?
- Amigos.
- ¿Sin más?
- ¿Querés algo más?
- No es lo que yo quiera, sino lo que vos quieras.
- Que profundo.
- Para una vez que digo algo así.- sonreí y él chasqueó la lengua.- Será por vos.
- ¿Cómo qué por mí?
- Dale, Bri, no te hagas la boluda, te come con los ojos.
- ¿Qué?
- ¿No te diste cuenta?
- No sé, no me fijo en eso como vos.
- Tampoco hay que fijarse mucho eh, se nota bastante.
- Ya...
- Pero vos no decís nada.
- No sé qué decir.
- No digo ahora, pelotuda, digo de él.
- No sé, no lo pensé así.
- ¿Nunca?
¿Lo había hecho alguna vez? No podía negar que era guapo y obviamente, había sido fan de él sin conocerlo y ahora más. Pero aparte de eso, supongo que jamás me lo planteé por todo lo que había pasado.
- Bueno, es que con Bruno...
- ¿Qué pasa con ese gato? Ya no está, ¿No?
- No, pero es reciente.
- No te estoy diciendo que te vayas con él ahora, boluda,te pregunto que sentís.
- No sé lo que siento porque recién estoy olvidando a mi ex novio para pensar en otro.
- Bueno, no sé, igual te ayuda.
- No voy a utilizar a alguien para olvidarme de otro.
- ¿Y si al final no lo utilizas porque te gusta de verdad?
- ¿Y si no?- chasqueó su le gua y yo sonreí.- Pueden pasar muchas cosas, pelotudo.
- Bueno, no sé, pero tampoco podés estar todo el tiempo pensando en ese gil, ¿No? Algún momento habrá que te preguntes si te gusta.
- Supongo.
- Igualmente, ya te digo yo que él se muere por vos.
- Tanto como eso...- rió y yo la miré callada.
- Bueno, igual tanto no, pero que le gustas sí.
- ¿Sabés qué?
- ¿Qué?
- Que te acaban de marcar gol por estar hablándome y no fijándote en el videojuego.
Y como le dije, eso pasó, haciendo que saltara levemente en su asiento porque ahora iba perdiendo.
Aún así, aunque hubiese evitado seguir con el tema, todo ya estaba dicho para comenzar a llenarme de preguntas sin respuestas o al menos no de la todo claras.
No sabía si me gustaba porque recién acababa de terminar con Bruno, que aunque me hubiese engañado eso no hacía que me dejase de gustar de repente. No podía pensar en Mauro teniendo aún a Bruno en mi cabeza para bien o para mal.
Quizás cuando todo pasé, cuando no me importe verlo en ningún lado y no sienta nada cuando recuerde que me engañó, entonces pueda pensar en Mauro de otra forma. Pero por ahora, no me veía capaz de volver a esos temas, necesitaba tiempo a solas.
Aún así, eso no me hacía olvidarme de todo lo que había dicho también mi hermano, ¿De verdad le gustaba? Y si es así, ¿Tanto se le notaba? ¿Quién más se dio cuenta?

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora