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Poco a poco bajé la velocidad de mi auto hasta quedar delante de la puerta del taller, desviando mi mirada de la carretera a ella, esperando a verlo salir y saludarme, pero estaba cerrada, así que seguramente tardaría más de lo que tenía pensado en salir.
Puse un poco de música, no a mucho volumen, y bajé la ventanilla para apoyar mi codo en la puerta, sacando con mi otra mano el celular de mi bolso, que estaba en el asiento de copiloto, mirando las redes sociales mientras esperaba a que saliese de laburar.
- Ya estoy.- avisó minutos después, haciéndome levantar la mirada para verlo rodear el auto con una sonrisa.
- Ya podrías tardar menos.
- Ya sabés como es esto.
- Sí se, sí.
- Bueno, dale, vamos a casa que vamos a llegar tarde.- asentí y arranqué una vez dejé el teléfono de vuelta en mi bolso, que ahora estaba en las piernas de Lautaro.- ¿Mauro no viene al final?
- Lo de siempre, él también tiene laburo.
- La vida de adultos.
Sonreí levemente y mientras manejaba pensaba en el viaje que íbamos a hacer mañana y en que, obviamente, tendría que contarles a mi familia hoy el plan que teníamos pensado, además de después hacer mi valija en mi casa cuando vuelva de la cena familiar.
- Lautaro.
- Dime.
- Me voy.
- ¿A dónde?
- De viaje.
- Pero...¿Ahora?
- Mañana.
- ¿Con tus amigos?
- No, con Mauro.
- Es joda, ¿No?
- No lo es, no.
- ¿Al fin aceptaste ir con él?
- Sí, al fin lo hice.
- Bueno, ahora sí que sos de verdad pareja.
- Ah, que antes no lo éramos.- sonreí mirándolo de reojo y él puso los ojos en blanco.
- No, pelotuda, pero nunca lo habías acompañado a este tipo de cosas, las que tiene que ver con su vida famosa.
- No nos vamos por algún concierto eh, y yo ya le he acompañado a grabar a veces.
- ¿Entonces a dónde vais?
- A grabar, ya te lo he dicho.
- Vaya...
- Luego se lo diré a los demás.
- ¿Y es mañana ya? Yan rápido
- Rápido, rápido...
- Un día de diferencia, Bri, y ya ni eso porque se está haciendo de noche.
- Bueno, yo lo sabía de antes, pero quería decirlos a todos juntos y surgió justo esta cena así que...
- Por eso me dijiste que a lo mejor venía Mauro.
- No, eso era porque quería venir, pero al final no pudo.
- Bueno, no importa, mientras vaya todo bien.
- Pues eso.
- Entonces de viaje eh...- sonrió mirándome y yo decidí ignorar la mirada, aunque no pudiese evitar sonreír, y seguir atenta a manejar.- Los dos solos...
- Solos, solos tampoco.
- Bueno, bueno, pero seguro que compartís habitación de hotel.
- ¿Y?
- No quiero ser tío tan pronto.
- Lautaro.
- Joda, joda.
- Pelotudo.
Rió desviando su mirada a la ventanilla y yo seguí manejando hasta llegar a nuestro barrio y más tarde aparcar en el primer sitio libre que vi. Bajamos juntos del auto, dándome mi bolso mientras caminábamos a la casa, llamando y esperando a que nos abriesen.
- Mis niños.
- Hola, ma.
Saludamos a la vez mientras que ella nos abrazaba sonriendo nada más abrió la puerta. Después, nos dejó pasar adentro y seguir saludando a mi padre y a mi hermana en el salón. Yo em senté con ellos a hablar mientras que Lautaro quiso ver como iba la cena en la cocina.
Cuando avisó de que ya estaba terminada, nos levantamos y ayudamos todos a preparar la mesa para sentarnos y empezar a comer mientras seguíamos con nuestras conversaciones. Cada uno contó lo que habían hecho recientemente, comentando los demás y riéndonos de algunas cosas hasta cambiar de conversación. Hasta que decidí contárselos, casi cuando ya estábamos por terminar, sabiendo que después no tendría más tiempo seguramente por lo tarde que era.
- Yo tengo que contaros algo.
- Uh no, estás embarazada, ¿Verdad?
- ¿Qué?- miré confundida a mi padre, frunciendo el ceño mientras que mi hermano reía.- No, no, eso no.
- Menos mal...
- Bueno, un nieto no es tan malo eh.
- Mamá, tengo 24 años.
- Hay madres más jóvenes.- respondió ella.
- Bueno, pero yo no quiero ser una.
- Entonces qué tenés que decirnos
- Mañana me voy.
- ¿Cómo que te vas?
- De viaje, con Mauro.
- Pero...Por unos días, ¿No?
- Sí, no es para siempre ni nada de eso.
- Menos mal.
- ¿Y cómo que os vais juntos?- preguntó mi padre con cara de confusión.
- Eso, ¿Y el hospital?
- Mauro tiene que grabar con un artista y no está cerca, así que tiene que viajar él a verlo y me dijo de ir con él y acepté.
- Ya, ¿Pero y el laburo?
- Pedí unos días y me lo concedieron.
- A cambio de...
- A cambio de recuperar las horas después.
- ¿Y va a valer la pena el esfuerzo de después por ir a un viaje juntos?
- Es que...no es sólo el viaje, no es la primera vez que se iría y nunca hemos acabado bien cuando vuelve de algún viaje así que...
- No querés arriesgarte a que este sea el último viaje que él haga estando de pareja con vos.
- Me quiero arriesgar, por mí, que nunca me había atrevido a ir con él cuando me lo propuso.
- ¿Y por qué?
- Porque...sólo me importaba que nadie me conociese, que nadie supiese que estaba conmigo, pero no me importaba lo que él podía sentir o no sin estar conmigo.
- Y ahora sí.
- Sí, ahora sí.
- Bueno, pues...¿Cuándo os vais?
- Mañana.
- ¡¿Mañana ya?!
- Rápido, sí, pero lo tengo todo listo, sólo me falta la valija, que la haré ahora en casa.
- Pues tampoco podemos hacer nada nosotros.
- Esperemos que después no nos digas que vamos a ser abuelos.
- Mamá.
Ella rió y yo negué con la cabeza, sonriendo a la vez que miraba a mi familia. Estuvimos hablando un poco más, terminando de cenar y de limpiar todo, para finalmente despedirme de ellos por lo tarde que se hacía. Aunque no saldríamos de Buenos Aires hasta la tarde, quería tenerlo todo listo por lo despistada y torpe que solía ser con planes de viaje. Per, este valía la pena hacerlo.

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora