- Buen día.
Le sonreí y arranqué de nuevo el auto para ir hacia el taller como le había dicho ayer a la noche que haría, así no tenía que irse solo en el colectivo. Me miró por unos segundos con confusión y después sonrió mientras que yo sólo tenía mis ojos en la carretera, viéndole unos segundos de reojo.
- ¿Pasa algo?
- ¿Debería?
- Con vos siempre pasa algo.
- Pues...sí, pero no es malo.
- ¿Entonces? Porque con vos todo lo que pasa es malo.
- Gracias eh.
- Es la verdad, a veces duele.
- Pues hoy no, al menos por ahora.
- ¿Y qué pasó?
- Pues nada, Mauro y yo hablamos.
- ¿Y? ¿Todo bien?
- Todo bien.
- Menos mal.
- Pero no del todo.
- ¿Ahora qué?
- Estuvimos hablando de nuestra relación, de lo que cada uno sentía y...
- Y él dijo algo que no te gusto.
- Él dijo la posta y yo me di cuenta también de lo que estaba pasando.
- Que será algo malo.
- Podríamos decir que no nos entendemos.
- ¿Y en qué les deja eso?
- Pues en que tendremos que aprender ha hacerlo.
- Ya...es decir, que hablaron, arreglaron todo y se prometieron que iban a mejorar la relación.
- Resumidamente, sí.
- Bueno, no está mal.
- ¿No está mal? ¿Qué querés, que terminemos?
- No, tarada, pero ya sabés que las promesas se las lleva el viento.
- Esta vez no, porque es o eso o...
- Terminar.- me interrumpió y yo asentí sin mirarlo aún.- Pues...yo no sé, Bri, te veo feliz con él y creo que te hace bien, pero si algún día deciden acabar con la relación y vos pensás que es lo mejor yo te voy a apoyar.
- Lo sé.
- Ante todo, quiero que estés bien, por mucho que tu novio sea Duki o me caiga bien o hasta sea mi amigo como pasó con Bruno.
- Lo sé, Lautaro, yo también quiero lo mejor para vos.
- Supongo que de eso se trata ser hermanos.- sonreí y le miré por unos segundos antes de volver mis ojos de nuevo a la carretera.
- Sí, será eso.
Rió levemente negando con la cabeza y se quedó mirando por la ventanilla el resto del camino que faltaba, en silencio los dos. Al llegar al taller, nos despedimos con un abrazo y se bajó del auto. Cuando lo vi entrar en el taller, salí de allá.
No quería ni esperaba que nuestra relación terminara. Realmente, después de todo este tiempo confundida con nosotros dos, siento que por fin descubrimos el problema y que podríamos solucionarlo con el tiempo, así que no temía lo que pasase a partir de ahora porque sabía que sería bueno.
Y sí, como Lautaro dijo, las promesas se las lleva el viento, son sólo palabras y al final lo que cuentan son las acciones, pero confiaba en que estas no se irían. Los dos nos queríamos, así que no entendería que ninguno de los dos quisiese seguir.
Llegué al hospital mientras pensaba en esto, bajando de mi auto ya aparcado para ir adentro del hospital. Saludé a mis compañeros y fui a dejar mis cosas antes de comenzar el único turno que tenía hoy, el de mañana.
Las horas pasaban lentamente, yendo de un sitio a otro, descansando unos pocos minutos cuando hablaba con alguno de mis compañeros que también estaba libre en ese momento. Pero, por fin pude salir del hospital cuando terminé de laburar.
Me despedí de mis compañeros y fui con mis cosas hacia el auto. Cuando ya lo encontré con mi mirada, de lejos pude verle apoyado en él, fumando tranquilamente mientras miraba su teléfono. Sonreí y aceleré mi paso.
- Así que otra vez querés ser el copiloto.
- Ya lo extrañaba.- me sonrió levantando la mirada y me acerqué a saludarle con un corto beso.- ¿Tenés algo que hacer?
- No, pero si vos querés hacer algo entonces sí.
- Listo, pues nos vamos.
Asentí sin dejar de sonreír y le di la vuelta al auto para entrar el mi asiento mientras que él ya estaba dentro esperándome. Bajó la ventanilla cuando arranqué para echar por ahí el humo de sus caladas y comencé a manejar sin destino.
- ¿A dónde querés ir?
- Me iba a ver ahora con los pibes, vení conmigo.
- Tengo que dejar las cosas y voy.
- Por mi bien.
Mientras tenía los ojos en la carretera, se acercó a mí para besar mi mejilla sin molestar mucho al estar manejando. Sonreí y seguí atenta hasta llegar a mi casa. Él quiso quedarse allá esperándome, así que baje y rápido fui a dejar mis cosas en mi habitación, cambiándome rápido de ropa para salir después de mi casa y volver a mi auto.
Me dijo donde era y puso música no muy alto, manejando tranquilamente hasta llegar allá. Aparqué y bajamos a la vez, esperándome a que diese de nuevo la vuelta al auto para ir juntos hacia la casa con su brazo alrededor de mis hombros.
Llamamos y esperamos a que segundos después, nos abriese uno de sus amigos. Le saludamos y entramos, yo detrás de Mauro, ahora agarrados de la mano. Fuimos hasta el salón, donde había más gente. Les saludamos también y me senté al lado de Mauro en el sofá que había.
Fui a por algo de beber y simplemente me quedé sentada, escuchando lo que decían mientras reía por lo que ellos decían, bebiendo entre media, con mi mano unida a la de Mauro en todo momento. Después, poco a poco, fui hablando más en las conversaciones hasta que se fue haciendo tarde.
Entonces, le dije a Mauro que era mejor que me fuese, porque mañana tenía que volver a hacer un turno de mañana y también de tarde. Él decidió irse conmigo y nos despedimos de todos sus amigos, volviendo juntos a mi auto.
- ¿Te llevo a casa?
- ¿A casa?
- Sí, a la tuya.
- No, no, a la mía no.
- ¿Entonces? ¿Vas a volver con tus amigos luego?
- No, me voy con vos.
- ¿Y a dónde te llevo?
- Bri, me voy con vos a tu casa.
- Pues no tengo nada para cenar eh.- sonrió y yo hice lo mismo.
- Seguro que algo podemos encontrar.
- Seguro.
- Dos mejor que uno.
- Y más si es con vos.
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One Million Dollar Baby (Duki)
FanficBrisa o como le decían sus amigos, "Bri", tenía toda su vida resuelta. Su familia estaba bien y la apoyaba en todo, ayudaba a su hermano pequeño con su trabajo cuando podía, llevaba dos años con su novio y laburaba en un hospital como enfermera desp...