14.

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Había decidido quedar con él, era eso o quedarme sola en casa una vez más. Bruno no daba señales de vida, al igual que mi hermano y mis amigos ya habían hecho otros planes, algunos con otros amigos o con sus familias, así que la única que estaba sola era yo.
Suspiré y me miré una vez más al espejo antes de salir del baño ya lista para agarrar las llaves de mi auto, colocarme el bolso y salir de casa.
Ya dentro de mi auto, miré una vez más mi teléfono esperando que alguien me necesitase, pero no, la última conversación que había tenido era con él, que parecía ser el único al que interesaba y nos recién nos habíamos conocido hace unos días.
Miré una vez más la dirección que me mandó, ya que era pésima para recordar cosas, y puse música para hacer más tranquilo el camino manejando, intentando ignorar que si no fuera por Mauro, ahora mismo estaría tirada en mi sofá viendo cualquier película con tal de dormirme y esperar a que mañana tuviese que seguir yendo al trabajo, el único lugar donde me podían ocurrir cosas fuera de mi aburrida rutina.
Llegué después de unos minutos, aparcando un poco más adelante de dónde era su casa. Agarré mis cosas y salí del auto, yendo tranquila hasta su puerta para llamar y esperar, viéndole tras unos segundos allá.
- Falta media hora para las...
- Estaba sola y aburrida así que...
Sonrió y no dijo nada, sólo se hizo a un lado y me dejó pasar adentro, yendo hacia el salón para sentarme en el sofá con él a mi lado.
- ¿No decías que tenías novio o algo así?
- Sí, pero parece que ha desaparecido hoy.
- ¿Y tu hermano?
- Igual.
- ¿Amigos?
- Nada de nada.
- ¿Ni tus viejos?
- Voy el sábado a verles, así que dos días seguidos...
- Completamente sola eh.
- Gracias por recordarlo, gil.- rió y yo puse los ojos en blanco.
- Igual no estás tan sola, estoy yo acá.
- Sí, parecés una salvación o algo.- de nuevo, rió y yo sonreí, dejándome caer en el respaldo del sofá.
- ¿Y por qué?
- Aquella noche mientras esperaba en el taxi, cuando estaba con mis amigos, hoy...
- ¿Cuándo estabas con tus amigos también?
- Estaba a punto de irme a casa, pero llegaste vos y todo cambió.
De nuevo, se quedó callado, mirándome fijamente sin dejar de sonreír. Después, también se dejó caer en el respaldo, colocándose el cigarro en los labios para prenderlo.
- Sabés que fumar es malo, ¿No?
- 24.
- ¿24 qué?
- 24 años tengo.- afirmó, soltando el humo a la vez que se giraba a mirarme de nuevo.- ¿No te parezco grande como para no saberlo?
- Sí, pero mi deber como enfermera es decirlo, después cada uno...
- Tampoco sos tan sana vos eh.
- No te voy a decir que sí cuando es que no, la verdad, pero vos sos peor.
- ¿Es una compe esto?- preguntó sonriendo.
- Si querés, así al menos ganas alguna.
- Bueno, bueno, pará, es personal esa.- reí y él sonrió aún más, dando otra calada después.- Igual gané una vez.
- Una.
- ¿Y qué querés? Lo suficiente para hacer lo que quería.
- No, ya lo veo.
- ¿Y vos cuántas?
- Ninguna, pero porque no me presenté.- nos miramos por unos segundos en silencio antes de comenzar a reír.- No, de verdad, si hacemos una compe de quién es menos sano vos ganás.
- Bueno, ¿Y qué gano?
- No sé, ¿Estamos compitiendo?
Sonrió y después, desvió el tema, comenzando otra conversación distinta para minutos después, ir a la cocina y traer con él la cena que había pedido antes de que yo llegase.
- ¿No sabes cocinar o qué?
- Era más fácil, dale.
- Bueno, bueno, yo me esperaba algo de vos.
- ¿Más que invitarte a cenar?
- Por ejemplo.
- Vení otro día y cocino, posta, pero hoy me daba paja.
Reí y él sonrió, volviendo a cambiar de tema de conversación para seguir hablando y riendo mientras cenábamos.
Realmente, aún me parecía sorprendente que estuviera pasando esto, pero ya no me sentía incómoda o como si estuviera viendo a un famoso, sino a Mauro, a un chico sencillo y familiar que intenta hacerte reír con cualquier boludez que se le ocurra mientras te cuenta anécdotas. Ya no era sólo ese que veía en Youtube o Instagram, el que oía en Spotify mientas manejaba, ahora también se había convertido en mi amigo y cada vez más confiaba en él y me sentía segura a su lado, divirtiéndome como hacia mucho que no hacía.
Después de la cena, seguimos hablando hasta que elegí por los dos ver una película, ignorando sus resoplidos para poner cualquiera que me podría gustar para verla juntos. Yo tomaba fernet y el fumaba y compartíamos vaso como si nada.
Cuando terminó la película, seguí allá porque no me quería ir, hasta que fue demasiado tarde y me tocó despedirme. Por primera vez, no fue sólo un chao, sino un abrazo que nos dejó muy cerca del otro, viendo más de cerca su típica sonrisa.
Pero, nos acabamos por despedir y yo me subí a mí auto para irme a mí casa de nuevo, cansada pero por lo que me había divertido.
Al llegar, dejé mis cosas en la entrada y fui directa a la ducha para cambiarme después de ropa, quedándome más cómoda. Guardé todo y cuando estaba por irme a dormir, alguien llamó a la puerta. Quizá era él, que se aburría demasiado en casa y había decidido seguir conmigo, así que me levanté de la cama y fui a abrir. Pero no, no me esperaba quién era.
- Bri.
- ¿Pasó algo?
- ¿Algo?
- No sé...¿Qué hacés acá?
- Tu hermano no quería venir, pero yo sí.
- ¿Pero pasó algo?
- ¿Te olvidaste?
- ¿De qué?- resopló y negó con la cabeza bajo mi confundida mirada.- Dale, Bruno, dilo ya.
- La carrera, era hoy.
- ¿No fue hace unos días?
- Sí, pero había otra, te lo dije.
- Bueno, pero teníais a alguien para manejar, ¿No?
- Pero te ofreciste a venir a entrenar cuando salieses de laburar, así que calentaba los motores e iba mejor.
- Ya...se me olvidó.
- Lo sé, lo he visto.- puso sus manos en la cintura y bajó la mirada unos segundos antes de volverla a mí de nuevo.- ¿Pasó algo?
- ¿Qué tendría que pasar?
- No sé, vos dirás.
- Yo os llamé, a vos y a Lautaro, pero ninguno contestó.
- Porque apagamos los celulares allá, ¿O también te olvidaste de eso?
- Dale, Bru.
- No, no, ya fue, sólo fue una vez pero...tú hermano es distinto.
- Se enojó mucho.- asintió y yo chasqueé la lengua.- Bueno, se le pasará.
- A la próxima vení, ¿Sí? Me preocupé por vos.
- Pues haberme llamado, pelotudo.- sonrió y yo también.
- Tendré que hacer eso sí.
Sonreí de nuevo y se acercó a mí para abrazarme antes de besarme, dejándole pasar para no quedarme la noche sola.

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora