23.

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Terminé por aparcar a unas cuadras de la casa de Mauro. Cómo quedamos por mensaje, iba a verle a su casa ya que volvían a estar allá sus amigos y quería que yo estuviese también, así que eso hice.
Salí del auto y comencé a caminar hacia donde estaba su casa mientras me acomodaba mis cosas, olvidándome de todo lo demás.
Decidí ignorar que no había vuelto a hablar con Bruno desde la discusión y ni siquiera le comenté a mi hermano que pasó para simplemente intentar disfrutar del día y no estar triste o distraída por ello. Aunque tenía que admitir que era difícil.
Por fin, llegué hasta su puerta, llamando para después esperar a verlo. Cuando abrió la puerta, no había ruido ni nada, por lo que parecía que había llegado antes que todos.
- Tengo que admitir que no pensaba que vendrías.
- ¿Y eso?- pregunté mientras le abrazaba.
- Y no sé, igual estabas enojada conmigo o molesta.
- ¿Y por qué tendría que estarlo.?- pregunté de nuevo, sonriéndole y haciendo que el también me sonríese.
- No sé, cosas mía, dale, entrá.
Y eso hice. Se apartó para que yo pudiese pasar y fui hasta su salón con él caminando detrás de mí, confirmando que era la única que estaba allá.
- ¿Y tus amigos?
- Vienen luego.
- ¿Vine más temprano?
- No, no, es que quería estar solo con vos un rato.
- Ah, mirá.- sonreí sentándome y él también, agarrando después el cigarro que había en la mesa para ponérselo entre sus labios con intención de encenderlo.- ¿Y para qué? ¿Para decirte mi discurso sobre fumar?
- Uh, no me acuerdo cómo era, ¿Me lo podés repetir por favor?
Puse los ojos en blanco sin dejar de sonreír, haciendo que él riese antes de darle la primera calada al cigarro, echando el humo lejos de mí después.
- Nada que ver, sólo quería estar con vos, nada más.
- Estarías conmigo también si hubiera venido a la hora de tus amigos.
- Uh, dale, Bri, que hincha bolas que sos.- chasqueó la lengua y está vez fui yo la que rió.- ¿Tantas pocas ganas tenés de estar a solas conmigo?
- La anterior vez me trajo problemas eh.
- ¿Así? ¿Con quién?- preguntó sonriendo, seguramente porque ya sabría con quién sin decirle nada.
- ¿Con quién crees?
- ¿Se puso celoso el pibe?
- Ni siquiera lo conocés.
- Porque no querés que lo haga, yo no tendría ningún problema.
- Es que no hace falta que lo conozcas.
- ¿Por qué no querés que lo conozca? ¿Tenés miedo de algo?- preguntó después de volver a dar una calada al cigarro.
- No, nada que temer, pero es innecesario.
- Si vos decís.
- Ah, ¿Y por qué querés conocerlo vos?
- Para...nada.- sonrió y yo le miré confundida.- ¿Y qué pasó para que se molestará?
- Nada, me despertó y ya estaba de mal humor así que dejémoslo en que le eché de casa.
- ¿Viven juntos?- negué con la cabeza y volvió a sonreír.- ¿Entonces?
- Vino con muchas preguntas y bueno, no había respuestas buenas.
- No había...¿O no querías?
- No había porque preguntó que hice la noche anterior y no sabe que te conozco, así que no podía decirle que acabé durmiendo en casa del gran Duko porque estaba tan escabiada que era complicado hasta sostenerme.
- ¿Tampoco sabe que me conocés?- negué con la cabeza y se rió levemente.- Dale, Brisa, ni que fuera un criminal o algo.
- Un criminal no, un famoso sí.
- ¿Y? ¿No le gustan mis canciones a tu novio o qué?
- Sí, pero dudo que le guste que le diga que me dormí con otro pibe.
- Con ropa.
- Pero con otro pibe.
- Ni que hiciéramos nada malo, dale, ya fue, si no se la banca que se vaya.
- ¿Irse porque no le gusta que me duerma con otro pibe?- pregunté sonriendo y él levantó sus hombros fumando.- Y si yo fuera tu novia, ¿Te gustaría que me quedase a dormir con otro pibe?
- Si vos fueras mi novia primero no te hubieras quedado sola y segundo, te llevaría a casa si te veo muy mal igual que hice esa noche así que no tendrías oportunidad de dormirte con un pibe como nos pasó.
- Suena como una crítica eso.
- Y sí, Bri, ¿Qué pelotudo deja a su novia en una joda para desaparecer?
- No desapareció, se fue con sus amigos.
- Con sus amigos, ¿Eso te dijo?
- ¿Tendría que ser otra cosa?
- No sé, decime vos, que sos la novia.
- Exacto, así que soy la única que puede criticarle, ¿O no?
- No lo haría si no tuviera razones.
Nos quedamos callados mirándonos finamente hasta que negué con la cabeza, llevando mi mirada a cualquier lugar del salón mientras que él fumaba. Hasta que volví mis ojos a él de nuevo.
- Es decir, que si vos y yo somos pareja y vamos de joda y justo sabés que tus amigos también están en el boliche, ¿No te irías a saludarlos?
- Iría con vos.
- Ya, claro, eso decís ahora para quedar bien y que tengan sentido tus críticas.
- ¿Acaso no he pensando en vos hoy cuándo sabía que venían mis amigos?- sonrió sabiendo que tenía un buen argumento y yo sólo me callé porque tampoco sabía que decirle.- Podría no haberte mandado un mensaje ayer, pero lo hice porque tenía ganas de verte y me daba igual que hubiese quedado ya con mis amigos, porque nada más supe que vendrías les dije que ibas a estar y ya fue, si quieren bien y sino no me importa porque yo decidí verte y es así, si fueras mi novia eso mismo haría y no como ese pelotudo.
Y seguía sin saber que decirle porque no veía que me estuviese engañando para quedar bien o qué hablaba sin ninguna razón, sino que, al revés, me parecía que era justo lo que tendría que haber hecho Bruno aquella noche y justo ha tenido que ser él quien me lo diga y de esa forma en la que de repente, al lado de la imagen de Bruno, también aparecía la suya en mi cabeza.

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora