9.

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- Ché, ¿Mañana vas a ir?
- ¿A dónde?- levanté mi mirada del teléfono para ver a mi hermano.
- A la joda.
- ¿Qué joda?
- En casa de Bruno, ¿No te avisó?
- No, no lo hizo.
- Uh, ¿Problemas?
- No, que yo sepa.
Sonrió y siguió aflojando la rueda del auto mientras que yo volvía mi mirada al celular.
No, no me había dicho nada, ni siquiera me había mencionado de querer hacer algo estos días. Supongo que se le olvidó o quizás no quería que fuese, había muchas posibilidades.
- ¿En qué estás pensando?- preguntó.
- En nada.
- Estás pensando en lo que te he dicho, ¿Verdad?- volvió a dejar la herramienta en el suelo y se levantó, apoyándose en el auto mientras se limpiaba sus manos llenas de grasa con un trapo viejo.
- Si lo sabés, ¿Para qué preguntas?
- No sé, podía ser otra cosa, ¿No?
- Podía, sí.
- Dale, no lo pienses mucho, se le habrá olvidado.
- O no quiere que vaya.
- Lo dudo, siempre quiere que vayas con él a los sitios.
- Menos ahora.
- Bri.
- ¿Qué? Sólo estoy pensando.
- Ya y todos sabemos cómo acaba esto.
- ¿Cómo?
- Le vas a preguntar, va a responder, no vas a estar segura y le vas a volver a preguntar haciendo que se moleste porque no estás segura y...bueno, eso.
- ¿Nos espías?
- No, pero a veces discutís en el taller.
- Ya no.
- No, porque lo que pasó, pasó o eso dicen.
- Eso dicen, sí.
Chasqueó su lengua y desvió su mirada de mí, dejándome pensar en los recuerdos de aquella época en la que nuestra relación no era la mejor.
Dudaba de si me engañaba cuando recién llevábamos un año juntos. Desaparecía sin decirme nada, a veces me engañaba diciendo que estaba en un lugar y luego no, me comenzaba a esquivar...y así hasta que me cansé y le pregunté directa, haciéndole enojar por dudar de él.
Estuvimos un tiempo así hasta que finalmente lo arreglamos y desde entonces no discutíamos mucho y sobre todo, si lo hacíamos era en casa o en la intimidad en general, no en cualquier lado.
- Bri.
- ¿Qué?
- Probalo ahora, igual está mejor.
Dejé el teléfono en la silla cuando me levanté de esta, yendo hacia el auto para probar si ahora lo podía manejar mejor, sin una de las ruedas derechas tan desgastadas.
Después de un par de vueltas en silencio, olvidándome por un momento de la fiesta de mañana a la que no estaba invitada, frené delante de él, saliendo a los pocos segundos.
- ¿Y?
- Mejor.
- Pasado mañana tenemos una carrera así que...
- ¿Tienen ya a alguien?
- Sí, sí, no hace falta que vengas.
- Ahora que tenía ganas.
Puso los ojos en blanco y yo reí. No solía tener muchas ganas de ser participe de las carreras ilegales del barrio, pero lo hacía por él. Así que, siempre estaba deseando que alguien les pudiese ayudar y no tuviesen que acudir a mí, que solía ser pocas veces.
Estuvimos un tiempo más allá, terminando de arreglar algunas cosas y dando algunas vueltas a la pista juntos, con el de copiloto. Después, nos fuimos a tomar algo a un bar para acabar en la casa de mis padres, dejando a Lautaro allá y cenando ya que estaba y en mi casa no había nada.
Al terminar, me despedí de ellos y volví a mi casa. Tras un largo día, me duché y acabé en el sofá viendo una película, medio dormida hasta que comenzaron a llamarme por el teléfono.
- Bri, soy yo.
- Bruno.
- ¿Puedo ir a tu casa? No tengo nada que hacer así que...
- Sí, dale, vení, pero no hay comida eh.
- Ya se verá.
- Pelotudo.- le oí reír y yo sonreí.- Vení, acá te espero.
- Dale, chao.
- Chao.
Terminé la llamada y como le dije, me quedé en el sofá terminando la película mientras esperaba a que viniese. Unos minutos más tarde, alguien llamó a la puerta y fui a abrir.
Nada más le vi, me abrazó sonriendo y después me dio un beso antes de entrar en la casa saludando. Le seguí hasta que los dos nos sentamos en el sofá.
- ¿Qué mirabas?
- Una película cualquiera.
- ¿Vemos otra?
- Pero no me hago responsable si me duermo eh.
- Igual me voy a dormir acá eh.
- ¿Te pensás que no lo ibas a hacer?
Rió y yo volví a sonreír, dejando que pudiese cualquier película para verla abrazados.
En mitad de la película, recordé lo que me contó Lautaro y todo lo que me había surgido de aquello. Suspiré y aunque sabía que podría derivar en lo que dijo mi hermano, no podía evitar preguntar aunque fuese para tener una respuesta sin importancia.
- Bruno.
- Pensaba que estabas dormida ya.
- No, no...no lo estoy.
- Dime.
- Nada, es que...bueno, Lautaro me ha contado que mañana hacés una fiesta en tu casa y no sé, no me dijiste nada.
- Y ahora pensás que no quiero que vayas, ¿No?- preguntó, alejándose un poco de mi para vernos mejor.
- O que se te olvidó.
- Lautaro exagera todo, no es una fiesta, sólo he invitado a mis amigos y ya.
- ¿Habrá música?- asintió y sonreí.- ¿Alcohol, comida, alguna droga...?
- No sé, supongo que sí, que sé yo.
- Eso es una fiesta.
- Pero no habrá ninguna mina si es lo que te preocupa.
- No me preocupa eso, sólo que se me hizo raro no saber nada.
- No le di importancia porque no la tiene, es sólo eso, una reunión de amigos.
Asentí y él sonrió, acercándose a mí para besarme lentamente durante un tiempo, ignorando la película.
- No hay fiestas si no estás vos, ¿Sí?
Puse los ojos en blanco y él rió, volviendo a estar abrazados y terminando la película. No odiaba que me dijese aquellas cosas, pero sabía que no me importaba que saliese de fiesta con sus amigos y tampoco que no me lo contase, pero tal como me lo había dicho Lautaro me parecía raro.
Cuando terminamos de ver la película, los dos nos levantamos y fui con él a la cama, durmiendose a los pocos segundos de acostarnos.
Yo estaba a punto de dormirme también, estando abrazada por él por la espalda con sus brazos en mi cintura, pero el teléfono vibró por una notificación, un mensaje.
Resoplé y sin esperar a mañana ver que era, alargué mi mano hasta agarrar el celular y ver quién era.
Sofía💞
Mañana salimos de joda todos.
No nos faltes que nos invitan a bebidas ❤️
Por la tarde te digo la hora y ya te arreglas vos.
Buenas noches linda❤️❤️

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora