- Brisa.
- ¿Qué?- me di la vuelta en la cama para verle y sonrió.
- Mañana vamos de joda, ¿Venís?
- Vamos.
- Los pibes, ya sabés.
- Ya, ya sé.
- ¿Pasa algo?
- No, nada.- sonreí levemente y me acerqué lentamente a él, haciendo que me abrazara más fuerte por la cintura.- Está bien, iré.
- Tenías libre el día, ¿No?
- Sí.
- Entonces listo.
Volvió a sonreír y después me besó para acabar abrazados y seguir durmiendo ahora que podemos. Hoy tenía turno de noche, así que todo el día me la pasé en el taller con él y mi hermano y ahora que su jefe les había dejado salir un poco antes, acabamos en la cama olvidándonos de que no habíamos cenado.
Pero, todo se acabó rápido y finalmente, me tuve que levantar para vestirme y despedirme de él para subirme a mí auto y manejar hasta el hospital.
Saludé a mis compañeros y comencé a laburar en una noche llena de pacientes que iban y venían, aunque mañana seguramente habría más por todas las fiestas y demás. Por suerte, tenía el día libre y me libraba de aguantar todo eso.
Igualmente, siempre he tenido los turnos de noche menos estos meses. Así que, siempre he tenido que aguantar a pacientes drogados y borrachos que lo menos grave que tenían era justo eso.
Poco a poco, las horas fueron pasando en la noche hasta acabar cansada y sin desayunar, despidiéndome de mis compañeros para saludar después a los que recién entraban al turno de mañana.
Al ser la última en salir, terminando por lo tanto más tarde, acabé casi arrastrando mi mochila por el suelo de lo cansada que estaba. Pero mis ojos se abrieron cuando lo vi en la puerta haciéndose una foto con alguien y teniendo lo que parecía un café en la mano.
- Mauro.
- Brisa.- ya con la foto hecha, me miró y sonrió.- Te traje algo para desayunar.
Sonrió algo nervioso, pero yo suspiré cansada y agarré el café para tomar el primer trago, relajándome un poco más.
Después de eso y sin decir nada más, comenzamos a caminar juntos hasta mi auto, entrando conmigo tal como pasó la última vez que nos vimos.
- ¿A qué viniste?- pregunté antes de arrancar, teniendo el café aún en mis manos.
- Para pedirte perdón.- y entonces, le volví a mirar directamente a los ojos, notando su nerviosismo en ellos.- Fui un pelotudo y hablé sin saber, perdoname.
- Está bien, Mauro.
- Es sólo que...
- ¿Qué?
- No entiendo qué hacés con él.
- Lo entenderías a lo mejor si lo conocieras.
- No querés que lo haga.
- Porque no hace falta.
- Y le ocultas que nos conocemos.
- Porque tampoco hace falta contarles a todo el mundo que te conozco, ¿O sí?
- No, no, pero...bueno, podrías tener a alguien mejor, alguien que no te engañe nunca.
- ¿Cómo quién?- pregunté, quedándome sin respuesta.- Cuando se te ocurra alguien, dímelo, pero mientras déjame tomar mis propias decisiones, ¿Vale? Y si me equivoco déjame que lo haga.
Asintió sin decir nada y yo sonreí levemente antes de acercarme a abrazarlo con cuidaos de no tirar el café. Ya los dos sonriendo y sin discusiones de por medio, nos fuimos del aparcamiento del hospital en mi auto hasta ir a su casa para terminar de desayunar allá, ya que mientras manejaba era Mauro quién me ponía el café en la boca para tomarlo sin dejar de ver la carretera sin dejar de reírse.
Sin preguntarle ni nada, comenzó a contarme todo lo que había hecho mientras no nos veíamos, dejando después que yo le contase mi rutina y sin interrumpir con sus dudas cuando le contaba alguno de los planes que había hecho con Bruno, que tampoco eran muchos porque los dos teníamos que laburar, así que la mayoría eran ver películas en la casa de uno o comer con la familia del otro.
Finalmente, me despedí de él diciendo que nos veríamos otra vez sin discutir más ni enojarnos de nuevo, subiéndome en mi auto para ir a mi casa después de tanto tiempo fuera de ella.
Limpié un poco, comí algo y después me terminé por duchar para acabar acostada en mi cama durmiendo tranquila y sabiendo que ya no tenía ningún problema ni con Bruno ni con Mauro, aunque no sabía hasta cuándo podría durar esto sabiendo lo complicada que era siempre mi relación con Bruno y lo terco que solía ser Mauro con su carácter fuerte y su poca confianza en mi novio. Aunque no era el único por mucho que me hiciese la fuerte o la que lo ignoraba todo y más cuando era él quien me hacía pensar más en eso cada vez que me decía que me engañaba Bruno.
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One Million Dollar Baby (Duki)
FanfictionBrisa o como le decían sus amigos, "Bri", tenía toda su vida resuelta. Su familia estaba bien y la apoyaba en todo, ayudaba a su hermano pequeño con su trabajo cuando podía, llevaba dos años con su novio y laburaba en un hospital como enfermera desp...