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Hacía unos minutos que me había vuelto a vestir y estaba esperándolo en la entrada, pero todavía no me había llegado ningún mensaje ni nada que me avisase de que estaba cerca al menos.
No sabía que iba a decirle cuando llegase, ni siquiera sabía por qué lo había llamado a estas horas para que viniese cuando llevaba todo el día ignorándolo.
Pero, ya era demasiado tarde para decirle que no viniese y sobre todo cuando lo había estado ignorando. Si hacía eso, sabía que no me iba a hacer caso y además, no haría más que hacer peor está situación.
De repente, en mitad de mis pensamientos, el teléfono me vibró en las manos. Cuando lo miré, era un mensaje de él diciendo que ya estaba por el barrio, que saliese de casa que ya venía.
Suspiré y tomé fuerzas para salir de mi casa como me pidió, comenzando a pensar entonces en que le diría, cual iba a ser el discurso cuando ni siquiera tenía claro mis pensamientos.
Unos segundos más tarde, aún con mi cabeza sin estar clara, vi un auto acercarse y en el copiloto pude diferenciarlo por las luces. Sonreí levemente y me acabé de acercar a la carretera a la vez que ya frenaba el auto y se abría su puerta.
- Brisa.
- Hola.- me sonrió y cerró la puerta, despidiéndose después del chico con el que iba para dejar ir al auto.- ¿Qué tal?
- Bien, bien, ¿Vos? No me has dicho nada en todo el día.
- Ya...estaba muy ocupada.
- ¿Todo bien?
- Sí, sí, de verdad, todo piola.
- Bueno, está bien, ¿Damos una vuelta o...?
- Como quieras.
Asistió y entonces abrió su riñonera, buscando algo en ella hasta acabar por sacar un encendedor y un cigarro de lo que parecía sólo tabaco. Cuando lo encendió, comenzó a caminar y yo a seguirle, quedándome de su lado con la mirada en frente y en silencio porque no sabía cómo empezar la conversación.
- Bueno...
- ¿Qué tal ayer?
- ¿Ayer?
- Sí, cuando te dejé.
- Ah, bien, seguimos la fiesta.
- Ya...
- ¿Vos?
- Bien, llegué a casa y me dormí.- asintió y dio una calada más mientras que yo volví de nuevo mi mirada al frente.
- Bien entonces...
- Sí.
- Brisa.
- ¿Qué?
- ¿Para qué me has llamado?
- ¿Para qué crees?
- Bri, me has estado ignorando.
- Puede ser pero...cuando no sabía que decir, ¿Preferís que te hable sin decir nada?
- No sé, Bri, podías haberme dicho que estaba todo bien.
- Ya...
- ¿Qué pasó ayer?
- Dale, Mauro, no me hagas decirlo.
- ¿Tan poco te gustó?- preguntó mirándome.
- No, me gustó, pero hacerme decirlo cuando vos ya lo sabés es alargar más la cosa.
- Entonces te gustó.
- Mauro.
- Bueno, bueno...era por saber.
- Ya, por saber.
- Bri, yo... quería hacerlo.
- Supongo.
- Podría haber sido por el alcohol.
- Se notaba que no.- sonrió y yo tan sólo lo miré.
- ¿Y vos?
- ¿Qué?
- ¿Querías?
- Yo...bueno, no sé, supongo.
- Supones.- levanté mis hombros y chasqueó su lengua.- Dale, Brisa, decime algo ya y deja de ser tan pelotuda.
- Es que no sé qué decirte, Mauro.
- ¿Qué te pareció?
- ¿El beso?
- Que te besase.
- Pues...me confundí.
- Eso lo sé.
- Pero no sé qué decirte aparte de eso.
- Brisa, ¿Te gusto o no?- preguntó parandose de repente.- Se clara.
- Es que no lo sé, Mauro.
- Pues mira que es fácil.
- No, no es fácil porque recién una semana que he terminado con mi novio con el que llevaba más de dos años y porque me engañó como vos me has estado avisando.
- ¿Y?
- Que a lo mejor no te gustaba que estuviese con él por otra cosa.
- Dale, Bri, tampoco hay que ser muy listo para darse cuenta.
- Entonces no te importó lo que me pasaba a mí, sino lo que vos querías.
- Brisa.
- No, no me digas que lo has hecho por mí bien y que al final tenías razón porque vos solo me querías soltera.
- Brisa.
- Y no sé, Mauro, no es así de fácil, no es sólo preguntarme si me gustas o no,  hay más cosas.
- ¿Cuáles?
- Vos.
- ¿Yo?
- Sí, vos, aunque para mí sos Mauro, para los demás sos Duki.
- Me perdí.
- Que no estás solo, Mauro, también está tu fama, ¿Entendés?
- Que no te gusto, dilo así.
- No es tan fácil como eso, Mauro, es que si yo...
- Si te gustase, no te importaría.
- O a lo mejor aún no estoy lista para eso.
- ¿Para estar conmigo?
- ¡Para estar con Duki!
- Es que no lo entiendo, Brisa, no lo entiendo.
- ¿De verdad qué no? Yo soy una chica normal que trabaja en un hospital y lleva a su hermano al taller por las mañana antes de irse a laburar y lo único raro es que a veces manejo en carreras de barrios. Pero vos sos un pibe famoso, donde vas vos van miles de personas, ¿Entendés? Y no sé si estoy lista para eso.
No dijo nada, sólo se quedó mirándome mientras fumaba en silencio. Y yo, yo sólo podía mirarle también en silencio sabiendo que por fin sabía que decirle.
- Entonces no tenemos más de que hablar.
- Supongo.
Asintió y dio la última calada a así cigarro antes de tirarlo al suelo y pisarlo antes de caminar lejos de mí a la vez que sacaba su celular del bolsillo para, al parecer, hablar por teléfono.
Y yo, que no tenía nada más que hacer aparte de mirarlo, suspiré y comencé a caminar hacia mi casa sin saber que iba a pasar ahora

One Million Dollar Baby (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora