One Million Dollar Baby (Duki)

20.

- Dale, Bri.
- Voy, voy.
Salí corriendo de mi habitación como pude con los tacones que llevaba, yendo hasta la entrada, donde me esperaba Bruno con mi hermano en su auto.
Le saludé y me dejó que pasara delante de él, cerrando la puerta de mi casa mientras que yo subía a su auto y saludaba a mi hermano.
Después de la charla de esta mañana, decidió también venir con nosotros y mis amigos a estar de fiesta en un boliche, aunque seguramente tanto él como Bruno desaparecerían porque sus amigos también iban y siempre se acababan por dividir hasta que nos encontrábamos al final, cuando ya todos nos íbamos a casa o a seguir en el after.
Después de que Bruno comenzara a manejar, fuimos a por Benjamín y a por Sofía para luego ir directamente hacia el boliche donde habíamos quedado.
Esperamos para entrar, encontrándonos con los demás en la barra. Al principio, estuvimos todos juntos bebiendo, riendo y hablando por encima de la música lo máximo que podíamos hasta que ya cada uno se fue yendo a dónde quería.
Benjamín se marchó con Thiago, desapareciendo para luego seguirles también Valentina y Joaquín. Al final, nos quedamos sólo Lautaro, Bruno, Sofía y Martina, yéndome yo con mi novio a bailar mientras que ellos seguían bebiendo.
Más tarde, Sofía y Lautaro se unieron a nosotros, dejando que Martina se fuese detrás de un chico que había visto. Pero, después de que mi vaso se acabase y ya hubiese probado todas las bebidas de ellos, mi hermano y yo fuimos a rellenar los vasos y después le acompañé al baño, esperándole fuera para luego volver a buscar a los demás.
Cuando volvimos, también lo había hecho Thiago, que hablaba ahora con Bruno y Sofía para esperarnos mientras bebían y después irnos juntos a seguir bailando. Obviamente, Bruno y yo nos acabamos por separar un poco de ellos parar bailar sólo nosotros mientras reíamos, nos besábamos y bebíamos de nuestros vasos hasta acabar con ellos vacíos y cansados de tanto movimiento.
Fue ahí cuando Lautaro rescató a Bruno de mí y se lo llevó a beber a la barra hasta desaparecer más tarde, por lo que supongo que se fueron con sus amigos. Así que, yo me quedé con mis dos mejores amigos hablando y riendo sin dejar de bailar y beber por muy cansados que estábamos.
- Eu, me voy a fumar fuera, necesito aire.
- ¿Fumando?- pregunté riendo y Thiago negó con la cabezazos.
- Dale, pelotuda, ¿Me acompañan o las dejo acá?
- Yo voy.
- Yo...tengo otros planes.
Miramos confundidos a Sofía y esta sonrió, dándonos unos abrazos y después se marchó dando un trago a su vaso hasta encontrarse con otro chico que parecía ser su plan.
Thiago y yo nos reímos y como dijimos esquivamos a todos hasta que pudimos salir del boliche. Nos alejamos de la puerta y yo me apoyé en una farola mientras que él fumaba tranquilo, hablándome como si no sintiese todo el alcohol que se había tomado.
- Ché, ¿Esa no es tu hermana?
- ¿Quién?- se giró confundido hasta que encontró con la mirada a la que me parecía su hermana.- Uh, sí, sí es.
- Andá a saludarla, ortiva.
- ¿Vos decís?- fruncí el ceño y él dio una calada, tranquilo.
- ¿Es joda? Es tu hermana, pelotudo.
- Bueno, bueno, no sé, igual no quiere.
- Dale, pelotudo.
Lo empujé levemente mientras me reía y él sonrió, comenzando a caminar hacia su hermana para luego saludarla y quedarse hablando con ella con mis ojos puestos en ellos. Suspiré e intenté relajarme completamente, ya que después de esto volveríamos a la fiesta.
- Ché, ¿Vos no manejás en carreras y sos la mejor de todos?- preguntó alguien detrás de mí, asustandome y haciendo que me girase sobre mí para ver quién era.
- Mauro.- sonreí y él también, abrazándolo al momento de verle.- ¿Qué hacés acá?
- Que pregunta más pelotuda, dale.
- Bueno, sí, tenés razón, perdón.
- ¿Qué hacés sola acá?
- ¿Esa no es una pregunta mala?
- Según la respuesta.- sonrió de nuevo y yo también.
- Esperar a que mi amigo termine de hablar con su hermana para volver adentro.
- ¿Y te quedó acá sola?
- Me puedo cuidar sola.
- Bueno, pero, ¿Y si llega un fan como yo qué?
- ¿Sos mi fan vos?
- El número uno.- reí mientras que él no dejaba de sonreír.- ¿Te venís conmigo mientras tú amigo se olvida de vos?
- No se olvida de mí.
- Y vos no me respondiste.
- Sos listo cuando querés eh.- rió y fui yo la que sonrió ahora.- No puedo, estoy con mis amigos, mi hermano, mi novio...en fin, mucha gente para desaparecer.
- Uh, ¿Está tu novio? ¿Me dejás conocerlo?
- ¿No?- negué confundida.- ¿Para qué?
- Y no sé, sólo por saber.
- ¿El qué?
- ¡Brisa, dale que me voy!- me giré para ver a Thiago gritarme desde lejos mientras caminaba hacia atrás con dificultad.
- Si te aburrís allá dentro con tu novio, avísame.
Susurró acercándose un poco más a mí para que le escuchase, sonriendo al final para luego irse caminando hacia donde había bastante gente.
Confundida y sorprendida por lo que acababa de decirme, sin saber si iba con segundas intenciones, comencé a caminar hacia mi mejor amigo viendo cómo se iba sin mí. Por suerte, era tan distraído que no vio con quién estaba hablando y no preguntó nada, sólo me pasó su brazo alrededor de mis hombros y entramos juntos para ir directos a la barra.
Allá dentro, bebimos junto con Benjamín, que había vuelto sólo porque todos los demás habían encontrado a alguien más con quién se divertían más que con nosotros al parecer. Por suerte, Bruno y Lautaro volvieron más escabiados de los que se habían ido y riéndose más que antes.
Decidimos no ir a bailar por ahora y nos quedamos allá bebiendo más y hablando como podíamos, con Bruno detrás de mí abrazándome por la cintura y riéndose en mi oído, lo que hacía una mezcla explosiva cuando se juntaba con la música, quedándome más sorda y mareada de lo que ya estaba por el alcohol y todo el ambiente.
De repente, él y Lautaro decidieron volver a irse riéndose y yo me quedé con mis dos amigos, que estaban más bebidos que yo. Les acompañé al baño para que no les pasase nada de camino, esperando fuera para luego llevarlos a un sitio más tranquilo del boliche, donde llamé a un taxi para mandarlos directos a su casa porque Benjamín ya no era capaz de mantenerse perfectamente si no era conmigo a su lado agarrándolo.
Cómo pude, los llevé hasta fuera y los senté en el taxi como si fuera sus madres, dándoles plata por si no tenían para pagar al taxi. Finalmente, le di al conductor la dirección de Thiago y le dije que les dejase a los dos allá, así habría menos probabilidades de que le pasase algo a Benjamín solo en su estado.
Resoplé y cansada, miré la hora viendo que me había quedado sola si no llamaba a Bruno y le preguntaba donde estaban para ir con ellos y seguir la noche.
Pero, cuando me giré y le oí reír en aquel grupo de personas que bebían y fumaban como si estuviesen dentro del boliche, me volvió a la cabeza su frase.
No fue hasta que su mirada se topó conmigo y me sonrió antes de beber que no me llegué a decidir por desaparecer de mis conocidos e ir a su lado sin pensarlo dos veces y olvidándome de los que me habían quedado sola como sabía que al final pasaría. Por suerte, ahí estaba él.