Capítulo XLVIII: Intento

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Lunes 07:15 AM

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Lunes 07:15 AM

Mientras tarareabas contenta y casi pareciera borracha, recordaste ese exacto momento en donde tu decepción se borró como si arrancaran una hoja de cuaderno rayada, mientras, la fuerte presión en tus muñecas sumado con la marcas rojas de las cadenas seguían presentes a simple vista.

...

No te dieron ni 5 segundos recién parada sin las cadenas tomandote de tus extremidades, que agarraron en un pestañar de ojos las muñecas, lo mantenían fijo y asegurado ese agarre fuerte, tanto que ya comenzabas a considerarlo peor que las cadenas.

— mueves un solo dedo sospechosamente... Y te hago cenizas — aclaró el pelinrgo en un tono sereno pero amenazante, pero como si fuera un chiste de mal gusto, levantantaste los hombros indiferente y comenzaron a caminar fuera de la habitación.

...

De a poco las presiones fuertes y constantes en tus muñecas, ocasionadas por las manos frías del de parches, iban disminuyendo con forme solo seguías tarareando aburrida.
— se sienten las grapas en tus manos... — reíste levemente, caminando a pasos torpes debido que tú ibas a un ritmo más lento que el de ojos azules brillantes.

— con que te agrada remarcarles a los monstruos lo que son — habló tranquilo e indiferente mientras observaba el pasillo vacio, caminando en dirección hacia el baño. Negaste con una leve sonrisa mientras sentías el ritmo de la melodia en tu cabeza sincronizar con tus pasos — nunca dije que fuera malo. Solo se me hace curioso, cuantas veces en tu vida viste a una persona cubierta de parches en el cuerpo? Aunque me gustaría verlos —

Obviamente la respuesta era obvia.
— tampoco creas que te quitare las vendas, solo te dejo ir a los baños porque lo permiten... Y no hiciste nada pasado del límite — a sentiste como si fueras un soldado, oyendo órdenes de su comandante y el contrario rodaba los ojos agotado de tu extraño comportamiento ante todo.

Al llegar, Dabi abrió la puerta de los baños y te metió en un cubículo, dejando la puerta cerrada. — no te puedes quitar la venda — y apoyó su ancha espalda contra la pared de enfrente, que daba la vista justo a tus pies descalzos, logrando que te recordara que tiraste los calzados hace rato por las calles de la ciudad, irritada por la incomodidad aunque poca fue la atención que le diste ya que sin haberte quitado la tela de los ojos posicionaste tus manos en la cadera y alzaste la voz.

— pero no veo nada, donde sé dónde mear? — mientras te quejabas sin tanto enfado, el mayor se cruzaba de brazos y apoyaba un pie contra la pared, observando tus pies por si de alguna manera escapabas.
— ese no es mi problema — espetó logrando que sintieras el mismo poco interés que compartían de vez en cuando ante problemas de otras personas.
Bufaste asumiendo que no ibas a poder quitarte la venda y comenzaste a bajarte los pantalones para luego empezar a tocar el tapete del baño para localizar el lugar donde sentarte. Al ubicar donde debías de hacerlo, bajaste tu ropa interior y te sentaste.
Dabi bajó la mirada y observó el negro de tu ropa interior, era simple y común, ni te molestabas en comprar fina ropa de alto costo, simplemente que tenga calidad y sea económica bastaba para tu cuerpo.

My Plus Ultra  (Chicos De Bnha y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora