- mi plus ultra, lo eres tú... -
Obviamente créditos a Kohei Horikoshi por crear tremendo manga.
Pd: ninguna imagen es mía, solo las edito, todos los créditos a su respectivo creador.
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Lunes 03:00 PM
Te habías dormido encima suyo justo después de conversar unos minutos largos y cómodos para ambos en el sofá. El peligrisáceo se puso nervioso al principio, provocando que frunciese el ceño y estuviera a punto de tirarte al suelo. Bajó la mirada entre nervios y confusión, notando tu rostro completamente dormido, sin ningún gesto o mueca. Notó que era un día largo y cansado para tí. Le parecías un oso hibernando por días. Se dió cuenta que ésta clase de situaciones donde no podías hacer nada, te quedabas agotada mentalmente de tanto embrollo tu cabeza tú sola en tonterías.
Bajó las manos a tu espalda y suspiró por la nariz calmado luego de percibir el dulce aroma de tu piel. Era como una terapia relajante las veces donde descansaban juntos, extrañamente le pegabas la pereza pero aún así no iba a dormirse. Con los dedos que no se cubrían por los guantes, tomaba un pequeño mechón de cabello que estaba en tu espalda y empezaba a juguetear con ella. Miraba ciertamente entretenido tu pedazo de cabello entre sus dedos. Un escalofrío más bien relajante hizo aflojar sus músculos, logrando que confuso cierre sus ojos y suspire entrecortado.
Aún así decidió seguir jugando con tu cabello aquella tarde pareciera eterna para ambos.
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Abriste tus ojos molesta por el ruido de las aves, más lo pasos sonar en toda la sala, bar e incluso pasillo que daba a las habitaciones. Frunciste levemente el ceño y volviste a tus párpados caídos como acostumbraste en el día. Lograste divisar como una silueta entraba por la puerta que daba al bar. Se acomodaba una mano que llevaba en el rostro como de costumbre cuando no estaba haciendo tantas tareas ocupadas. Pudiste distinguir que era Shigaraki, pero éste se detuvo al verte con los ojos abiertos, mirándole fijamente con curiosidad.
— que extraño que despiertes tan temprano — expresó indiferente mientras te miraba como te sentabas desanimada — calculé que dormirías hasta mañana — mostraste una sonrisa de lado desganada, notándose que hasta te esforzarste para que saliera una de éstas obviamente falsa. Creía que estarías así por siempre. Fue hasta a tí y disgustado por tu estado de ánimo, volteó a su izquierda a ver la mesa de billar solitaria, como siempre. — quieres... Ver tu departamento? — No escuchó ninguna respuesta, así que bajó la mirada y vió tu rostro interesado en él, parecía que te había tomado por sorpresa. — no gracias, ayer mi modelo fue a dar una vuelta y todo está correcto — se preguntó en qué momento. Eras demaciado sigilosa y escurridiza, así que era notoriamente fácil que hicieras lo que te plazca con tus modelos sin que nadie lo viera. Él suspiro por la nariz y justo cuando estaba por retirarse, le viste con una sonrisa dulce.
