- mi plus ultra, lo eres tú... -
Obviamente créditos a Kohei Horikoshi por crear tremendo manga.
Pd: ninguna imagen es mía, solo las edito, todos los créditos a su respectivo creador.
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Miércoles 08:03 PM
Habían tardado bastante entre charlas y lloriqueos yendo de camino a los dormitorios, además de todo tipo de investigaciones y procedimientos que los hizo entretenerse casi todo el día, por lo que ya se había hecho bastante de noche. Ochaco y Tsuyu fueron las que abrieron las puerta, detrás estaba Izuku y Kirishima y a sus espaldas, una pequeña, insegura y nerviosa _______. Las manos le sudaban un poco, estaba poniéndole demaciado alterada esto de esperar las reacciones de todos.
Tenías ganas de golpear algo con mucha fuerza, descargando todo, pero... No era el momento, verdad? Bajaste la cabeza pensativa y achinando los ojos. "Podría salir y golpear un árbol... Solo uno. O quizás..."
Kirishima al no sentir que avanzabas para pasar y entrar a tal lugar cálido, volteó curioso, encontrandote un poco... Tensa ante tus ideas.
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Entre pequeñas risillas, mientras se quedó mirándote, extendió su mano hacia tí, dejando que las luces cálidas alumbraran desde atrás suyo e iluminarán levemente tu rostro que se encontraba en la oscuridad fría de afuera. — oye, pequeña tiburón — levantaste la cabeza y sorprendida notaste como sus colmillos brillaban con intensidad gracias a su amplia sonrisa. Belleza. Fue la definición perfecta para su persona que resplandecia al sonreírte. — tenemos una bienvenida que recibir. Y si no estas segura, toma mi mano y respira profundo, qué dices? — con las mejillas rosadas murmuraste — pequeña... Tiburón? — el pelirrojo se sonrojo rápidamente mientras daba un pequeño saltito de la sorpresa — e-es que... T-te ví y me pareciste... — negó avergonzado y con prisa para no ponerlo nervioso en su bienvenida, respiraste ruidosamente profundo y tomaste su mano.
— esta bien, lindo tiburón — y con una sonrisa dental, divertida le diste un leve apretón de manos, que hizo reaccionar más que rojo al de dientes afilados — cla-claro! — y se armó de valor para ir con los demás, tomando con discreción tu mano desde atrás.
