- mi plus ultra, lo eres tú... -
Obviamente créditos a Kohei Horikoshi por crear tremendo manga.
Pd: ninguna imagen es mía, solo las edito, todos los créditos a su respectivo creador.
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Viernes 03:12 PM
Acomodaste tus zapatillas, encajando con pereza el talón dentro del calzado de la derecha, largando un pequeño bostezo mientras la rubia ansiosa se encontraba sentada en una de las mesas dentro del bar, pataleando rápido y sin parar en ningún momento para que después, entre una silueta delgada por el bar, los tres giraron a verles tranquilos, aunque a los segundos poco importancia le prestaste ya que te agachaste a atar los cordones.
— que carajo piensan hacer ahora? — oíste la voz áspera y desgastada, sintiendo como caminaba hacia la barra, parecía querer buscar agua o algo para beber. — nos vamos de compras! — exaltada avisó mientras luego dirigía la mirada hacia tí, para que hablases si querías. Al levantarte miraste a Shigaraki un tanto aburrida — voy a comprar insecticida, hay cucarachas por todas partes a donde fuí — él rodó los ojos ante tu explicación, para que después se quedará parado sin hacer, mirando como sonreías enérgica por su actitud tan reacia.
Suspiró luego de haber tomado un vaso grande con agua y hielo, caminando tranquilo hacia la sala de estar — bien, solo no dejen que se escape... y no te pegues tanto a la capturada — explicó de manera cansada y le dió la menor importancia a tu existencia, moviendo la muñeca libre de arriba hacia abajo, provocando que sus dedos finos y uñas sucias se dejasen ver facilmente, logrando que las mirases un tanto curiosa.
Toga te miró con una sonrisa ansiosa al escuchar como le daban el permiso de ir juntas a comprar, haciendo que la mires de reojo y largases un leve risa — no te emociones tanto, es solo un insecticida — y abriste la puerta lentamente mientras ella se ponía de pié, pero antes de partir y dejar solo a una persona más, diste media vuelta para ver a éste último, haciendo que la rubia igualará mismo acto, topándose con Twice.
— quieres venir, Twice? — consultaste un tanto interesada en aquella invitación para después éste te mirase con los ojos abiertos de par en par sorprendido por tus palabras tan tranquilas — sabes mi nombre?! — gritó con conmoción pero a los segundos recordó que eras una desconocida, así que drásticamente cambió su expresión excéntrica y a cambio mostró una seria con el ceño fruncido. Miró tus ojos sinceros mientras soltabas una pequeña risa — si, no te contesté antes porque estaba viendo las cucarachas, pero también me agradas —
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