- mi plus ultra, lo eres tú... -
Obviamente créditos a Kohei Horikoshi por crear tremendo manga.
Pd: ninguna imagen es mía, solo las edito, todos los créditos a su respectivo creador.
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Jueves 8:45 A.M
La fémina había despertado, habían pasado 4 días desde que la nueva alumna había entrado a la U.A, ya todos los de las demás clases la conocían, no por socializar, al contrario. Por lo extraña que era para todos la conocieron.
- ¡Gina-chan! B-buenos días - casi grita de los nervios el de ojos esmeralda mientras corría hacia ella, la llamada se dió la vuelta y lo miró indiferente, aún tenía la capucha así que nadie la vió a la cara. Levantó la mano en forma de saludo y lo esperó - Buenos días - dijo anodina. Deku le sonrió feliz y esta siguió caminando tranquilamente, aveces el de pecas dudaba si realmente era un muerto viviente o que, caminaba como una persona normal, pero parecía vacía si de alguna manera se pudiera describir.
- ¡Oe! Idiota - se escuchó la voz hostil de Kacchan, Gina lo ignoró y siguió caminando en silencio con Deku, mientras éste comenzaba a hablar con ella alegre, mientras esta solo escuchaba. - ¡te estoy hablando maldita perra! - le gritó otra vez Bakugo irritado de ser ignorado por la fémina. Él corrió hacia ella y justo cuando estaba por atacarla luego de dar un saltó con una de sus explosiones en la cabeza, ella se agachó a propósito. Debido a aquella acción, el de ojos rojos sangre, cayó de cara al suelo, dejando una justificación del porque su nariz comenzó a sangrar sin control alguno.
- K-kacchan... ¿E-estas bien? - preguntó con cierta preocupación el chico verde hacia el rubio. El nombrado se levantó sin su ayuda y lo miró con odio a los dos. - no me toques maldito nerd - y lo miró de reojo, dejando que a Deku le caiga una gota de sudor por la frente. - y tú - y la apuntó a Gina enfadado. Esta solo se limitó a hacer una reverencia y luego volver a verlo. - ohayō, Kacchan - eso hizo enfadar más al chico.
- no me llames así otra vez, perra - advirtió mientras que por descontrol, de sus manos salían pequeñas explosiones. Había un minuto de silencio, pero la fémina lo rompió con un simple e indiferente - Kacchan -
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