- mi plus ultra, lo eres tú... -
Obviamente créditos a Kohei Horikoshi por crear tremendo manga.
Pd: ninguna imagen es mía, solo las edito, todos los créditos a su respectivo creador.
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Jueves 01:00 AM
Apoyabas los codos en tus rodillas y la barbilla en ambas manos enamoradiza viendo al rubio y al peliverde aún jugando violentamente a las atrapadas, pero ambos eran bastante fuertes y les costaba dar el brazo a torcer por parte de los dos. Tan sólo suspiraste mientras le hacías un acercamiento con la cámara a la patada que daba Izuku para defender uno de los ataques de Bakugo, aunque ésto ya no parecieran unas simples "atrapadas".
Les viste con una sonrisa maravillosa con el espectáculo que te entregaron ambos ante la cámara, por lo que apagaste a los poco segundos la cámara y dejándola a un costado, regresaste a hablarles contenta. — estuvieron increíbles! —
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— y bien? ¿Quién ganó? — preguntaste curioss, abriendo de par en par tus ojos y pestañando un par de veces, dejando que el brillo en ellos respladeciera mientras Izuku recuperaba el aliento y Bakugo desviaba la mirada, cruzándose de brazos como era de esperarse. — logré alcanzarlo — informó Izuku y levantó levemente una mano dando a entender que se refería a él, pero el rubio cenizo gruñó con molestia — ya estaba cansado y se estaba haciendo tarde. Además, el nerd no se rinde nunca — espetó dejando confundido a Midoriya, pensando si realmente había ganado porque él se había rendido primero.
Te pusiste de pie y los distrajiste rápido con un movimiento de manos, agitandolas de un lado a otro mientras les sonreías y pasabas tus brazos detrás de sus hombros, pasandolas por las espaldas anchas de aquellos jóvenes — no se lo tomen tan en serio, Nee~ Nee~ pero es verdad, es un poco tarde — y mostraste tu celular, viendo los tres juntos la hora, para que después el de ojos rojizos se sobresaltara y con molestia avanzara hacia la entrada de los dormitorios. — imbéciles, por su culpa acabé perdiendo mi tiempo con ustedes — y cerró la puerta en sus caras mientras se iba a toda velocidad hacia su habitación, teniendo que subir un par de pisos pero tu expresión en el rostro cambió de una aliviada a una triste y con prisa.
Giraste a ver el dulce y claro rostro de tu amigo mientras tomabas con ambas manos la cámara y dabas pequeños saltitos alterada e impaciente. Midoriya estalló en risa y luego asintió tomando la cámara — corre antes de que desaparezca del pasillo — asentiste como una niña pequeña y saliste corriendo directo hacia el rubio cenizo quien se había esfumado en segundos, entrando casi azotando la puerta de la entrada.
