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Hoy me siento amorosa, así que les dejaré otro capítulo aquí, junto a una foto de mi querido pelirrojo, Theodoro Dooley.
Espero lo disfruten mis bellxs.
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Reviso mi bolso por última vez y compruebo que está todo lo necesario para pasar la pijamada y sobrevivir una noche.

Bajo las escaleras y me despido de mamá para salir encontrando un auto estacionado, en donde está Chloe junto a su mamá, ya que se ofreció a llevarnos a casa de Jenna.

Pasamos por casa de Danna y luego de Miley, para finalmente despedirnos de la madre de Chloe que, por cierto, es una mujer muy amable.

—¡Al fin llegan! —dice Jenna cuando nos ve —Ya me estaba aburriendo sola.

—Danna se demoró —dice Chloe.

Jenna pone los ojos en blanco, aunque dudo que le sorprenda, porque Danna suele tomarse con calma eso de arreglarse, y luego subimos a la habitación de la rubia para ponernos el pijama de una vez.

Al entrar vemos que hay unos colchones en el suelo, a los que rápidamente Miley se lanza y comienza a revolcarse, pero se levanta cuando Chloe le ha lanzado una pantufla de cerdito. Todas comienzan a quitarse la ropa con tanta naturalidad y a mí me da un poco de vergüenza, porque ni en las clases de deporte me he quitado la ropa frente a ellas, pero son cosas que hacen todas las amigas ¿No? Tomo valor y me saco la camiseta, aunque rápidamente me pongo mi pijama de tirantes, mientras Danna y Chloe se pelean con almohadas, aun estando en sujetador.

—¿Quieren bajar por algo de comer? —pregunta Jenna cuando ya estamos todas con nuestras pijamas puestas.

—Por favor dime que tienes chocolate —habla Chloe.

—Ya sabes en qué cajón está.

La chica con mechas rosa baja corriendo y la seguimos a una velocidad más moderada, al parecer ninguna quiere caer escaleras abajo. Aunque para ser sincera, no sería la primera vez que me caigo por unas escaleras. Una vez cuando pequeña me caí desde el segundo piso en la casa de mi tía.

—Podrías dejarnos un poco —le digo a Chloe que parece estar devorando la barra de chocolate.

Jenna saca más golosinas de otro mueble y las pone sobre el mesón que hay en la cocina, a lo que todas nos sentamos en un taburete y tomamos algo de comer.

—Hoy se me ha declarado una chica de segundo año —dice Chloe de la nada.

—¿Qué?

—Lo que has escuchado, Miley.

—¿Qué le has dicho? —me atrevo a preguntar.

—Que me gustaban los chicos —se encoge de hombros —aunque primero le dije que era una chica muy guapa y que encontraría a alguien que supiera valorarla, pero esa persona no iba a poder ser yo.

—Yo no sabría cómo rechazar a una persona —le digo.

—¿Nunca has rechazado a alguien? —me pregunta Danna, a lo que niego con la cabeza.

—¿Ustedes sí?

—Al menos, yo no —dice Miley.

Mientras cuentan sus historias de cómo han rechazado a un chico, yo les pongo atención y como un paquete de gomitas ácidas que nadie quiso comer, porque yo amo todo tipo de gomitas.

—Deja de mirar ese celular —dice Danna y le arrebata el celular a Jenna.

—¿Qué tanto miras? —le pregunta Chloe.

Nuestro Eclipse #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora