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Hoy a pesar de ser día lunes, estoy feliz, porque la profesora de filosofía no estará en nuestra clase, ya que tiene que dar una charla a los alumnos de segundo año, por lo cual somos libres y además nuestra clase de filosofía coincide con la de d...

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Hoy a pesar de ser día lunes, estoy feliz, porque la profesora de filosofía no estará en nuestra clase, ya que tiene que dar una charla a los alumnos de segundo año, por lo cual somos libres y además nuestra clase de filosofía coincide con la de deportes del grupo A de último año, así que iremos a mirarlos al gimnasio.

—Hola —nos saluda Carol —cuando comience la clase, traten de no hacer ruido, por favor —sonríe —No me molesta que miren, pero sí que respeten.

—No te preocupes —le dice Miley —seremos unas tumbas.

Nos sentamos a mirar, mientras algunos comienzan a entrar al gimnasio. Chloe nos ofrece un chocolate de su mochila, que está llena y aceptamos. Jenna toma el de frutilla, Miley el con almendras, Dooley el de menta y yo el de trufa. Danna ha decidido ir a la biblioteca a ver una película con otros chicos del salón, pero solo porque no se le apetecía ver a los de último año, ya que arregló las cosas con Chloe, así que todo está más tranquilo entre el grupo.

Cuando la campana suena, todos entran de golpe al gimnasio y se reúnen alrededor de Carol y Michael. A nosotras nos tocó voleibol y a ellos básquetbol, por lo que al igual que nosotros, se mezclaron hombres y mujeres.

Carol les extiende las mismas camisetas que usamos nosotras y la mayoría de los hombres se saca la que llevan puesta, para ponerse la del color asignado. Los chicos de mi clase solo se la colocaban encima.

—Neels es bastante bueno —dice Chloe —debería jugar en el equipo del cole.

—Su rostro no está para deportes con contacto físico —me río.

—A veces olvido que se llevan bastante bien —dice Miley.

Entra el equipo en el que está Dylan con Nolan, contra Seth y me concentro en mirar, al igual que Jenna, que babea por su novio.

—Tu chico contra el mío —dice en mi oído y se acomoda para seguir mirando.

En este juego ambos anotan la misma cantidad de puntos, así que Jenna no se podrá burlar de que su chico es mejor que mi chico.

El grupo de tres amigos se acerca a la banca donde están sus botellas con agua y se ponen a conversar con Neels y Mason, que jugaron antes que ellos.

—Jenna —escuchamos la voz de Seth en un tono bajo —lánzame un beso —la rubia niega divertida y luego le lanza un beso a su novio.

—¡Me falta una camiseta roja y una azul! —grita Michael —¡Dylan, Seth!

Ambos ponen los ojos en blanco y se acercan en un trote al entrenador para pasarle las camisetas que tenían puestas y volver a la banca mostrando el abdomen. Aparto la mirada para no quedarme como boba viendo a Dylan, a fin de cuentas, lo puedo ver así cuando yo quiera.

—¿Dylan tiene un tatuaje? —pregunta Miley.

Automáticamente me giro a mirarlo y no me importa disimular, ya que la mirada de las 4 está sobre él. En su costado izquierdo tiene tatuado un pequeño sol, a la misma altura que yo tengo la media luna y prácticamente del mismo tamaño, aunque cubierto con una especie de alusa. Mis mejillas están más rojas que el mismo color rojo. Se podría decir que nuestros tatuajes se complementan, como una especie de promesa, pero prefiero que me lo diga directamente él para no crear teorías en mi cabeza.

Nuestro Eclipse #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora