Nuestro Eclipse #1

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En este momento quiero dejarles una foto de la perfecta Danna.
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Aún me parece extraño ver a Dylan Andreotti sentado en el sofá de mi casa. Cualquier chica estaría como una completa loca si este chico estuviera en su casa, pero a mí no me provoca esa locura.

—¡Traje comida! —chilla Mike y se lanza nuevamente al lado de Dylan.

Desde que Dylan llegó, él y mi hermano han estado sentados en el sofá grande frente a la televisión viendo una serie animada de Marvel.

—¡Hulk es un idiota! —reclama mi hermano —Sólo piensa en aplastar y aplastar.

—Hulk aplasta —le dice Dylan con una voz ronca —aunque la fuerza de Hulk y sus ganas de querer aplastar, ayudan a resolver algunos de esos problemas en los que se meten —le responde el castaño, a lo que mi hermano le da la razón con un asentimiento de cabeza.

Me sorprende que mi hermano se esté comportando y no este como un salvaje por toda la casa, porque cuando yo lo cuido se empeña en hacer desorden. Un motivo más para odiar a Dylan, a mi hermano le agrada más él que yo.

Mi celular suena y las dos miradas se giran a mí. Entrometidos.

—Aprovecharé de ir al baño —dice mi hermano —me duele el estómago. —Desaparece y aprovecho de contestar mi celular.

—Hola —saludo —Pensé que llamarías en la noche junto a los chicos.

—Hola, Sarah —saluda Chris —Creo que hoy no me podré unir a la llamada.

—¿Todo bien? —miro de reojo a Dylan, que, aunque esté disimulando, está pendiente de mi llamada. Y luego la chismosa soy yo.

—Solo me levantaré más temprano para poder estudiar.

—¿Desde cuándo Chris López es un chico madrugador? —escucho toser a Dylan y lo miro.

—Un nuevo hábito —se ríe.

—¿Estás hablando con el chico que no sabe coquetear? —pregunta el castaño en voz alta, con claras intenciones de escucharse a través de la línea.

—¿Estás con alguien? —pregunta Chris.

—Si —me pongo de pie y camino a la cocina, pero el chico que está en mi casa se levanta y me sigue.

—¿Es una especie de cita?

—¡No! Claro que no —Niego rápidamente —Él es... —dejo la frase en el aire, porque no sé cómo describir a Dylan. No es mi amigo, no es mi compañero de clase, no nos llevamos. Somos como dos desconocidos. Mi celular es arrebatado de mi mano.

—Soy alguien que, a diferencia de ti, si sabe coquetearle a una chica —corta la llamada y me entrega el celular como si nada.

—¡Hey! —le doy un empujón —Eres un entrometido.

—Ni siquiera te veías tan a gusto hablando con él.

—Metete en tus malditos asuntos —me apoyo en la pared de brazos cruzados —Aparte deberías bajarle un poco a tu ego, nadie asegura que seas mejor coqueteando que Chris, no lo conoces.

—¿Quieres ponerme a prueba, Walker? —se acerca a mí.

—Ni lo intentes.

—¿Por qué? —apoya su brazo en la pared y se inclina —¿Le temes al éxito, enana?