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El mes de diciembre está pasando bastante rápido

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El mes de diciembre está pasando bastante rápido. Hoy es jueves y también el último día de clases de este semestre. El lunes me entregaron mi última calificación y para mi suerte, aprobé todos mis exámenes. Mañana ya es 24 de diciembre, por lo que mi mamá ha estado como loca durante esta semana con los preparativos de la noche buena. No sé para qué tanto alboroto, si tan solo somos mi papá y mis hermanos. Cosas de madre que aún no logro comprender. Aunque probablemente si vamos a tener un invitado, pero aún no me atrevo a preguntarle.

Dooley me dijo el día lunes que no estaba seguro de si su padre estaría en casa durante la cena de noche buena, porque como los años anteriores ha ignorado estas fechas y se ha sumergido en el trabajo, ahora lo han obligado a cubrir un turno ese día y no sabe cómo quitárselo de encima. Marcos ha estado más atento a lo que pasa con su hijo, por lo que me ha contado Dylan, al parecer la pequeña conversa que tuvimos dio algunos frutos.

—Ni siquiera sé a qué vinimos hoy —reclama el pelirrojo —Todos teníamos claro que no haríamos nada.

—Para ver a tu querida amiga Sarah —le sonrío.

—Al fin tendré mi descanso de la dosis de Sarah —se ríe.

—Eres un pesado —hago un puchero —Y justo yo tenía una linda invitación para ti.

—¿El cuerpo de quién tenemos que enterrar? —se me escapa una carcajada.

—El cuerpo del inspector —susurro.

—Agradable idea —me guiña un ojo.

—Fue lindo imaginar eso —se ríe —Pero ponte serio, porque llevo intentando preguntar esto toda la semana —suspiro —¿Quieres ir a cenar conmigo y mi familia mañana por la noche?

—¿No estás de broma? —me mira un poco asombrado.

—Para nada —sonrío —mi mamá lleva días diciéndome que te invite.

—Me encantaría, pero...

—¡Ay no! —lo interrumpo —Hay un pero. No me gusta el pero.

—No quiero dejar a Dylan solo —me da una sonrisa triste.

Ni siquiera había pensado en ese detalle. Me envío mínimo un mensaje con Dylan todos los días y ahora que tengo que acordarme de él, lo olvidé por completo. Sería muy egoísta de mi parte decirle a Dooley que deje de lado a su primo por mí, pero también sería un poco triste que pasen una cena solos, cuando es una festividad en la que se debería estar en familia.

—Podrías decirle que también es bienvenido —me muerdo el labio un poco nerviosa.

—No tienes porque sentirte en la obligación de invitarlo.

Nuestro Eclipse #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora