Siempre fui una amante del cliché, pero no lo había notado hasta que él me lo dijo.
-Eres todo un cliché, enana -solía decir con una sonrisa un tanto burlona.
A él le parecían tonterías, pero cada vez se fue enamorando más de las cosas básicas y c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En dos días es San Valentín, por lo que Jenna me tiene recorriendo todo el centro comercial, comprando cosas para hacerle una sorpresa a Seth. Dooley me mira y luego pone los ojos en blanco, pero se termina riendo.
—¿No crees que ya es suficiente? —pregunta el pelirrojo.
—No —responde Jenna —Quiero que sea algo lindo e inolvidable —sonríe —¿Y tú? —me mira.
—¿Yo qué?
—¿No le darás nada a Dylan? —tanto ella como Dooley me miran curiosos.
Ni siquiera se me había pasado por la mente la idea. Con Dylan tenemos un todo y un nada a la vez. Podemos volvernos uno solo cuando estamos juntos, pero después de todo no somos nada, ni siquiera se si podría llamarle amistad a lo que tenemos, es algo sin compromisos que no sabría nombrar, así que no sé como actuar a ciertas cosas.
—¿No? —digo un poco dudosa —¿Debería?
—Dooley ni siquiera tiene una relación con la chica esa y aún así le tiene una invitación para ese día.
—Ehh —no sé qué decir.
—Deberías tener una carta bajo la manga —dice Jenna y luego sigue caminando.
Ahora esto me está carcomiendo la cabeza ¿Debo darle algo? O mejor me hago la idiota, quizás a él tampoco se le ha pasado eso por la cabeza, aunque existe una pequeña posibilidad de que si tenga algo para mí, ya que si se acordó de mi cumpleaños cuando estábamos enojados, puede que ahora que estamos bien tenga algo en mente. Pero, si quisiera darle algo ¿Qué se supone que debería regalar?
—Te ves distraída —me dice Dooley.
—Jenna me dejó pensando —reconozco —Ahora no se que hacer.
—Estás con el tiempo en tu contra —se encoge de hombros —Así que tendrás que hacer trabajar esa cabecita —sonríe.
[...]
Golpean la puerta del salón y todas las mujeres chillan. Para recaudar fondos para la graduación, una de las actividades por parte del centro de estudiantes ha sido vender una rosa roja para las chicas, azul para los chicos y amarilla para representar la amistad, junto a una pequeña caja de bombones, los cuales pueden mandar de manera anónima o dando la identidad. La primera en recibir es Jenna y nadie se sorprende, porque claro, es la novia de Seth, pero además le entregan una amarilla y mira la tarjeta curiosa.
Gracias por ayudarme a guardar mis secretos, rubia. Te quiero♡.
Levanta la mirada y me sonríe. Como no quise hacer diferencias, también le mandé una a Dooley y a las chicas. Al pelirrojo le llegan dos rosas azules, lo cual lo deja totalmente confundido, porque solo esperaba una de parte de Charlotte. Luego me miran a mí y me entregan dos rosas, pero unidas por una misma cinta, lo que significa que es de la misma persona.
