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Un nuevo día en la clase de música

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Un nuevo día en la clase de música. Hoy no me he saltado la clase, porque sería muy obvio que algo tramo y debo admitir que llevo toda la hora pensando en cómo salir de aquí, aunque durante la semana me he escapado con la excusa de ir al baño más de una vez, pero solo ha sido para saludar a Dylan y enterarme que tal esta su día. Quizás la próxima semana pueda escaparme un poco del salón de artes.

—¡Sarah! —pego un salto.

—¿Qué?

—Qué toques la segunda parte de la partitura con tu flauta —dice Julio, el profesor de música.

—¿Eh? —digo confundida y todo el salón suelta una carcajada.

—Si no vas a tocar la flauta, mejor siéntate con el grupo que va a cantar.

Como no entiendo de qué diablos habla, me pongo de pie y me siento junto a Jenna, que me muestra su hoja dándome a entender que tenemos que cantar y tocar el himno de la alegría.

—Te ves distraída —susurra la rubia y solo asiento.

El profesor decide terminar la clase unos minutos antes, porque le entró un llamado importante, así que volvemos al salón para dejar nuestras cosas y nos reunimos alrededor de mi asiento y del de Dooley.

—Ya quiero que sea sábado —chilla Miley —de seguro disfrutarás escucharme hablar toda una noche —dice mirando a Dooley.

—¿Ya no me puedo retractar? —pregunta el pelirrojo.

—¡No! —le respondemos todas.

Durante esta semana las chicas insistieron en hacer otra pijamada, pero tenía que estar Dooley presente, o si no sería en otra oportunidad. A lo que el pelirrojo accedió y ofreció su casa, por lo que iremos el día sábado a pasar la noche con él.

En lo que Dooley se sigue quejando, aparece Xavier en el salón y me pide que salga con él a hablar un momento, a lo que accedo y lo sigo para conversar en una de las bancas del patio principal.

—¿Todo bien? —le pregunto.

—Eso creo —tuerce el gesto.

—¿Eso crees? —arqueo una ceja.

—¿Te molestó que te besara? —pregunta después de haber estado unos segundos en silencio.

—Eh... —lo dudo un momento —No —respondo finalmente —Es solo que quiero tomarme ciertas cosas con calma. No me molestó que me besaras, pero ahora quiero enfocar mi mente en mis estudios y no en otras cosas. Me agrada pasar tiempo contigo... —me interrumpe.

—Entonces ¿Estamos bien? —arquea una ceja —Sólo necesitas que te dé un poco de espacio —asiento —Llevar las cosas con calma.

—Eso mismo —sonrío.

—Me alegra que estemos bien —sonríe —Ahora me tengo que ir donde Carter, nos vemos después.

—Claro —le sonrío.

Nuestro Eclipse #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora