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Que no cunda el pánico, pero

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Que no cunda el pánico, pero... capítulo final...

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Ha sido el mejor verano de mi vida. Agosto está terminando, por lo que en dos semanas tendré que volver al colegio, pero ya no veré a Dylan todos los días. A pesar de que se queda estudiando en la ciudad, no tendrá tanto tiempo libre para que pasemos juntos.

Sigo sin creer todo lo que he vivido este tiempo. La segunda semana de vacaciones Dylan hablo con mis padres para llevarme a Italia y uso la excusa de que quería presentarle su novia a su familia, y solo por eso me dejaron, ya que ellos no estaban enterados de que yo ya conocía a la familia de Dyl, aunque cuando conocí a nonna, aún no era la novia de Dylan. Conocí varios lugares, incluido el lugar donde los padres de Dylan se conocieron, además de que aprendí unas cuantas frases en italiano.

Salí a citas dobles con Jenna y Seth, también pasé tiempo con el resto de las chicas y los chicos. Acompañé a Dylan a las peleas, y me quedaba con Gloria mirando, aunque le dije que ya no me agrada la idea de que siguiera en eso, por lo que me prometió dejarlo en cuanto entrara a la universidad.

Fuimos a mi antigua ciudad con mi familia y las cosas entre mis amigos estaban bastante bien, incluso Chris se disculpó por lo que hizo meses atrás. De vez en cuando salíamos a recorrer los alrededores de la ciudad en su jeep, y nos quedábamos hasta tarde mirando las estrellas y contemplando las diferentes fases de la luna. Y en todas esas salidas, aprendí a conducir.

Quisiera que los días pasaran más lento para poder disfrutar más junto a él, sin embargo en todos momentos solo quiero tenerlo frente a mí para ahorcarlo, porque prometió llegar temprano a la fiesta de aniversario de mis padres y aún no lo hace.

—Dijiste que llegarías temprano —digo cuando me ha contestado.

Lo siento, pero no pude lograr que me cambiaran para el primer grupo.

—¿Cuánto te falta?

Me toca ahora, prometo acabar con él rápido.

—Más te vale —digo un poco enojada.

Nos vemos en unos minutos —se despide —te quiero, enana.

—Te quiero, idiota —corto la llamada.

Vuelvo a la enorme mesa que hay en el patio de mi casa, en donde hay familiares y amigos reunidos, celebrando los 19 años de matrimonio de mis padres.

—¿Dylan ya viene? —pregunta mi mamá.

—Se atrasó —respondo con una mueca —pero dice que ya viene.

Nuestro Eclipse #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora