Elígeme [Thor, Loki y tú]

[Pelea]

Desperté de golpe, tratando de gritar, pero algo cubriendo mi boca me lo impedía; sentía que estaba siendo sostenida por alguien y que estaba sentada en algo extraño, cuando me giré para ver de qué se trataba, casi me desmayo del pánico, estaba encima del regazo de Loki.

—Despertaste, temía que el golpe hubiera sido tan fuerte que te hubiera matado... —murmuró, como si se tratara de algo simple— Te invito a que maravilles tus ojos con esta grandiosa escena.

Fruncí el ceño y volví mi mirada al frente, dándome cuenta de que cumplió su palabra de enviar al destructor, pues allí estaba, dispuesto a atacar a mis amigos, junto a ellos estaba una midgardiana, lo cual me pareció extraño. Los guerreros intentaban atacarle, pero nada lo dañaba ni lastimaba, sentía la impotencia llegando a mi ser al ver como luchaban sin éxito alguno; fue cuando Thor se puso en frente del destructor, sin poder alguno, y este lo golpeo repetidas veces, nuevamente intenté gritar y las lágrimas caían en mi rostro cuando lo vi desplomado en el suelo, aquella midgardiana se acercó a él, lo cual se me hizo extraño y me generó una sensación extraña en el pecho.

De pronto, antes de que pudiera lamentarme por su pérdida, un sonoro rayo resplandeció y el rubio se levantó junto con el Mjolnir, había recuperado sus poderes; sin problema alguno se levantó, y se acercó nuevamente al destructor. Para ese momento, no pudimos ver nada más, indicando que lo había destruido.

Solté un suspiro fuerte de alivio, mientras que Loki, atónito y enfadado, me empujó fuertemente haciéndome caer al suelo.

—¡Llévensela! —indicó a los guardias.

Antes de que pudieran tomarme, me saqué el aparato que me cubría la boca y lo arrojé al pelinegro, quien volteó a verme con cara de pocos amigos.

—¿¡Cómo puedes hacer esto!?

—Oh, preciosa... —habló— Te quiero, pero si debo acabar contigo también para obtener lo que deseo, lo haré.

Quedé de una pieza, mientras los guardias me tomaban.

—¿Prefieres un trono que a mí?

No me respondió, en cambio hizo una señal para que me arrastraran fuera del lugar, nos miramos una última vez antes de que saliera en definitiva de la recámara del trono.

A lo lejos, pude observar a los gigantes de hielo y en ese momento, sentí temor por Odín, por Frigga, por Heimdall, por mis amigos y por mi propia vida... ¿Qué demonios haces, Loki?

Me encerraron en mi propia habitación, para cuando la puerta estuvo cerrada, un frío extremo se sintió en ella y me giré lentamente, observando a mis enemigos allí; troné mi cuello, mientras respiraba hondo.

—Vengan aquí, hielitos. —amenacé, queriendo iniciar la pelea.

...

Al cabo de un buen rato, pude vencer a esos monstruos y escapar de mi habitación, fue más difícil de lo que esperaba, pero aún sigo viva; corrí a los aposentos de los reyes, esperando lo peor, pero al llegar, encontré la escena de la reina y Loki abrazados.