[Contenta]

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DÍA 07

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DÍA 07.

Ser la prometida del rey de Asgard era más complicado y difícil de lo que yo esperaba.

—¿___? —Brunhilde entró a mi casa, con el ceño levemente fruncido.

Me encontraba en la sala, llena de documentos y papeles importantes, acerca de una junta con el estúpido alcalde John Ryan y su gente, quienes habían estado acosando a las mujeres de nuestro pueblo, cosa que no podíamos dejar pasar desapercibida.

El día anterior no había vuelto a hablar con nadie, simplemente me había quedado en casa, tratando de organizar mi cabeza con toda esta locura; pero me fue imposible al momento que llegó Thor, contándome el nuevo problema que surgió y que necesitaba la ayuda de mi carácter fuerte en estas circunstancias, por lo cual no pude negarme a ayudarlo.

—¿Sí? —la miré con el gesto serio.

—Te están esperando.

Asentí, tomando todos los documentos rápidamente, mientras estiraba levemente la espalda, preparándome para soportar la arrogancia y vulgaridad del joven alcalde de Noruega.

Arreglé los mechones rebeldes de mi cabello, mientras me miraba al espejo, tratando de verme lo más profesional posible.

—¿___? —volvió a llamarme.

—¿Sí?

—Quería disculparme por lo de ayer, no debí presionarte tanto con el tema de la boda, entiendo que tengas estrés de todo lo que se ha acumulado en un momento. Sólo quiero que sepas que como tu amiga, te apoyo en absolutamente todo.

Me aproximé hasta ella, dándole un cálido abrazo.

—No hay que disculpar nada, estamos bien. Yo me disculpo por haberte hablado así ayer.

Salimos de mi hogar con una posición que parecía practidada, pero que en realidad nos salía perfectamente al natural, como si no fuéramos en realidad asgardianas, sino en realidad midgardianas que entendían a la perfección todos los asuntos legales a tratar en la tierra.

Éramos muy astutas, trabajábamos bien juntas.

Caminábamos con elegancia y un sutil meneo en las caderas, mientras nuestros ojos estaban cargados de escrutinio, llevábamos nuestras armas de lucha, para actuar en caso de que fuera necesario, era algo extremo, pero nunca se sabe.

Entramos en el salón, donde los hombres nos esperaban sentados en la gran mesa.

La morena me dio una mirada rápida, que correspondí con un suave asentimiento. Me paré frente a ellos, aclarando la garganta, para que así se enfocaran en mí.

Elígeme [Thor, Loki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora