Elígeme [Thor, Loki y tú]

[Charla amistosa]

*Flashback*

[+18]

—¡Oh! —___ dejó salir un gemido, mientras Loki la embestía con fuerza.

Loki gimió roncamente y movido por el placer, dirigió sus labios al cuello de su acompañante, para succionar con fuerza. Eso y un par de empujones más, lograron que ambos llegaran al clímax. La ojiverde besó apasionadamente al pelinegro, en medio de incoherencias que salían de su boca, y que pese a que él no las entendía mucho, sonreía ante cada cosa que decía.

Los ojos azules miraron expectantes el cuerpo agitado de la mujer, que estaba debajo de él.

—Eso estuvo grandioso... —dijo acariciándola.

La diosa le sonrió satisfecha y acarició el cabello del hombre, enrollando sus mechones entre sus dedos.

—Te amo... —murmuró, sintiendo la lengua pesada, pero no supo si fue por el alcohol o por el encuentro sexual que acababa de tener.

—¿Sí?

—Sí...

—Yo también te amo, mi lady. —el dios empezó a cerrar los ojos cuando ___ pasó sus manos por su cabello, en una sutil caricia.

Con una dulce sonrisa, la ojiverde se acurrucó contra Loki y durmió.

Narras tú.

—No puede ser... —me dije a mí misma, frotándome la cara con frustración.

Había vuelto a mi casa y me tumbó en el sofá, mientras tamborileaba el pie con nerviosismo, debatiéndome entre el rubio o el pelinegro; finalmente, irritada por no saber a quién elegir, salté del sofá y empecé a caminar de un lado al otro, mordisqueandome el labio.

¿Cómo arreglaría las cosas con Loki ahora después de esa discusión?

¿Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto de a quién elegir?

¿Qué le diría a Thor cuando me pregunte qué fue lo que hice anoche?

Me dejé caer nuevamente en el sofá, soltando un fuerte suspiro.

No era tonta, y no podía seguir haciéndome la ciega ante la situación. Sabía que debía tomar una decisión, o sino esto se volvería un total caos.

Pero es muy difícil, porque los amo a los dos.

Aún así, me conozco lo suficiente, como para saber que amo más a uno de los dos.

Pero, ¿a quién?

El sonido de unos toquidos en la puerta me sobresaltaron, con miedo, me acerqué a la puerta, pensando que podría ser Loki para insistir en que hablemos, pero sentí un leve alivio al ver que no era él, pero el temor volvió al reconocer los rubios cabellos que allí afuera esperaban.