Elígeme [Thor, Loki y tú]

[Junta]

—Ah, eh, hola. —dijo un poco nerviosa, pero supo disimularlo.

—Hola.

Se balanceó sobre sus pies, sin saber qué decir, mientras trataba de mirar a cualquier lado, menos a él.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa? —preguntó despues de unos minutos, al ver que la mujer no diría nada.

—Oh no, en realidad yo...

—Insisto —interrumpió cortés— Vamos.

No se negó, por lo cual ambos caminaron en un leve incómodo silencio hacia la casa de la chica, cuando llegaron, esta abrio la puerta con rapidez, dándole una sonrisa forzada a su acompañante, estaba dispuesta a cerrar la puerta, cuando este se lo impidió, pudo notar un olor extraño emanar de él, pero hizo caso omiso en ese momento.

—¿Estás evitándome, preciosa?

—¿Yo? No, por supuesto que no. —bufó.

El la apartó delicadamente de la puerta, para poder pasar y entrar en el hogar de ___, quien sólo se resignó y cerró la puerta.

—Quería disculparme por nuestra discusión, no debí hablarte de esa forma... —se calló un momento, observando detenidamente a la chica, caminó lentamente hasta ella e inclinándose, tocó con sus dedos la chaqueta que esta traía puesta— Linda chaqueta, aunque no es tuya, no es de tu talla.

—Ah...

Por algún motivo, estaba realmente nerviosa, no quería tener que dar explicaciones, pero tampoco quería otra discusión, e intuía que el dios no estaba en sus cabales.

—Preciosa. —la llamó.

—¿Sí?

—¿De quién es esto?

Apretó los ojos y suspiró, dispuesta a soltar la verdad, sin embargo, no tuvo oportunidad, puesto que unos toquidos rítmicos en la puerta interrumpieron.

—¿No vas a abrir? —cuestionó con una sonrisa confusa.

—Uh... —ladeó el cuerpo y dudosa, abrió la puerta.

Thor la miró con una enorme sonrisa en cuánto lo hizo.

"Esto es peor que una película de terror." Pensó ella para sí misma.

—Bonita —saludó cariñoso— ¿Me dejas pasar? Tengo que preguntarte algo importante. —la movió juguetonamente para entrar en la casa— Además, se me olvidó pedirte mi chaque...

Se detuvo al notar a su hermano allí, mirándolo con el ceño fruncido y los labios apretados en un gesto molesto.

—Sí... —murmuró, quitándose lentamente la prenda y entregándosela.

Sonrió, tratando de aparentar normalidad en su ser, como si no pasara nada fuera de lo común en su hogar, como si no tuviera a ambos hombres que ama en el mismo sitio.