Elígeme [Thor, Loki y tú]

[Historia marchita]

DÍA 03.

La noche anterior había sido incómoda, con cada uno siendo incapaz de expresar todo aquello que les quemaba sus interiores. Una noche que fue igual a la anterior, llena de lamentos callados y ojos que se perdían en la luz del amanecer.

___ volvió a llorar, Loki volvió a sentirse impontente.

Al despertar, los dos fingieron no notar sus rostros cansados, compartieron un necesitado abrazo y un casto beso en los labios con sabor a miseria.

Tony no había preguntado nada cuando llegó al salón, al igual de Pepper y Brunhilde, siendo esta última la que le entregó un té con una pastilla, para que liberara tensión acumulada; tampoco dijeron nada ante su evidente desgano de comer durante el día, sólo bebiendo únicamente vasos de agua, al final del día, no obtuvo ganas de volver a casa, pero no tuvo más remedio. Y finalmente, siendo un beso en la frente lo único que le dio su millonario amigo antes de dejarla en su casa, fue lo que le dio la motivación para entrar con fuerzas que no tenía.

Entró en la casa silenciosamente, inmediatamente de las escaleras bajaba Loki, este pudo notar cómo lo miraba ojos vacíos.

Seguía siendo la mujer dulce de la que se había enamorado, simplemente estaba escondida tras una carcasa de dolor.

El pelinegro estaba boquiabierto, buscando las palabras adecuadas para decir en el momento, sin embargo no las encontró.

—Cierra la boca, Loki —le dijo burlona ante su expresión— Te ves como un idiota.

Su expresión rápidamente cambió a una sonrisa al ver que a pesar de todo, ella seguía esforzándose por no caer al abismo.

—¿Cómo te fue hoy, señorita grosera? —preguntó con verdadero interés.

Ella se quedó en silencio unos momentos, no quería mencionarle demasiado el tema de la boda.

—Ah, bien, todo muy bien. —carraspeó— En un rato habrá una fiesta, para varias.

—¿Y estás muy cansada?

—Un poco, nada del otro mundo. ¿Por qué, Loki?

—¿Quisieras qué fuéramos juntos? —murmuró casi en un susurro— Tomar un par de copas, cenar, tal vez bailar un poco... Ya que Thor no estará, pensé que sería una buena idea.

La respiración de la diosa se atoró un momento y se tensó levemente.

Loki le estaba ofreciendo una despedida, de eso estaba segura.

Fue inevitable recordar el inicio de aquella vorágine de sentimientos en la que estaban envueltos: una fiesta, unas copas de más y una noche que ninguno parecía olvidar a detalle.