[Inicio]

4.3K 317 105
                                    

Desperté en una gran y elegante cama totalmente confundida, el dolor inmediatamente llegó a mi cuerpo causando que soltara un gran quejido, pero pronto el dolor se convirtió en pánico al ver entrar a una bella mujer rubia a la habitación en donde ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté en una gran y elegante cama totalmente confundida, el dolor inmediatamente llegó a mi cuerpo causando que soltara un gran quejido, pero pronto el dolor se convirtió en pánico al ver entrar a una bella mujer rubia a la habitación en donde estaba.

—Has despertado, dulce niña. —murmuró ella con una dulce sonrisa.

—¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? —pregunté realmente asustada, no entendía lo que pasaba.

Mi mente estaba llena de recuerdos borrosos que por algún motivo u otro me causaban dolor al tratar de averiguar de qué se trataban, pero al cabo de unos minutos por fin caí en la cuenta de todo lo que me había sucedido y el cómo acabé en aquel extraño lugar.

Mi pueblo había sido atacado, mis padres habían sido asesinados y yo en un muy inútil intento de salvarlos con mis aún descontrolados poderes, terminé siendo atacada también pero siendo rescatada por... ¿El rey Odín?

—No te asustes, pequeña. Nadie te hará ningún daño, sólo queremos ayudarte. 

La cálida sonrisa de la mujer me tranquilizó, pero aún necesitaba saber que estaba sucediendo.

—¿Por qué me ayudaría?

—Porque sólo eres una niña, tienes mucha vida por delante. Odín vio algo especial en ti, se encariñó con tu ser.

—¿Entonces este es...?

—El palacio, pequeña.

El asombro se dio a notar en mi rostro, era increíble que estuviera en el palacio de Asgard y aún más que el rey me hubiera rescatado.

—Cuéntame, ¿cómo te llamas, linda?

—____.

—Mucho gusto, soy la reina Frigga. —comentó ella, acercándose a mí— ¿Me permites revisarte? Quiero asegurarme de que estés bien.

Asentí un poco nerviosa y en seguida la reina colocó sus manos cuidadosamente sobre varias partes de mi cuerpo, su tacto era suave y lleno de amor, pronto recordé a mi dulce madre y a sus bellas caricias cuando tenía pesadillas o estaba enferma; las lágrimas llegaron a mis orbes verdes, y de pronto Frigga respingó preocupada.

—¿Qué pasa? ¿Te duele algo?

—Y-yo... Yo extraño a mi mamá.

Sólamente tengo trece años y ya soy huérfana, los recuerdos del asesinato de mis padres llegaban a mi mente torturosamente provocando que me tomara la cabeza y me golpeara fuertemente, pero las manos de la reina me detuvieron y de pronto me envolvió en un fuerte abrazo donde sentí todo el amor, cariño y apoyo que cualquiera pudiera obtener.

—No tengo a donde ir... —murmuré con la voz rota.

—Nadie mencionó que te irías, preciosa.

—¿A qué se refiere?

—Queremos acogerte en nuestra familia. —respondió ella con alegría.

—¿Por qué harían eso por mí?

La reina no me respondió, sino que en cambio me brindó gentilmente su mano la cual acepté, y me guió por los pasillos del elegante palacio; estaba totalmente sorprendida de todo lo que veía, era absolutamente impresionante y lleno de cosas increíblemente preciosas.

Al cabo de unos minutos, llegamos al trono donde encontramos al rey totalmente imponente y trasmitiendo una vibra de gran superioridad; con temor y gran agilidad, me dispuse a arrodillarme ante su presencia, pero Frigga me detuvo.

—Querido, ha despertado.

Noté como Odín fijó su vista en mí y me dio una muy sincera sonrisa.

—Me alegra que estés sana y salva, señorita.

—Quisiera agradecerle el haberme salvado, su majestad. —murmuré con la voz aguda, debido a los nervios.

—Por favor, llámame padre. —dijo con amabilidad— Frigga, por favor déjame a solas con la pequeña.

Compartí una última sonrisa con esa hermosa mujer y al cabo de unos segundos ella salió del lugar, dejándome a solas con el rey.

—Cómo lamento la perdida de tus padres... —habló después de un momento— Pero quiero que entiendas una cosa, te salvé porque veo algo muy impresionante en ti; además de que serás alguien extremadamente fuerte y poderosa, también veo que tienes un corazón puro y lleno de buenas intenciones.

—Agradezco sus palabras.

—Además de que eres muy madura para tu edad, es impresionante. —sonrió divertidamente— Deseamos que te quedes con nosotros, pero no es tu obligación si tú así no lo quieres.

—Amaría quedarme aquí. —comenté con la sinceridad trasmitida en mi rostro.

En ese momento, nuestra conversación fue interrumpida por las puertas abriéndose, me giré para encontrarme con dos chicos golpeándose entre ellos, uno era rubio y el otro pelinegro; me causó un poco de gracia su pelea, pero el sonido del váculo chocando contra el suelo me hizo voltear nuevamente un poco asustada.

—¿Acaso no les he enseñado modales, hijos míos?

Ambos chicos pararon y observaron fijamente al rey, pronto caí en la cuenta de que eran los príncipes de Asgard. Ellos se acercaron e intercambiaron miradas conmigo, provocando que los nervios volvieran a mi ser nuevamente.

—Hola, ¿quién eres tú? —preguntó el chico rubio con una sonrisa de oreja a oreja.

—Por favor, primero debes presentarte tú. —habló el otro, para luego voltear a mirarme y extender su mano hacia mí— Soy Loki.

Tomé su mano y la estreché sintiendo tranquilidad al hacerlo.

—Hijos míos, ella es ____. Se quedará con nosotros permanentemente, por ende espero que se cuiden entre ustedes y entablen una buena relación.

—¡Una nueva amiga en batalla! —exclamó el rubio emocionado y me abrazó por el hombro— Soy Thor, un placer tenerte con nosotros.

Sonreí ante su gran animosidad, inconscientemente le devolví el abrazo y provocó que ambos nos miráramos con una sonrisa, que luego fue interrumpida por el carraspeo de Loki, pero Thor lo tomó a él también en un abrazo.

—Buen inicio, hijos míos. ____, bienvenida, pequeña. Ahora enséñenle el lugar, y dentro de unas horas comenzará el entreno.

Los dos asintieron, Thor me tomó de la mano y me guió hacia la salida, mientras que Loki caminaba tranquilamente a unos pasos de nosotros. Cuando ya estuvimos lejos del trono, la voz de Loki nos detuvo.

—Déjame enseñarle todo, tú no le vas a enseñar las bellezas de nuestro reino.

—¡Sólo vas a mostrarle lo aburrido!

—¡Y tú sólo vas a mostrarle lo tonto!

Me sentí un poco incómoda ante su discusión de quien me enseñaría qué, así que decidí interrumpir colocando mis manos en el hombro de cada chico.

—¿Por qué no me lo enseñan los dos? —propuse dulcemente y ambos chicos fijaron su vista en mí.

—Por mí esta bien.

—Por mí también.

Asentí y ahora la que la que tomaba de las manos era yo, mientras que cada uno me hablaba sobre sus vidas y yo también de las mía. Aquellos chicos habían logrado que todo el dolor y pena que estaba sintiendo se desvaneciera, y tal vez, habían encendido una pequeña chispa en mi joven corazón.

Elígeme [Thor, Loki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora