Elígeme [Thor, Loki y tú]

[Bajo las estrellas]

La noche había caído, y para mi mala suerte en un momento de despiste, perdí a mis amigos en medio del campo; no me asusté ni perdí los estribos, pues sabía como volver sin problema alguno, sin embargo, me bajé del caballo para descansar entre las hierbas y flores.

Me recosté, observando las estrellas que brillaban en el oscuro cielo de Asgard, mientras permitía que el viento se meciera suave y gentilmente; pronto, un ruido sobresaltó a mi caballo y me hizo respingar, me levanté de golpe y vi una sombra a lo lejos. Siempre iba preparada, por ende con mi magia saqué una espada y amenacé a la sombra.

—Nunca me había fijado en lo bonita que te ves a la luz de la luna.

Conocía esa voz, así que bajé la guardia.

—¿Qué haces aquí?

—Los demás llegaron sin ti, así que me preocupé y vine a buscarte.

—Sé como volver, Thor. —comenté, arqueando una ceja— No soy una niña.

Noté como asintió y caí en la cuenta de que no había venido a eso, entonces ¿por qué venía?

Me acerqué hasta quedar frenté a él, sus ojos azules y brillantes estaban clavados en mí y comencé a sentir mi corazón acelerado.

—Thor, ¿qué sucede?

No respondió.

—¿Ahora no vas a hablar?

Continuó sin responder.

Solté un suspiro bajo y miré hacia el cielo, mientras el viento revoloteaba mi cabello y mis ojos verdes se iluminaban con la luna.

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—Lo siento, ____. —habló al cabo de un rato— Pero no lo soporto más.

—¿De qué estás habla...?

Mis palabras se vieron ahogadas por su beso, era necesitado, era rápido, de pronto, sentí como sus manos bajaban a mi cintura; comenzó a dejar su peso encima de mí para que cayéramos a la hierba, el beso continuaba, volviéndose demasiado apasionado.

—¿Estás seguro de esto? —pregunté deteniendo el beso— Alguien podría vernos.

No me respondió, sino que simplemente comenzó a besar mi clavícula, así que simplemente me dejé llevar sin pensarlo demasiado, nunca imaginé que este momento llegaría.

Tomé su rostro y lo levanté, para poder besarlo de nuevo, mientras el se quitaba la parte superior de su vestimenta e intentaba hacer lo mismo con la mía, el calor se sentía en mi cuerpo pese a que estábamos al aire libre.

Nuestros cuerpos se movían sin siquiera que lo pensáramos, y pronto, sentí su masculinidad sobresalir de su vestimenta inferior, así que cuando finalmente, terminamos de desvestirnos, él me miró fijamente.